Por Carlos Tórtora.-

El documento del JP Morgan recomendando salir del carry trade y de los bonos en pesos hasta que haya pasado el » ruido electoral», simplemente puso en claro lo que el mercado piensa: Javier Milei necesita ganar en Buenos Aires primero el 7 de septiembre y luego el 26 de octubre, para conservar un nivel de gobernabilidad aceptable. Y es el propio presidente el que construyó está trampa. Él viene remarcando desde el año pasado que La Libertad Avanza le arrebataría al kirchnerismo la mayoría en el mayor distrito del país. Ahora esta nacionalización de una elección legislativa obliga al gobierno a jugar al todo o nada.

A menos de 3 semanas del cierre de candidaturas para las elecciones bonaerenses, todavía el acuerdo entre LLA y el PRO parece lejos de un final feliz. El malestar de 9 de los 13 intendentes bonaerenses del PRO no da muestras de disminuir y no aceptarían que los delegados de Sebastián Pareja armen las listas de candidatos locales y en muchos distritos donde el partido amarillo no gobierna. También habría rechazo a la tendencia de los libertarios a llenar casi todas las listas. Pero la crisis es aún peor en el nivel de las candidaturas a senadores y diputados provinciales. Allí los libertarios sólo le estarían dejando al macrismo menos del 25% de los cargos haciendo valer encuestas que le asignan al PRO apenas el 5 o 6 por ciento de los votos.

Ante esta realidad, la fuga de dirigentes y de votos del PRO hacia otras boletas electorales ya es una realidad, cuya magnitud en las urnas todavía no puede medirse bien. Todo esto en el marco de las nuevas derrotas electorales de LLA en Formosa y Santa Fe.

Hacia la dispersión

En la provincia todos miran a Manuel Passaglia, intendente de San Nicolás, y a su hermano Santiago. Ellos, históricos aliados del PRO, anunciaron un mes atrás que se presentarían a elecciones por fuera de la alianza entre el PRO y LLA. Ahora el tema creció y aparentemente harían causa con los libertarios blue, que en la Legislatura conduce el ex mano derecha de Milei, Carlos Kikuchi. Pero además estarían el Frente Renovador de Joaquín de la Torre y Unión Celeste y Blanca de Fernando Rozas. Se trata en general de dirigentes bastante cercanos al equipo de Axel Kicillof y entonces va surgiendo un nuevo interrogante: ¿se prepara el gobernador para colocar con este grupo a muchos de sus candidatos que Máximo Kirchner y Sergio Massa no incluirían en las listas del PJ?

De ser así, la fuga de votos sería doble, ya que no sólo afectaría a la Casa Rosada sino también al PJ.

Y todo esto es simultáneo con los movimientos de Mauricio Macri con Emilio Monzó y otros para darle vida a un frente electoral que captará a macristas perseguidos por Pareja.

Ya más al centro, está el nuevo acuerdo de los radicales disidentes que lidera Facundo Manes con Juan Schiaretti y, por otro lado, está la relanzada Elisa Carrió con su candidatura a diputada nacional. En síntesis, un espectro de ofertas electorales que en general le restarían votos a Milei, aunque algo también al PJ, y un panorama muy distinto a la polarización total que querían los libertarios.

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