Por Hugo Modesto Izurdiaga.-

La prioridad número 1 para que el país crezca es… ¿reducir la inflación o crear puestos de trabajo?

Si bien el liberar las importaciones disminuye el precio de algunos artículos, esta medida perjudica a diversos empresarios. El primer afectado es el Banco Central, al tener que desprenderse de las reservas en dólares de las cuales dispone.

Sería conveniente e imprescindible que el gobierno tomara la decisión de gestionar un plan económico con el fin de promover nuevos empleos. Para que la economía resurja, es indispensable la reducción de impuestos al campo, pymes y fábricas. De lo contrario, la importación de mercaderías va a dejar a nuestras pequeñas y medianas empresas camino a la quiebra, generando más desempleos. Vale recordar que el año pasado (2024) cerraron cerca de 10.000 establecimientos, con la consecuente pérdida de más de 200 mil trabajadores. Los fabricantes argentinos cierran o despiden a sus empleados porque no tienen ventas, a raíz de la infinidad de gravámenes que se les aplica. Hoy la historia se repite. La Ley de Convertibilidad impuesta por el expresidente Carlos Menen (1989-1999) consistía en importar toda clase de mercaderías, lo que terminó provocando el quiebre de miles de industrias, y que muchos productores cerraran sus puertas. En síntesis: “Que la principal meta sea poner a la república en marcha”. Llevando a cabo un aumento significativo de los aranceles a todos los bienes que vengan de otros países.

¡Llego la hora de tomar medidas nacionalistas, al igual que las implementadas por Donald Trump!

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