Por Oscar Edgardo García.-

Recientemente, en una iglesia de Florencio Varela se realizó una ceremonia de carácter religioso que derivó en una nueva utilización del espacio eclesiástico, supuestamente sagrado, convirtiéndolo en una sede peronista.

Al finalizar la misa, los sacerdotes que la oficiaron tomaron la iniciativa de cantar la Marcha Peronista con su micrófono, uno de ellos elevando la mano izquierda con los dedos en V, convocando a los feligreses a acompañarlos.

Es incomprensible que los católicos incurran reiteradamente en actos políticos de este tipo tratando de imponer una ideología que ha conducido a generar el más alto nivel de pobreza en el país en toda su historia, ya que la realidad demuestra que los gobiernos peronistas fabricaron más pobres que otros que ostentaron el poder.

Estos apóstoles de Dios, pseudo defensores de los humildes, al mismo tiempo que celebran la subsistencia de la ideología peronista (o kirchnerista) poco hacen por los miles de personas que son transportadas diariamente en ómnibus al Mercado Central desde varios puntos del conurbano bonaerense para recoger las sobras de los puestos de frutas y verduras para proveerse de sus alimentos.

Inexplicablemente, las principales autoridades de la Iglesia no toman, ni han tomado en el pasado, medida alguna sobre los responsables de los actos alejados del sentido religioso y ejecutados deliberadamente con exclusivos fines políticos.

Desde el Papa Francisco hasta el último de los apóstoles de la Iglesia Católica Romana deberían reflexionar sobre el particular y considerar que el significado de la Iglesia que representan es sacramento, o sea signo e instrumento de comunión con Dios y los hombres, y que, por el contrario, no lo es el cántico de la Marcha Peronista en sus recintos religiosos utilizándolos como una unidad básica del Partido Justicialista.

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