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"Juzgo imposible describir las cosas contemporáneas sin ofender a muchos". Maquiavelo

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Opinión

Milei, de rodillas ante el emblema de la américa vertical (2)

Por Hernán Andrés Kruse.-

MAPEO DE LA AMÉRICA HORIZONTAL Y LA CONFIGURACIÓN DEL AMERICANISMO

“El ser una nación de inmigrantes con enorme diversidad racial y étnica plantea preguntas ineludibles: ¿A quién le pertenece la cultura estadounidense? ¿Cómo esbozar los contornos y colores de su identidad cultural? Para intentar responder se llega invariablemente al choque de ideologías agrupadas en los ejes vertical y horizontal. La nación vertical exige límites precisos para mantener la hegemonía del statu quo; la horizontal es un producto de facto de la anterior sin otra alternativa que la de mantener un borde fluido que incorpora a todo(s) lo(s) los excluidos por aquélla. Su fluidez moldeable le permite extenderse al eje vertical cuando surge la oportunidad. Ambas, sin embargo, utilizan el filtro racial para establecer la división que las ha configurado «genéticamente».

Para examinar la nación horizontal enfrentada al Trumpismo, un marco de análisis cultural basado en la raza es imprescindible. En toda sociedad existen jerarquías que luchan para obtener control y privilegios. Entre los elementos sociales definitorios es posible que la raza sea el más divisivo, pues a diferencia de otros, es la más reconocible durante el diario interactuar. Las percepciones son fácilmente determinadas por los estereotipos, prejuicios y, lo más obvio, el color de la piel. La falta de empatía y conocimiento facilitan una comunicación y percepción superficial. La diferencia racial promueve el distanciamiento y guía falsamente la jerarquización de culturas y modos de pensar, ya que encasilla con mayor rigor que la religión, género, ideología política o clase social.

En el contexto estadounidense, la línea del color es un frente convergente y divergente. Tras la llegada del barco Mayflower, en el siglo XVII, los puritanos ingleses entraron en contacto con los indígenas; con el comercio de esclavos africanos en los siglos XVII y XVIII, las razas blanca, indígena y negra entraron en contacto, pero no se mezclaron. El resto es la larga historia multirracial de la inmigración estadounidense. En un país multirracial y multicultural, la raza determina las identidades individuales y colectivas, moldea las conciencias, construye relaciones de poder, determina el entendimiento de igualdad e inclusión, transforma instituciones y crea olas culturales. En su reseña del libro America Beyond Black and White de Ronald Fernández, Víctor M. Rodríguez indica categóricamente: «Aunque América es una nación de inmigrantes, los inmigrantes han sido divididos y categorizados de acuerdo a su raza, loados y despreciados», añadiendo que el «trayecto histórico y racial de los EUA en el cual Fernández lleva a sus lectores nos recuerda la relación entre inmigración, cultura y raza».

En medio de una multitud de colores y formas, la raza, la cultura y la inmigración actúan como principales movilizadores. Sin una definición explícitamente unificadora de americanismo, el concepto de «ceguera al color» ha dado fuerza a los marginados, carentes de poder político, buscando borrar la línea del color y sus concomitantes económicos y sociopolíticos. Esto unifica la nación horizontal y reduce «la racialización y el pensamiento racialista». Quienes participan de este esfuerzo van cambiando según el panorama sociopolítico; sin embargo, cada oleada de participantes contribuye con nuevos elementos al proceso.

Al enfrentarse a los lemas culturalmente codificados de «América Primero» y «MAGA» la ceguera al color es fundamental para entender la América horizontal como la definición auténtica del americanismo. Para examinar lo anterior, se debe resaltar dos figuras icónicas: Martin Luther King Jr. y Barack Obama. El Dr. Martin Luther King Jr. reconoció la existencia de las dos naciones en su discurso del 14 de abril de 1967 «La Otra América» en la Universidad de Stanford. Como parte del evento «Saludo a la Libertad» organizado por el sindicato Local 1199 de Nueva York, el Dr. King primeramente caracterizó a la nación privilegiada y próspera: «Hay literalmente dos Américas. En una fluye la leche de la prosperidad y la miel de la igualdad. Esa América es el hábitat de millones de personas que tienen comida y satisfacen las necesidades materiales de sus cuerpos, cultura y educación para sus mentes, libertad y dignidad para sus almas». Sin mencionar la sociedad blanca, la mención de prosperidad, comida, cultura, educación, dignidad y oportunidad se refiere directamente a ella.

Al referirse a la nación marginada, coexistiendo con los privilegiados, el Dr. King reconoció estar dolorosamente consciente del hecho de que hay otra América y que esta contiene una cotidiana fealdad que transforma el optimismo de la esperanza en la fatiga del desespero […] En esta otra América, miles, si, millones de jóvenes se ven forzados a asistir a escuelas inadecuadas, inferiores, de ínfima calidad, no porque son tontos, no porque carecen de inteligencia innata, sino porque las escuelas son tan deficientes, abarrotadas, carentes de calidad y segregadas, que los mejores contenidos de sus mentes jamás serán expresados. Sin mencionar una raza específica, el Dr. King describe las duras condiciones de vida de los desposeídos, enfocándose en un sistema educacional segregado como el factor determinante de esta realidad; la línea del color que moldea las jóvenes mentes negras, blancas y marrones. Richard Merelman indica: En los Estados Unidos, el aislamiento racial supera aquél basado en los factores de género, clase, o etnia blanca. Las leyes federales ni siquiera requerían que negros y blancos tuvieran acceso a las mismas escuelas públicas sino hasta 1954; en contraste, nunca se segregó a hombres y mujeres ricos y pobres, polacos y WASPs en dichas escuelas. A medida que los niños participan de este sistema segregado, surgen sus prejuicios raciales, sentido de separación y etnocentrismo cultural.

El Dr. King continúa indicando que la segregación racial creó dos tipos de discurso para describir condiciones económicas y estatus social similares: La realidad es que el hombre negro en los Estados Unidos de América se enfrenta a una depresión literal. Pero ustedes entienden que no se la llama así. Al desempleo masivo en la comunidad negra, se lo llama un problema social. En contraste, el desempleo masivo en la comunidad blanca se lo llama depresión. Para el hombre negro hay «prestaciones sociales», pero para los blancos hay «subsidios». En este país el socialismo es para los ricos, y el robusto individualismo para los pobres. Frente al hecho de que las dos Américas hablan diferentes idiomas, cabe preguntarse: ¿Se abandonará para siempre a los desposeídos por esta incomunicación? El Dr. King trató de ser el «traductor» entre ellas, al entender que, como tal, el traductor debe dominar ambas lenguas, comprender ambas Américas.

En su momento, sin embargo, la raza dividía a los estadounidenses en estatus económicos y sociales con total asimetría de poder; por ello, comprendió que distinguir específicamente a los afroamericanos de entre los marginados, los convertiría en blanco de ataques. Al abordar las desigualdades de varios grupos marginados, consiguió ampliar sus bases de apoyo y las posibilidades de convertir su sueño en realidad. Como el traductor de ambas Américas, intentó evitar el pisar la divisoria línea de la raza usando en su lugar el idioma universal de los intereses económicos, el sustento, trabajos y oportunidades para construir un frente unido en su lucha por la igualdad y la justicia. La raza es el factor que divide ambos ejes de la nación. Mientras que cada uno retiene su propio ideal de americanismo y del Sueño Americano, ni uno ni el otro puede superar la línea del color.

Sin importar cuánto, el Dr. King deseaba incluir en su base a diversos grupos raciales y étnicos, nunca dejó de mencionar la división entre blancos y negros. El desafío de sanar las cicatrices raciales dejadas por las profundas heridas históricas se combina con el de separar el estatus económico y las clases sociales del ámbito racial. En la tarea de unificar a la nación la experiencia afroamericana es un punto obligado de referencia respecto de la discriminación y rechazo por parte de la América vertical. Otros grupos poblacionales se identifican con la lucha de los afroamericanos al compartir el Sueño Americano desde los márgenes, el mismo imaginado por el Dr. King en su discurso «Tengo un Sueño» («I Have a Dream»). Apoyado en la experiencia afroamericana, pero sin confinarse a ella, el Dr. King convocó a una coalición con los matices del arcoíris cuando creó el movimiento multirracial «La Campaña de la Gente Pobre» en 1963 y emplazó a sus integrantes a resucitar sus esperanzas en su discurso «Tengo un Sueño».

En su lucha por lograr salarios comparables, igualdad de oportunidades y, de modo aún más básico, la posibilidad de no ser juzgado por el color de la piel, su deseo se convirtió en sinónimo del Sueño Americano y del americanismo horizontal. El Dr. King soñó que «un día esta nación se levantará para vivir el verdadero significado de su creencia: sostenemos que estas verdades son evidentes en sí mismas, que todos los hombres son creados iguales». Su «ceguera del color» fue construida sobre intereses y luchas compartidas, permitiéndole transcender el dolor y angustia afroamericanos y apelar a una amplia gama de americanos económicamente desposeídos.

Las tensiones raciales, culturales y las divisiones religiosas del siglo XXI ¿son diferentes de las que existían en la década de los 60? Aunque estos problemas son tangibles en la actual vida sociopolítica de la nación, una antítesis ha surgido en la arena política racial y cultural: Donald Trump y Barack Obama. En el presente, ambas Américas se han polarizado al revivir las tendencias jerárquicas, el nativismo exclusivo encarnado en los nacionalistas blancos, la alt-right, los neo-Nazis y el KKK. El Trumpismo e individuos como Steve Bannon han renovado el nativismo de Higham, para privilegiar exclusivamente a la raza blanca. En contraste con lo anterior, la elección presidencial de Obama en el 2008 fue un hito crucial que superó la línea del color, en cumplimiento del sueño de King.

Las estadísticas revelaron que el triunfo de Obama resultó de la combinación del apoyo de afroamericanos, asiático-americanos, hispanos e indígenas americanos, incluyendo el voto blanco. Su triunfo resultó de la porosidad entre ambas Américas, implicando que la línea del color no es rígida. La suya fue una jornada cuesta arriba para ascender a la cumbre del núcleo del poder. Si el americanismo horizontal de Martin Luther King se sostuvo en su «ceguera del color» y su dominio de un lenguaje interracial para dirigirse a los desposeídos ¿cómo se sostiene el americanismo de Obama? A la respuesta se llega a través de tres puertas interconectadas: el patriotismo, la esperanza y la «ceguera del color». Esto hace comprensible su antítesis básica respecto de Trump.

El patriotismo de Obama es el núcleo de su americanismo. Desde muy temprano reconoció la existencia de la línea del color que lo excluía, etiquetándolo como un extraño. Dado que para la nación vertical el color de su piel y su nombre, Barack, son percibidos como «no-estadounidenses», la única opción era ubicarse en el eje horizontal desde el cual adquirió conciencia del esfuerzo adicional necesario para lograr el éxito. Aunque su padre keniano no fue una presencia central durante su niñez, el Sueño Americano y su visión de EUA como un faro de libertad influyeron en su hijo. Criado principalmente por su madre y abuelos maternos de raza blanca, el joven Barack aprendió de ellos el Sueño Americano de la clase media. El sueño paterno, el cosmopolitismo de su madre y el Sueño Americano de sus abuelos moldearon los valores del futuro presidente, desarrollando un americanismo sostenido por diversas perspectivas culturales integradas entre sí.

La multiplicidad cultural y racial de Obama ha desajustado a los nacionalistas blancos y nativistas partidarios de Trump. Desde su visión de mundo, los antecedentes familiares multiculturales, el color de piel y nombre raro convirtieron a Obama en un extraño sin derecho a demandar la ciudadanía estadounidense, al extremo de poner en entredicho su lugar de nacimiento. Cabe preguntarse, si su padre keniano hubiera sido un europeo blanco protestante ¿se habría verificado este dato? El Trumpismo ha confinado la categoría de estadounidense a la membresía del club de los nacionalistas/nativistas blancos. En contraste, el patriotismo de Obama sostenido por la pluralidad de perspectivas raciales y culturales ha expandido el horizonte del americanismo del siglo XXI. Ello fue expresado claramente en su discurso, «Out of Many, One» («De muchos, uno») de 2004, en el que afirmó: Hablo de algo más fundamental. Hablo de la esperanza de los esclavos sentados alrededor del fuego entonando canciones de libertad, la esperanza de los inmigrantes dirigidos a costas lejanas, la esperanza de un joven teniente naval valientemente patrullando el delta del Mekong, […] la esperanza de un chiquillo flaco con un nombre raro que está convencido de que hay cabida en América para él también.

Al ubicar su narrativa dentro del linaje histórico-cultural de EUA, Obama conectaba su historia a ambas Américas en un rol similar al Dr. King como traductor cultural entre ellas. D. Atwater señala que «la retórica de la esperanza [es] el uso de símbolos para invitar a los americanos a preocuparse por el país, a creer recuperando la fe y la esperanza en él, y entender que tenemos más similitudes que diferencias compartiendo un destino y un conjunto de valores». El deseo de Obama de recuperar el Sueño Americano se sostiene en la «ceguera del color», postulando que no hay una nación blanca, otra negra, otra latina, otra asiática, etc., sino solamente una: Estados Unidos de América. Su recuperación del Sueño Americano, guiada por la ceguera al color, es importante para todos los estadounidenses, incluso los nacionalistas blancos. En contraste con Trump, que amplía la división racial, creando intolerancia y desconfianza, el americanismo de Obama ofrece una visión «liberada del pasado de Jim Crow y la esclavitud, los campos de internamientos japoneses, los braceros mexicanos, las tensiones laborales y los conflictos culturales; una América que cumple la promesa del Dr. King de ser juzgados por el carácter y no el color de nuestra piel».

Obama se ha enfocado en la humanidad compartida de los estadounidenses desde una posición marginada. Si Trump construye murallas para dividir, Obama trató de eliminarlas indicando: «Quizás más que en ningún otro momento de nuestra historia reciente, necesitamos de un nuevo tipo de política, una política que pueda excavar y construir sobre la base de nuestro entendimiento compartido que nos une como americanos». Obama planteaba su convencimiento de que la política se puede basar en el bien común captando la esencia de lo que es ser estadounidense y encarnar el Sueño Americano que atrajo a su padre y a millones de personas. Este Sueño Americano «es un paradigma sedimentado desde un origen colectivo y la conciencia de un grupo», un sueño que «convirtió en realidad una nación y una cultura; [que] creó una tierra de ensueño que atrajo a más soñadores para venir y crear más sueños […]. Fue el sueño de vivir sin persecuciones el que trajo a un grupo de Puritanos arriesgando sus vidas para arribar a estas costas».

Al enfrentarse a la realidad de dos o múltiples Américas, factores divisivos como la raza, religión, género, tradición, riqueza, clases sociales trazan constantemente líneas de inclusión y exclusión. A múltiples niveles, la exclusión predomina sobre la aceptación, en particular para la comunidad afroamericana, ya que la sociedad no ha cumplido las promesas de justicia y libertad para todos. La eliminación de las divisiones no se ha logrado, aunque se ha intentado minimizar y sanar las heridas. Mientras la nación vertical se enfoque en mantener su dominio cultural y statu quo, la horizontal permanecerá subordinada a la narrativa dominante del americanismo actual y su proyecto de cortar y separar, desfigurando la nación”.

(*) Mimi Yang (Doctora en Lengua y Literatura Española por la Universidad de Arizona): “Trumpismo: Un americanismo desfigurado” (Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades-Costa Rica-2021)

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Hernán Andrés Kruse

Doctor en Ciencia Política Rosario, Argentina @HernanKruse

5 comentarios en «Milei, de rodillas ante el emblema de la américa vertical (2)»

  • LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES

    Planetas alineados, con algunas sombas

    Claudio Jacquelin
    Fuente: La Nación
    (*) Notiar.com.ar
    8/11/024

    “Se nos siguen alineando los planetas. ¡Qué manera de cerrar el mejor mes desde que llegamos!”, festejaron en la Casa Rosada, después del apabullante triunfo en las elecciones de los Estados Unidos de Donald Trump, el amigo idolatrado del presidente Javier Milei.
    La sostenida baja de la inflación, que mostraría el descenso de otro escalón la semana próxima (esperan un rutilante 2 adelante), la caída del riesgo país y de la cotización de los dólares no oficiales y la recuperación de la economía (en algunos sectores) eran los elementos que daban forma a la metáfora astronómica de la felicidad mileísta. Hasta la madrugada de anteayer, cuando se confirmó la noticia de política externa más deseada por el oficialismo.
    La condición de Milei de único presidente amigo, fan y émulo del triunfante Trump en todo el continente, y la alineación absoluta (y ahora más) con los Estados Unidos son las bases sobre las que se posa la esperanza de que el nuevo viento que devuelve al republicano a la Casa Blanca empuje también hacia arriba a la Argentina. O al gobierno de La Libertad Avanza.
    El encuentro bilateral que el mileísmo quiere realizar antes de la asunción del 20 enero, y que aspiran a concretar la semana próxima, buscará resaltar esa sinonimia (o simbiosis) entre ambos mandatarios y sus respectivas construcciones.
    No hay dudas de que en el plano político y simbólico el resultado de los comicios norteamericanos, tanto por la magnitud del triunfo del radicalizado candidato republicano como por la dimensión de la debacle de la moderada Kamala Harris, refuerzan la identidad mileísta, en el fondo y en las formas, en la estética y en la ética. Aunque también hay algunas disonancias, sobre todo en lo que refiere a la retórica nacionalista que cultiva Trump.
    La expectativa en el gobierno argentino es que esa armonía (si cabe para dos caracteres siempre volcánicos) se traslade al plano económico y financiero. Y allí es donde aparecen algunos matices.
    Milei respecto a Donald Trump y Kamala Harris
    En la Casa Rosada y en Economía confían casi ciegamente en que el triunfo de Trump traerá beneficios para el país en ambos planos, aún antes de que se produzca su asunción y, a pesar de muchas incertidumbres que ya dispara la transición norteamericana que acaba de abrirse.
    Sin embargo, varios analistas económicos e inversores advierten que nada será lineal. Es más, la mayoría señala que para el comercio internacional y para los bienes exportables argentinos se avecinan tiempos complicados, si es que Trump cumple con lo prometido en campaña.
    De todas maneras, algunas de esas voces señalan que los beneficios del triunfo trumpista para la Argentina en el plano financiero compensarán los probables perjuicios. Una apuesta a una nueva alineación de planetas, que depende de que ningún eclipse lo altere.
    Los antecedentes cercanos envalentonan a oficialistas (políticos y económicos), a un conjunto amplio de inversores y a buena parte de los grandes empresarios. No es el caso de medianos y pequeños empresarios ni de sectores del campo, que miran con preocupación las cuentas de sus negocios más que afinidades ideológicas y narrativas políticas.
    Un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que aporte dólares frescos de libre disponibilidad, además de la renegociación de la deuda, asoma como la primera de las metas deseadas y alcanzables. La discusión parece centrada en dos puntos: una es el monto de ese nuevo préstamo y la segunda son las condiciones que tendría, ya que el equipo económico no quiere hacer concesiones anticipadas en el plano cambiario, especialmente en lo que respecta al levantamiento del cepo.
    UN SUEÑO DE 20.000 MILLONES
    “Es probable que con el apoyo de Trump, después de acordar un nuevo programa, el FMI nos dé unos 15.000 millones de dólares, aunque podría llegar a los 20.000 millones”. El cálculo optimista es compartido por autoridades económicas argentinas y por algunos inversores radicados en EE.UU., que dicen haber conversado con funcionarios del Fondo en los últimos días. La suma de base es la que ha venido buscando el ministro Luis Caputo desde que asumió y el objetivo con el que partió en cada viaje a Washington (al menos hasta mediados de año) para volver sin cheques que mostrar.
    Pero las cosas han cambiado mucho en los últimos tres meses. Por un lado, se cuenta el éxito del blanqueo y la consecuente incorporación de dólares, que mejoraron el nivel de las reservas y achicaron la brecha cambiaria. También, el resultado positivo en las cuentas públicas del brutal ajuste fiscal sin desvíos importantes ni (muy especialmente) alteración de la paz social por las consecuencias negativas en la economía real. Por último, se agrega la baja consistente de la inflación para aspirar a ese salvavidas. Y, a eso se sumó, la baja de la tasa de interés en los Estados Unidos, que volvió más atractivo traer o dejar dólares en estas playas para cambiarlos por pesos, ponerlos a interés y hacer una renta atractiva que no obtendrían en otro lado, antes de volver a llevarse los dólares.
    A todo eso, cabe agregarle algunas novedades de la dimensión política que parecieron fortalecer al oficialismo, no tanto por sus éxitos, ya que siguen abundando los errores no forzados y los ruidos internos. Es la comparación lo que mejora, sustancialmente, a LLA.
    LA OPOSICIÓN AYUDA
    Las escenas de autodestrucción y fragmentación que continúa proyectando la oposición están para competir en un festival de cine catástrofe. La disputa interna del peronismo, la balcanización del radicalismo y el proceso de dilución del Pro parecen haberle allanado el camino al Gobierno antes de cumplir un año de una forma que ni siquiera los más optimistas del mileísmo soñaban. Eso también miran los mercados y los inversores, no solo financieros.
    Pero la situación sigue siendo frágil como para cantar victoria y todavía el instinto de supervivencia, aunque atenuado, se mantiene en algunos opositores. La restricción a los DNU podría avanzar la semana próxima en el Congreso así como un rechazo al decreto que le dejo manos libres al Gobierno para renegociar deuda. En la Rosada confían en que el macrismo los ayude (otra vez) y la sanción no salga este año.
    Prefieren regocijarse con halagos en otros terrenos. Ayer, esgrimían como un blasón la llegada de una integrante del directorio mundial de Shell para reunirse con Milei y anunciarle una importante inversión, junto con YPF, para el transporte de petróleo y gas. El anuncio fue celebrado en el entorno presidencial casi tanto como el regalo de unos gemelos de oro con cara de león hecho por la ejecutiva Zoe Yujnovich, junto con la afirmación de que su esposo integra el club de fans de Milei. Gente que sabe tocar fibras sensibles.
    Para fortalecer los ánimos celebratorios, un inversor sostiene (con singular optimismo) que “la vulnerabilidad política y financiera de Milei ya está más en el pasado que en el presente y en el futuro”. Aun cuando él y varios de sus colegas admiten que los desafíos que tiene por delante el Gobierno son muchos y que tendrán nuevas situaciones de estrés con la política de Trump.
    “Es cierto que las inversiones de corto (el carry trade) ayudan a sostener la baja del dólar y la caída de la brecha, lo cual siempre entraña riesgos, pero la mayoría pertenecen a actores locales o radicados en el país, que en lo inmediato no ponen en riesgo la situación”, coinciden un analista desde Wall Street y otro que asesora a un dirigente opositor.
    La única, pero no menor, diferencia entre ambos es la durabilidad de esa operación sin poner el sistema en riesgo por una salida masiva de fondos. Le pasó a Mauricio Macri en 2018 ante el aumento de la tasa de interés en EE.UU., que ahora también se pronostica. Para el primero hay aún una ventana de casi dos años, para el segundo, el plazo máximo que tiene ese esquema es fin de 2025. En cambio, el político que se jacta de su expertise financiero proyecta luces amarillas para el primer trimestre del año próximo. HAGAN APUESTAS
    En este terreno, el Gobierno confía en que las buenas señales provenientes de EE.UU. continúen (aún sin haber cerrado nada con el FMI) y sigan haciendo caer el riesgo país para poder salir a tomar deuda.
    “Cuando el riesgo llegue a 500 puntos habrá muchas oportunidades y permitirá renegociar la deuda con los acreedores privados que vence el año próximo”, se entusiasma un analista cercano al Gobierno. Los vencimientos para 2025 llegan a 25.000 millones de dólares. Ante ese panorama, el acceso al crédito asoma como un bálsamo para oficialistas e inversores y como una dosis de ácido para quienes ven el endeudamiento en dólares una recurrente maldición, que recuerda viejos traumas nacionales.
    CONSECUENCIAS NEGATIVAS
    Al margen de tales consideraciones, la vía financiera deberá compensar los efectos negativos que tendría para el país la política trumpista anunciada. Por ejemplo, la suba de aranceles a la importación, el apoyo a la producción de petróleo y gas no convencional, y una agresiva política comercial de tinte proteccionista.
    “No se puede negar que para la Argentina habrá consecuencias negativas. Va a haber un dólar más fuerte contra otras monedas, lo cual complica el sendero descendente de la devaluación programada (crawling peg) que viene aplicando el Gobierno. Y ayer se sumó una nueva devaluación del Real. Eso afectará el comercio exterior argentino porque el peso estará más apreciado y los precios de las commodities (petróleo y granos) que produce el país serán más débiles. En cambio, para bien o para mal, no cambiará mucho el comercio bilateral con EE.UU.”, advierte uno de los consultores que el Gobierno suele escuchar, aunque no estaría siendo muy receptivo en estas horas.
    El optimismo que transmite Luis Caputo a los inquilinos de la Casa Rosada no admite dudas, a pesar de que a estas prevenciones se suman otras dos netamente locales que podrían influir negativamente en la imprescindible (y exigida por el FMI) acumulación de dólares. Por un lado, el atraso cambiario lleva a pronosticar una elevada salida de divisas por turismo durante el verano, que ante el fin del impuesto PAIS, haría que se vayan no solo dólares del colchón. Por eso, hay quienes pronostican la adopción de alguna medida para mantener elevado ese precio.
    Por otra parte, especialistas en comercio exterior e interior prevén un aluvión de productos importados a partir del primer trimestre del año próximo, con fuerte impacto en las reservas y en las industrias locales.
    SIGUE HABIENDO MANTAS CORTAS
    A eso habría que añadir las turbulencias que podrían agravarse en un mundo con demasiados frentes de conflictos abiertos. En ese terreno, descuella la profundización de la guerra comercial con China y la disputa por temas estratégicos, como el avance sobre el espacio exterior o por los minerales estratégicos. El viaje de Milei a Pekin empieza a estar en duda y habrá que ver si repite que ese país “no exige nada y solo pide que no lo molesten”. En una era de más tensión, las condiciones para el alineamiento pueden ser más rígidas. Trump ya eligió sus enemigos.
    A eso se agrega la muy probable quita del apoyo de los Estados a Ucrania, que incomodaría a Milei no solo por la cercanía (hasta estética) que siempre ha expresado por Volodímir Zelenski. Pueden ser tiempos de contorsiones interesantes.
    El plano político y del ejercicio del poder amenazan, por otra parte, con darle clima favorable a una profundización de la intolerancia a cualquier cuestionamiento y un avance sobre el periodismo crítico. Las primeras reacciones del Gobierno tras el triunfo de Trump fueron brutalmente en esa línea. Y todavía no empezó la campaña electoral. Un Trump empoderado permite proyectar un Milei ultrarrecargado.
    La alineación de planetas también proyecta algunas sombras.

    Respuesta
  • LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES

    Viento de cola para no chocar de frente: cuánto ayuda Trump a Milei

    Daniel Bilotta
    Fuente: La Nación
    (*) Notiar.com.ar
    8/11/024

    Probablemente la victoria de Donald Trump persuada a Javier Milei de insistir con el hostigamiento sistemático a la oposición para relativizar cualquier atisbo de reacción al estado de perplejidad en la que está sumida. Reforzados por el resultado de las elecciones de los Estados Unidos, el Presidente confía en los síntomas positivos del verano financiero para sostener la débil posición minoritaria de su representación en el Congreso con esta estrategia defensiva.
    Lo que todavía resulta prematuro es atribuirle al inestimable aire fresco que le trae al gobierno esta noticia, la capacidad de resolver el déficit estructural en la actividad parlamentaria que desafía al superávit de logros en el terreno económico. Es decir, si el viento de cola que llega con este acontecimiento de primera magnitud en el orden internacional basta para corregir lo que aparenta ser una tendencia casi maníaca en la administración libertaria: chocar de frente con la realidad.
    Tal vez la contradicción más importante contenida en el eufórico frenesí del “no nos vamos más.” La consigna imperativa con la que se festejó en la Casa Rosada el aplastante triunfo de Trump sobre la candidata demócrata, Kamala Harris. La sanción del presupuesto pondrá a prueba el efecto de la combinación entre la controvertida pericia libertaria y el renovado impulso a los populismos, revitalizados por el inicio de una nueva era Trump. Pero acotada por el límite que le impone la imposibilidad de ser reelecto.
    Algunos indicios demostrarían que no todo es tal como parece y que aún en su exacerbación, el oficialismo admitiría las limitaciones que tiene frente a la exigencia electoral de 2025: aumentar su raquítico caudal legislativo. Milei incluyó en el presupuesto el financiamiento a obras públicas en los municipios de General Pueyrredón, Pinamar y Junín. Los fondos destinados a municipios donde gobierna el Pro es un avance concreto en los trabajosos acuerdos celebrados por el presidente con Mauricio Macri.
    Durante su participación en IDEA, el expresidente gestionó personalmente las dos reuniones que Milei mantuvo con el intendente Guillermo Montenegro. Después del municipio de La Matanza, el de General Pueyrredón es el que concentra el mayor número de electores en la provincia de Buenos Aires. Un sitial del que desplazó al de Lomas de Zamora por el crecimiento demográfico que experimentó en los últimos cuatro años.
    Junín tiene casi la quinta parte del total de los que hay en la Cuarta Sección (534.000), donde se eligen a 14 diputados y siete senadores provinciales. General Pueyrredón, Junín y La Plata constituyen la base de la estrategia electoral del Pro para compensar el peso hegemónico del peronismo en el conurbano con buenos resultados en esos distritos. El gobierno de Milei prolongó la parálisis impuesta a esas obras por el gobierno de Alberto Fernández. Su descongelamiento en el presupuesto es una señal implícita de distensión en el clima crispado en el que se discute una alianza electoral con el Pro que, por ahora, no incluye detener el avance a la modificación en la reglamentación de los DNU. Ni los votos del bloque que conduce Cristian Ritondo para que Martín Menem renueve su mandato como presidente de la Cámara de Diputados el 4 de diciembre.
    La sorpresa revelada por estas tratativas fue, sin embargo, el aparente acercamiento de Macri a Montenegro. Un movimiento en paralelo a cierto distanciamiento del expresidente con Martín Yeza. Casi un delegado personal en la Costa Atlántica de la Quinta Sección. Si fuese cierto, expresaría la insatisfacción con la tarea encargada a Yeza: criticar con vehemencia a Patricia Bullrich. Tal vez para distraerlo de sus diálogos con Santiago Caputo a los que se habría vuelto aficionado. El Mago del Kremlin es un detractor de Macri. Seguramente una patraña fabulada por enemigos de Yeza. El exintendente de Pinamar está en conflicto con Juan Ibarguren, a quien eligió para sucederlo en el municipio. Ibarguren le ganó a Unión por la Patria la elección de 2023 por un solo voto. El kirchnerismo está atento a estos detalles. En su calidad de presidente del Colegio de Abogados de La Plata, Marina Mongiardino denunció a Julio Garro por “abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
    El fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta investiga si el exintendente Garro cometió irregularidades con los permisos concedidos a desarrolladoras inmobiliarias para la construcción de barrios cerrados. La causa está en poder de la jueza de Garantías N°5 de La Plata, Marcela Garmendia. Además de presidir el Colegio de Abogados, Mongiardini es la secretaria de Justicia de Julio Alak. El intendente se impuso a Garro por 606 votos en otra elección reñida.
    Como un reflejo de las estrellas de Hollywood que llamaron a votar en contra de Trump antes que a favor de Harris, Alak pertenece al raleado círculo de intendentes que adhiere a Axel Kicillof como una forma de oponerse a Cristina. El espacio que decidieron abandonar con urgencia el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, y Verónica Magario, ni bien Cristina fue consagrada presidente del PJ. No tanto por temor a una purga como la que Trump promete en organismos del Estado. Aunque sí a la alianza de Máximo Kirchner con Emilio Pérsico y la intendente de Moreno, Mariel Fernández, para disputarles el municipio. La conclusión de los asesores de Kicillof sobre la vicegobernadora resulta tan obvia como amarga: “Verónica no es Mariel.”
    Esa comparación podría resultar tan injusta como la de Trump con Cristina. Podría ser lícito que Magario y otros dirigentes eviten ser incorporados al “top five” de condenados por el supuesto delito de traición a la expresidente en el PJ. Andrés “El cuervo” Larroque lidera esa lista confeccionada por orden de mérito pero cuya autoría intelectual permanece anónima entre quienes la circulan. Le siguen Jorge Ferraresi, Mariano Cascallares, Gabriel Katopodis y, bastante más lejos, el propio Kicillof. A los intendentes de Avellaneda y Almirante Brown se les imputa haber recolectado avales sin definir previamente si lo hacían para Cristina o Ricardo Quintela. La Cámpora subraya que Cascallares recorrió con Kicillof el parque industrial de Almirante Brown horas antes del acto por el 17 de octubre en Berisso que encabezó el gobernador.
    Aunque fue quien rechazó la apelación judicial de Quintela para suspender la interna, al ministro de Infraestructura bonaerense se le cuestiona su contacto abierto con Juan Zabaleta. El exintendente de Hurlingham y auto proclamado archienemigo de La Cámpora que comanda Máximo. Cerca de Kicillof admiten que la relación con Cristina “está en pausa”.
    Sus asesores le recomiendan a Kicillof atender el consejo de Wado de Pedro: no hay forma de heredar a los Kirchner. Sergio Massa le habría dado otro cuando se vieron en San Fernando esta semana. Echar de su gabinete a Jorge D´Onofrio. A la denuncia por supuestas irregularidades con el sistema de fotomultas que investiga el fiscal Álvaro Garganta, se sumó la presentada contra el ministro de Transporte ante Adrián González Charvay. El juez federal de Campana se declaró incompetente para entender en esa causa. Algunos rumores insisten en que el intendente de Pilar, Federico De Achával, intercedió para que lo hiciera. La titular del Concejo Deliberante de Pilar, Claudia Pombo, estaría involucrada en la denuncia. Massa habría solicitado reunirse con Kicillof para garantizar obras a los pocos intendentes que permanecen fieles al Frente Renovador no se tienen con migrar a La Libertad Avanza.
    Kicillof se habría rehusado a despedir a D´Onofrio en medio de la debilidad política que le provoca la tensión con Cristina. Cerca de Massa insisten que el gobernador pidió esperar a fin de año, cuando podría efectuar cambios en su gabinete. ¿Se iría Larroque del ministerio de Desarrollo? Por ahora solo una conjetura.Lo mismo que otra, alumbrada por el efectivo desembarco de Juan Schiaretti en el conurbano. El 5 de noviembre el exgobernador de Córdoba fue recibido en Tigre por el intendente Julio Zamora. Schiaretti no descarta encabezar un frente electoral que reúna a peronistas disidentes como Zamora y los radicales Facundo Manes y Martín Lousteau.
    Algunos se sorprendieron cuando creyeron escuchar que mencionó a Macri en ese grupo. Tal vez un acto fallido, producto de la vieja relación que los une. O, tal vez, una especulación sustentada en la incertidumbre sobre el auxilio efectivo que Trump pueda prestarle a Milei.

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  • LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES

    Cartografía del nuevo poder: nace La Cámpora de derecha

    Laura Di Marco
    Fuente: La Nación
    (*) Notiar.com.ar
    4/11/024

    Tal como sucedía en La Cámpora de Cristina –los pibes para la “liberación”–, la escudería digital del Presidente cobija a los que creen y a los que cobran. Los últimos se autorrotulan –y los rotulan sus “enemigos” internos– como “Gordos Tuiteros”; los primeros son los liberales sin cargo, influencers que dan la batalla cultural por las “ideas correctas”. También, como en la marca original de la escudería joven kirchnerista, hay una tribu que mezcla a ambos: a los que cobran y a los que creen.
    Ahí se ubican algunos integrantes de “Los Herederos de Alberdi”. E, incluso, hay un cuarto grupo: las viudas de Javier Milei o los “neoliberales”, liberales ligados a la política tradicional de derecha, algunos provenientes de Pro, hoy expulsados del paraíso del poder real, pero dentro del ecosistema libertario.
    Todo el ecosistema digital de Milei, los que cobran y los que creen, tienen menos de 40 años. Son creadores de canales de YouTube; de exitosos streamings donde se debaten los distintos matices de las ideas libertarias, manejan cuentas de X que mueven millones porque las monetizan.
    Son protagonistas de una subcultura que corre completamente por fuera de la política tradicional y de los medios tradicionales que construyó, como toda subcultura, un lenguaje propio. Nuevas canciones, como diría Kicillof. Son palabras acuñadas al calor de las redes. Algunos ejemplos: “doxear” significa revelar la verdadera identidad de un influencer o la difusión de un documento que puede dañarlo (como un contrato en el “maldito” Estado); “termo” se banca todo lo que diga Milei. Permanecer “tácito”, es decir, escondido bajo un seudónimo. “Incel” es un término que merece un párrafo aparte.
    “Incel” es un acrónimo de “célibe involuntario” o involuntary celibate, en inglés. Empezó a usarse en las redes, pero se extendió a la vida: forma parte del lenguaje joven de la derecha alternativa. En su forma más básica, el concepto describe a alguien –generalmente a un hombre– que se siente despreciado por mujeres por múltiples causas, entre ellas la ideología. Entre los jóvenes, reconocerse de derecha –incluida la aversión al feminismo– sigue siendo una mancha venenosa.
    Pero la guerra ideológica estalló esta semana en la escudería digital de los jóvenes de Milei.
    X fue escenario de una auténtica guerra de guerrillas entre dos tribus bien definidas. Podríamos decir que entre dos ideologías de los sub-40 que siguen a Milei: los voraces por los cargos, una suerte de nueva Cámpora de la derecha que se está gestando en el seno de la Casa Rosada, de la mano de Agustín Romo, versus los “bienintencionados”. Liberales sin Estado en sangre.
    Los últimos vienen exponiendo en las redes los contratos y cargos en el Estado de los “Gordos Tuiteros”, cuyos exponentes centrales son Juan Doe –su nombre real es Juan Pablo Carreiro– y El Gordon Dan. Daniel Parisini (Gordo Dan) es el conductor de La Misa de Dan, en el canal del streaming libertario Carajo.
    Con bajada de línea de la Casa Rosada, hay streamings que devinieron en una suerte de 6,7,8 en formato digital. Los “puros”, incluso, acusan a los “infectados” por el “maldito” Estado, de que estas plataformas recibirían dinero del Estado. Rencillas del mundo Peluca. Critican, por caso, que diputados liberales como Agustín Romo tengan familiares nombrados en Trenes Argentinos.
    En esta semana negra para los “Gordos Tuiteros”, Augusto Grinner, de la escudería neoliberal junto con Álvaro Zicarelli (Zicarelli fue asesor en política exterior de Milei, en sus orígenes) reveló en X, desde su cuenta @DePeroncho, los supuestos nexos entre el Estado y Carajo: Iván Gómez, editor del exitoso streaming es, a la vez, coordinador de gestión de comunicación digital de la Casa Rosada. ¿No era que a Télam había que cerrarla porque funcionaba como una usina de propaganda oficialista? Las contradicciones de Santiago Caputo.
    Durante la campaña 2023, en una de esas rencillas entre tribus libertarias, Carreiro le hizo una seria promesa a uno de sus interlocutores: “Antes de ser empleado público me corto la yugular. Todo empleado público es un ladrón”, exageró. El 4 de junio de este año fue designado director de Comunicación Digital. El martes, su salario –expuesto por los “puros”– fue tendencia.
    Alejandro Alfie, periodista de Clarín especializado en medios, escribió en su cuenta: “Veo que el joven tuitero Juan Doe es tendencia. Algunos comparan su salario como funcionario con el de docentes y personal no docente de las universidades públicas. ¿Será porque Juan Carreira, director de Comunicación Digital del gobierno de Milei, cobra $3.424.640 por mes?”
    El Gordo Dan no la pasó mejor. Esta semana también se blanqueó que su pareja, María Belén Casas, fue designada jefa de Gabinete en la Subsecretaría de Política Universitaria. Cobrará un sueldo de más de dos millones de pesos. La guerra entre los “liberales” vs. los “cabeza de termo” (así se llaman ellos) está desatada. Termo alude a obediencia ciega, tan propio de La Cámpora original. Hoy es patrimonio de “Los Gordos”.
    En los albores del siglo XXI Herrero Liberal, cuyo nombre verdadero es Matías Bernal, se hizo kirchnerista, como tantos jóvenes de su generación que hoy rondan los 40. Era un pibito, dice él. ¿Qué lo fue alejando de aquel mundo para cruzar, de lleno, al charco libertario? El doblevarismo, el feminismo, la ideología de género. Bernal se reconoce, además, como cristiano. En la campaña de 2023, Matías, que es realmente herrero de profesión y vive en Lomas de Zamora, grabó un video en defensa de Milei que tuiteó el propio líder libertario y se terminó viralizando. La novedad era que un trabajador del conurbano explicaba su voto a Milei.
    Un par de meses más tarde se convertía en el primer youtuber en entrevistar a la inasible ministra Sandra Pettovello, a quien contactó por Instagram. Hoy es uno de los dueños del exitoso streaming Anima Digital e integrante del programa de debate crítico Táctica liberal, junto con Cristopher Marchesini y Lucas Apollonio. A su vez, Cristopher y Lucas manejan dos medios digitales, Mate con Mote (con un millón y medio de seguidores) y En el Ojo del Poder, respectivamente. Un mundo completamente nuevo.
    “No me gustaría saber que algunos de mis compañeros no están acá solo por la batalla cultural; por las ideas correctas –dice Herrero Libertal–. Enterarme de que algunos están por los cargos, como una Cámpora de la derecha, me dolería mucho. El solo hecho de que un influencer reciba dinero del Estado lo convierte automáticamente en lo que vino a combatir”, destaca Bernal, hoy integrante de la escudería de Pettovello.
    Otro de los bienintencionados, en cruzada contra los “Gordos”, acerca: “Si no ves el cambio de paradigma y lo ponés a tu favor, vas mal”. La autodenominación de “Gordo tuitero” viene del propio grupo, que siempre se jactó de que “seis gordos ‘boludeando’ en las redes pusieron a un presidente”.
    El choque de las ideas, pensadas desde el llano, con el poder real parece producir una extraña alquimia en algunos cerebros. El famoso teorema de Baglini se eleva aquí a la categoría de verdad científica: se puede reproducir en cualquier escenario y bajo cualquier ideología. El consumo de poder, la secretaria, los choferes, el dinero, tienen alta capacidad de penetración en los egos. Lo de izquierda o derecha se siente, apenas, como un detalle.

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  • LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES

    Las nuevas relaciones carnales con Estados Unidos y el impensado “efecto Colapinto”

    Marcelo Bonelli
    Fuente: Clarín
    (*) Notiar.com.ar
    8/11/024

    El incansable Daniel Scioli les fue a hablar con el corazón y la pasión fierrera de la Argentina. El capo de la Fórmula Uno escuchó atento sus fogosos argumentos. Pero Stefano Domenicali le respondió con el bolsillo. El titular de la Fórmula Uno hizo alusión directa a las dudas sobre la “macro” argentina que aún tiene cualquier inversor. Domenicali afirmó: “Sería bueno primero que Argentina sea estable macroeconómicamente”. Y siguió: “Un acuerdo es por muchos años y nosotros tenemos que tener certezas económicas”. Fue su primera contundente respuesta. Después, evitó entrar en detalles y la reunión fluyó. Estaba el influyente César Carman (h).
    Domenicali expresó así, sin anestesia, las dudas que existen en el mundo de los inversores reales sobre Argentina y su actual plan económico. En otras palabras: estos interrogantes se refieren a la sostenibilidad del programa, al cepo, a los problemas futuros del atraso cambiario y los vaivenes habituales de Argentina.
    Scioli contragolpeó fuerte: “Stefano, no te equivoques. Ahora está Milei. Y eso es una garantía de que Argentina se va a estabilizar seriamente”. Domenicali fue claro y sincero: el inversor real necesita estabilidad. Recordó la década del ´90 y cómo todo voló por los aires con los efectos Tequila, Caipirinha y después, “el Tango”. Así, el” fenómeno Colapinto” se mezcló con la economía. Fue un baño de brutal realidad.
    Sucedió en medio de la euforia oficial por la bonanza financiera y el éxtasis por el triunfo de Donald Trump. “El magnate” tiene poder absoluto y sed de venganza. Eso es un peligro.
    Ayer – a través de su red mediática – la Casa Rosada hizo trascender que Javo se comunicó con Trump el miércoles a la noche. Esto no habría ocurrido. Clarín confirmó que la intención es armar una cumbre antes de que Trump ocupe la Casa Blanca. Para eso, ya se pidió una entrevista y la intermediación de Elon Musk. Podría ser la semana próxima en el marco de la Conferencia de Acción Política Conservadora.
    Milei busca un espaldarazo político y capitalizar la apuesta que hizo a favor de Trump. Que “el magnate” lo bendiga como su delfín en América Latina. Javo -se sabe- tiene una fuerte sobreestima. Proclama que – junto a Trump – es el máximo dirigente mundial. Pretende con ese encuentro convalidar su exótica tesis. Toto Caputo tiene intereses más ordinarios. Que Trump desbloquee los rechazos del FMI para otorgar un préstamo adicional a Argentina. Caputo le prometió hace un año a Milei que iba a obtener U$S 15.000 millones. Hasta ahora fue fracaso.
    Washington está convulsionado. Realmente “patas para arriba”. Los “Toto boys” insisten en que Trump propiciará un recambio total en el FMI. Lo desean.
    Apuestan a que esa reestructuración involucraría a la -hasta ahora- poderosa Gita Gopinath y – después – a parte del staff. Se trata de aquellos auditores que cuestionan a Toto y le exigen: que libere el cepo, que devalúe y que elimine el dólar blend.
    A veces el deseo de los funcionarios locales se confunde con la verdad. Eso es muy “argento”. Gita -se sabe- tiene mandato y siempre se cumple. Trump -además- tiene problemas muy importantes que atender, antes que el argentino. Tampoco abrirá la mano el FMI sin instrumentar un ajuste.
    Ya lo vivió Mauricio Macri. El expresidente recibió la mayor ayuda histórica del FMI, pero debió aplicar una política que terminó con su sueño de reelección. Hoy, el PRO tiene un 9% de intención de voto.
    Macri conocía a Trump de la década del ´80. Fue cuando Franco –su padre– intentó instalarse en Manhattan y competir con la constructora del ahora –otra vez– Presidente. Trump no lo quería en NYC. Franco Macri salió un mediodía caminando de su oficina y una extraña limusina lo acompañaba en paralelo por la calle. En un semáforo la puerta del auto se abrió. Adentro estaba Trump, y su dedo índice: el magnate lo invitó a ingresar al vehículo. La limusina circuló una hora por NYC con ambos adentro. Al final, Franco se bajó y al otro día decidió irse de EE.UU. Recibió una propuesta que no pudo rechazar.
    Mauricio negoció con Donald Trump esa retirada del Grupo Socma de Manhattan. Así nació -como una serie de Neflix- la estrecha relación que terminó en el “megapréstamo”. Ahora, los cambios en el FMI –de concretarse– van a demorar. Por lo menos hasta el próximo otoño.
    Trump debe designar al crucial jefe del Tesoro. Existe una “terna” dando vuelta.
    El candidato principal es Jaime Dimon, capo máximo del JP Morgan-Chase. Dimon ha dicho que no quiere “jefes” en su vida. También suena John Paulson, fuerte aportante de Trump. Tiene contras. La terna la completa Scott Besset. Asesor cercano a Trump, impulsor de las barreras arancelarias. También volvería Mauricio Claver Carone. Tiene cuentas pendientes con un ministro clave de Milei.
    La cuestión central de los aranceles de Trump va a traer problemas a los mercados emergentes y a la Argentina. El “cepo” protege al BCRA, pero hubo movimientos en Brasil y México. El dólar caro que auspicia Trump, la caída de commodities y devaluaciones en los emergentes afectan –a mediano plazo– la “tablita cambiaria” del Toto y su famoso plan “tres Patitos”.
    La estrategia ya generó una jugosa bicicleta. El “carry trade” acumula U$S 5.000 millones. “Toto” busca ahora blindar el superávit y aprobar el Presupuesto. Los ortodoxos lo acusan de “cosmética contable”. Javo está involucrado: quieren dar una señal a Wall Street. Los gobernadores aliados lo apoyan. A pesar de que dicen que el Presupuesto es “un dibujo”. Todos tuvieron un encuentro: pactaron aprobar el Presupuesto, si Milei cumple un compromiso concreto.
    Está redactado en un “memo” confidencial: le exigen el envío adicional de fondos por cinco cuestiones. Rogelio Frigerio adelantó: “Sin ese dinero, no hay Presupuesto”. También se lo dijeron a Milei los radicales en un almuerzo.
    Ocurrió después del destrato de Javo hacia Raúl Alfonsín. Milei intentó obviar la cuestión. Pero Maximiliano Pullaro lo encaró. El gobernador de Santa Fe afirmó: “Estamos dolidos y ofendidos”. Y remató: “Nosotros acompañamos sus leyes y usted dice barbaridades de Alfonsín, nuestro padre político”. Hubo silencio y tensión. Se esperaba la explosión de Milei. Pero Javo no se alteró. Intentó distender y dijo jocoso: “Reconoceme que por lo menos hablo bien de Alvear”.
    Después, minimizó su destrato al “Padre radical”: “Fijate que los economistas son mis hermanos y yo también los reputeo”. En la reunión Karina estuvo muy activa y Milei ultra exitista. Javo afirmó, exultante: “Baja el dólar y el riesgo país se hunde”.
    Y remató con una premonición: “Argentina va a volver a crecer en forma abrupta”.
    Milei le dio una orden a Gerardo Werthein: achicar y liquidar la Cancillería. Werthein es un Cruzado. La “Casa” explota. Gerardo lo introdujo a Milei en EE.UU. Ocurrió hace un año y el bautismo paradójico: un almuerzo con Bill Clinton, que el demócrata suele cotizar carísimo. Ahora Werthein está alineado con Trump y las nuevas “relaciones carnales”. Werthein es un pragmático extremo y se sabe que también fue fervoroso militante de Cristina, cuando concentraba el poder en Argentina. Las “redes” se lo recordaron. Dicen que salió del propio Gobierno. El “Pibe” Caputo observa sus movimientos en la Cancillería.
    Pero ahora está concentrado en las empresas públicas. Aquellas que controlaba Nicolás Posse. Ocurrió en los últimos días. Santiago ya pidió la cabeza a la cúpula de Tandanor y quiere las renuncias de la conducción de AySA.

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  • Como en la anterior transcripción del artículo de Claudio Jacquelin escribí en mayúsculas algunas frases que no eran los subtítulos del artículo, transcribí nuevamente el escrito del columnista de La Nación con las correcciones correspondientes.

    LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES

    Planetas alineados, con algunas sombas

    Claudio Jacquelin
    Fuente: La Nación
    (*) Notiar.com.ar
    8/11/024

    “Se nos siguen alineando los planetas. ¡Qué manera de cerrar el mejor mes desde que llegamos!”, festejaron en la Casa Rosada, después del apabullante triunfo en las elecciones de los Estados Unidos de Donald Trump, el amigo idolatrado del presidente Javier Milei.
    La sostenida baja de la inflación, que mostraría el descenso de otro escalón la semana próxima (esperan un rutilante 2 adelante), la caída del riesgo país y de la cotización de los dólares no oficiales y la recuperación de la economía (en algunos sectores) eran los elementos que daban forma a la metáfora astronómica de la felicidad mileísta. Hasta la madrugada de anteayer, cuando se confirmó la noticia de política externa más deseada por el oficialismo.
    La condición de Milei de único presidente amigo, fan y émulo del triunfante Trump en todo el continente, y la alineación absoluta (y ahora más) con los Estados Unidos son las bases sobre las que se posa la esperanza de que el nuevo viento que devuelve al republicano a la Casa Blanca empuje también hacia arriba a la Argentina. O al gobierno de La Libertad Avanza.
    El encuentro bilateral que el mileísmo quiere realizar antes de la asunción del 20 enero, y que aspiran a concretar la semana próxima, buscará resaltar esa sinonimia (o simbiosis) entre ambos mandatarios y sus respectivas construcciones.
    No hay dudas de que en el plano político y simbólico el resultado de los comicios norteamericanos, tanto por la magnitud del triunfo del radicalizado candidato republicano como por la dimensión de la debacle de la moderada Kamala Harris, refuerzan la identidad mileísta, en el fondo y en las formas, en la estética y en la ética. Aunque también hay algunas disonancias, sobre todo en lo que refiere a la retórica nacionalista que cultiva Trump.
    La expectativa en el gobierno argentino es que esa armonía (si cabe para dos caracteres siempre volcánicos) se traslade al plano económico y financiero. Y allí es donde aparecen algunos matices.
    MILEI RESPECTO A DONALD TRUMP Y KAMALA HARRIS
    En la Casa Rosada y en Economía confían casi ciegamente en que el triunfo de Trump traerá beneficios para el país en ambos planos, aún antes de que se produzca su asunción y, a pesar de muchas incertidumbres que ya dispara la transición norteamericana que acaba de abrirse.
    Sin embargo, varios analistas económicos e inversores advierten que nada será lineal. Es más, la mayoría señala que para el comercio internacional y para los bienes exportables argentinos se avecinan tiempos complicados, si es que Trump cumple con lo prometido en campaña.
    De todas maneras, algunas de esas voces señalan que los beneficios del triunfo trumpista para la Argentina en el plano financiero compensarán los probables perjuicios. Una apuesta a una nueva alineación de planetas, que depende de que ningún eclipse lo altere.
    Los antecedentes cercanos envalentonan a oficialistas (políticos y económicos), a un conjunto amplio de inversores y a buena parte de los grandes empresarios. No es el caso de medianos y pequeños empresarios ni de sectores del campo, que miran con preocupación las cuentas de sus negocios más que afinidades ideológicas y narrativas políticas.
    Un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que aporte dólares frescos de libre disponibilidad, además de la renegociación de la deuda, asoma como la primera de las metas deseadas y alcanzables. La discusión parece centrada en dos puntos: una es el monto de ese nuevo préstamo y la segunda son las condiciones que tendría, ya que el equipo económico no quiere hacer concesiones anticipadas en el plano cambiario, especialmente en lo que respecta al levantamiento del cepo.
    UN SUEÑO DE 20.000 MILLONES
    “Es probable que con el apoyo de Trump, después de acordar un nuevo programa, el FMI nos dé unos 15.000 millones de dólares, aunque podría llegar a los 20.000 millones”. El cálculo optimista es compartido por autoridades económicas argentinas y por algunos inversores radicados en EE.UU., que dicen haber conversado con funcionarios del Fondo en los últimos días. La suma de base es la que ha venido buscando el ministro Luis Caputo desde que asumió y el objetivo con el que partió en cada viaje a Washington (al menos hasta mediados de año) para volver sin cheques que mostrar.
    Pero las cosas han cambiado mucho en los últimos tres meses. Por un lado, se cuenta el éxito del blanqueo y la consecuente incorporación de dólares, que mejoraron el nivel de las reservas y achicaron la brecha cambiaria. También, el resultado positivo en las cuentas públicas del brutal ajuste fiscal sin desvíos importantes ni (muy especialmente) alteración de la paz social por las consecuencias negativas en la economía real. Por último, se agrega la baja consistente de la inflación para aspirar a ese salvavidas. Y, a eso se sumó, la baja de la tasa de interés en los Estados Unidos, que volvió más atractivo traer o dejar dólares en estas playas para cambiarlos por pesos, ponerlos a interés y hacer una renta atractiva que no obtendrían en otro lado, antes de volver a llevarse los dólares.
    A todo eso, cabe agregarle algunas novedades de la dimensión política que parecieron fortalecer al oficialismo, no tanto por sus éxitos, ya que siguen abundando los errores no forzados y los ruidos internos. Es la comparación lo que mejora, sustancialmente, a LLA.
    LA OPOSICIÓN AYUDA
    Las escenas de autodestrucción y fragmentación que continúa proyectando la oposición están para competir en un festival de cine catástrofe. La disputa interna del peronismo, la balcanización del radicalismo y el proceso de dilución del Pro parecen haberle allanado el camino al Gobierno antes de cumplir un año de una forma que ni siquiera los más optimistas del mileísmo soñaban. Eso también miran los mercados y los inversores, no solo financieros.
    Pero la situación sigue siendo frágil como para cantar victoria y todavía el instinto de supervivencia, aunque atenuado, se mantiene en algunos opositores. La restricción a los DNU podría avanzar la semana próxima en el Congreso así como un rechazo al decreto que le dejo manos libres al Gobierno para renegociar deuda. En la Rosada confían en que el macrismo los ayude (otra vez) y la sanción no salga este año.
    Prefieren regocijarse con halagos en otros terrenos. Ayer, esgrimían como un blasón la llegada de una integrante del directorio mundial de Shell para reunirse con Milei y anunciarle una importante inversión, junto con YPF, para el transporte de petróleo y gas. El anuncio fue celebrado en el entorno presidencial casi tanto como el regalo de unos gemelos de oro con cara de león hecho por la ejecutiva Zoe Yujnovich, junto con la afirmación de que su esposo integra el club de fans de Milei. Gente que sabe tocar fibras sensibles.
    Para fortalecer los ánimos celebratorios, un inversor sostiene (con singular optimismo) que “la vulnerabilidad política y financiera de Milei ya está más en el pasado que en el presente y en el futuro”. Aun cuando él y varios de sus colegas admiten que los desafíos que tiene por delante el Gobierno son muchos y que tendrán nuevas situaciones de estrés con la política de Trump.
    “Es cierto que las inversiones de corto (el carry trade) ayudan a sostener la baja del dólar y la caída de la brecha, lo cual siempre entraña riesgos, pero la mayoría pertenecen a actores locales o radicados en el país, que en lo inmediato no ponen en riesgo la situación”, coinciden un analista desde Wall Street y otro que asesora a un dirigente opositor.
    La única, pero no menor, diferencia entre ambos es la durabilidad de esa operación sin poner el sistema en riesgo por una salida masiva de fondos. Le pasó a Mauricio Macri en 2018 ante el aumento de la tasa de interés en EE.UU., que ahora también se pronostica. Para el primero hay aún una ventana de casi dos años, para el segundo, el plazo máximo que tiene ese esquema es fin de 2025. En cambio, el político que se jacta de su expertise financiero proyecta luces amarillas para el primer trimestre del año próximo. Hagan apuestas.
    En este terreno, el Gobierno confía en que las buenas señales provenientes de EE.UU. continúen (aún sin haber cerrado nada con el FMI) y sigan haciendo caer el riesgo país para poder salir a tomar deuda.
    “Cuando el riesgo llegue a 500 puntos habrá muchas oportunidades y permitirá renegociar la deuda con los acreedores privados que vence el año próximo”, se entusiasma un analista cercano al Gobierno. Los vencimientos para 2025 llegan a 25.000 millones de dólares. Ante ese panorama, el acceso al crédito asoma como un bálsamo para oficialistas e inversores y como una dosis de ácido para quienes ven el endeudamiento en dólares una recurrente maldición, que recuerda viejos traumas nacionales.
    CONSECUENCIAS NEGATIVAS
    Al margen de tales consideraciones, la vía financiera deberá compensar los efectos negativos que tendría para el país la política trumpista anunciada. Por ejemplo, la suba de aranceles a la importación, el apoyo a la producción de petróleo y gas no convencional, y una agresiva política comercial de tinte proteccionista.
    “No se puede negar que para la Argentina habrá consecuencias negativas. Va a haber un dólar más fuerte contra otras monedas, lo cual complica el sendero descendente de la devaluación programada (crawling peg) que viene aplicando el Gobierno. Y ayer se sumó una nueva devaluación del Real. Eso afectará el comercio exterior argentino porque el peso estará más apreciado y los precios de las commodities (petróleo y granos) que produce el país serán más débiles. En cambio, para bien o para mal, no cambiará mucho el comercio bilateral con EE.UU.”, advierte uno de los consultores que el Gobierno suele escuchar, aunque no estaría siendo muy receptivo en estas horas.
    El optimismo que transmite Luis Caputo a los inquilinos de la Casa Rosada no admite dudas, a pesar de que a estas prevenciones se suman otras dos netamente locales que podrían influir negativamente en la imprescindible (y exigida por el FMI) acumulación de dólares. Por un lado, el atraso cambiario lleva a pronosticar una elevada salida de divisas por turismo durante el verano, que ante el fin del impuesto PAIS, haría que se vayan no solo dólares del colchón. Por eso, hay quienes pronostican la adopción de alguna medida para mantener elevado ese precio.
    Por otra parte, especialistas en comercio exterior e interior prevén un aluvión de productos importados a partir del primer trimestre del año próximo, con fuerte impacto en las reservas y en las industrias locales. Sigue habiendo mantas cortas.
    A eso habría que añadir las turbulencias que podrían agravarse en un mundo con demasiados frentes de conflictos abiertos. En ese terreno, descuella la profundización de la guerra comercial con China y la disputa por temas estratégicos, como el avance sobre el espacio exterior o por los minerales estratégicos. El viaje de Milei a Pekin empieza a estar en duda y habrá que ver si repite que ese país “no exige nada y solo pide que no lo molesten”. En una era de más tensión, las condiciones para el alineamiento pueden ser más rígidas. Trump ya eligió sus enemigos.
    A eso se agrega la muy probable quita del apoyo de los Estados a Ucrania, que incomodaría a Milei no solo por la cercanía (hasta estética) que siempre ha expresado por Volodímir Zelenski. Pueden ser tiempos de contorsiones interesantes.
    El plano político y del ejercicio del poder amenazan, por otra parte, con darle clima favorable a una profundización de la intolerancia a cualquier cuestionamiento y un avance sobre el periodismo crítico. Las primeras reacciones del Gobierno tras el triunfo de Trump fueron brutalmente en esa línea. Y todavía no empezó la campaña electoral. Un Trump empoderado permite proyectar un Milei ultrarrecargado.
    La alineación de planetas también proyecta algunas sombras.

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