Por Carlos Tórtora.-

En política casi todo es posible, hasta que Javier Milei y Mauricio Macri desescalen el enfrentamiento que están profundizando en las últimas semanas. Esta es, junto con los resultados, una de las principales incógnitas que empezarán a develarse el próximo lunes. Hoy la imagen de la realidad política probablemente esté algo distorcionada por el efecto de los últimos acontecimientos. El PRO luce arrinconado y cerca de quedar tercero en la elección porteña. Además, varios de sus principales dirigentes bonaerenses, como Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro, responden más a Milei que a Macri y siguen proyectando una alianza con Karina Milei y Sebastián Pareja, aun en medio del actual fuego cruzado. A esto se le suma que, algo que no es nuevo, el partido amarillo carece de presencia en muchas provincias chicas, como se vio el último domingo.

Todo esto instala la imagen de un Macri acorralado por la Casa Rosada y al borde del colapso. Así es que se disimulan los puntos débiles del gobierno. Jaqueada por la falta de figuras para colocar en las listas de candidatos a legisladores provinciales para el próximo 6 de septiembre, Karina está tratando de encontrar funcionarios nacionales que, como Manuel Adorni en Capital, puedan hacer un buen papel en Buenos Aires. Pero esto no es fácil y se va notando que La Libertad Avanza no es un partido con estructuras políticas reales sino un improvisado tinglado armado desde el poder . Por otra parte, el consumo popular sigue cayendo a niveles alarmantes y poco influye que la inflación haya bajado algo en las últimas semanas.

Por más caído que esté entonces el PRO, son pocos los encuestadores que creen que LLA pueda vencer sola en octubre al PJ. Como está visto, Axel Kicillof y Cristina Kirchner sólo se amenazan pero ya no tienen margen para romper el peronismo. La alianza con los amarillos no es entonces para Milei una simple variable sino una necesidad, aunque él lo disimule tratándolos con desprecio. Sin Macri, Milei parece condenado a perder contra el peronismo.

La carta fuerte

En este punto es donde juega el otro factor de esta ecuación. El presidente hace todo lo posible para que Cristina sea candidata -la Ficha Limpia es un ejemplo- porque está convencido de que su elevado deterioro político y el lastre de la corrupción la llevan inevitablemente a perder en las urnas. Pero se trata de una apuesta de riesgo. Ella, aun averiada como está, puede ganar y si lo consigue se instalaría un duelo entre ambos por la presidencia en el 2027.

Por lo pronto, si el PRO bonaerense concurre en octubre sin los libertarios, el PJ estaría mucho más cerca de ganar y en este aspecto es Macri el que lo tendría contra las cuerdas a Milei.

Ésta es la bala de plata que le queda al expresidente, aunque se arriesga a que su partido se fracture entre los seguidores de Milei y los que quieren un PRO independiente. También se arriesga Macri a que Patricia Bullrich termine ganando en octubre la elección de senadores nacionales y que el PRO quede al borde de perder el gobierno de la Ciudad en el 2027. Con tanto para perder para los dos, pese a la virulencia actual, todo indica que Milei y Macri irán hacia una recomposición de relaciones.

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