Por Luis Alejandro Rizzi.-

Así terminamos la nota del pasado viernes en este “Furgón” que hoy decidí usar como título.

Sólo votó el 54% de los vecinos inscriptos, lo que significa que un 46% decidió no votar, de donde LLA tuvo el 30% del 54% que votó.

Visto cuantitativa y cualitativamente, es muy poco ya que el voto “positivo” de los tres primeros no pudo superar el porcentaje de los que no votaron.

¿Qué valor tuvieron estas elecciones de la CABA y qué lectura puede hacerse?

La primera es que, en las elecciones de octubre del 2023, Javier Milei había logrado el 20% habiendo votado el 62% del total, y en las de hoy domingo 18 de mayo, si bien no participó de modo directo, se puso al frente de la campaña, creció un 50% en una elección en la que participó el 54% del padrón, un 8% menos.

La segunda lectura es que, vistas estas elecciones como unas PASO, la dispersión de votos pone en evidencia que la sociedad estaría pidiendo la conformación de una alianza política muy concreta, no sólo electoral sino de gobierno.

Dicho de otro modo, para las elecciones de octubre, no sería suficiente una coalición sólo electoral o una cooptación de políticos. El gobierno de Javier Milei fatalmente deberá pensar en las elecciones de octubre como un “balotaje” o un plebiscito.

Dicho en pocas palabras, la sociedad descree de la posibilidad de un solo partido gobernando.

Así como el PRO fue una suerte de gerente general de una coalición que sólo fue electoral, ahora se reclama una alianza de gobierno transparente.

La sociedad dice “no más contubernios”.

Una tercera lectura, un 70% no votó al gobierno y es probable que esa relación se mantenga entre los que no participaron de la elección, la oferta no los satisfizo.

El plan “dolarcito” funcionó, pero las divisas y el peso siguen en el aire y exigirán, o mucha mayor habilidad dialéctica o ingreso genuino de capitales.

Lo último y no menos importante, el peronismo continuó en proceso de disolución; ya no se trata de “enterrarlo” como dijo Milei, sino de absorberlo, otro desafío de la política.

Las estadísticas son una cosa, la realidad es la verdad.

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