Por Otto Schmucler.-

Una charla imaginaria, compartiendo un café, en un bar cualquiera.

Sueño con tener, algún día, la oportunidad de tomar un “feca”, intenso y sin azúcar, con quien, desde el lugar de un ciudadano común, llegó a presidir la República, prometió enderezar el rumbo (promesa que cumplió) y va por más.

Pero como sé que no es posible, recurriré a mi imaginación, que estalla de ansiedad ante la inminencia del encuentro, en un bar cualquiera.

Terminando de engañar al café (que lo tomo sin azúcar), acomodo la cucharita en el platito y lanzo: Javi, no dejes que el imberbe (sub 40) asesor estrella que tenés te haga meter la pata; escuchá la voz de la experiencia. Aprovechando el silencio que de repente se hace en el salón continuo; en mi anterior carta te dije que tus compromisos no son con Lijo sino con la Patria.

Ahora, aprovechando la soledad que nos acompaña, te diré que en realidad no es tan difícil reemplazar a Ariel. Te tiro 3 nombres para completar los 2 que tiene vacantes la Corte y casi nadie los va a objetar, aquí van: el Fiscal Luciani, María Eugenia Talerico y/o la Fiscal anticorrupción Cecilia Goyeneche, gente intachable, valerosa y “valiosa”.

Para la Procuración, José María Campagnoli o el Fiscal Luciani.

Como verás, nombres de fuste, marquetineros tenés; sólo que hay que saber elegir, y si vos no lo hiciste, fue por estar mal asesorado.

Con estos nombres no sólo se acaban las tensiones sino que podrás descansar tranquilo pensando en la economía, que es lo tuyo.

No te distraigo más, Javier… Otto se incorpora y con un sutil gesto le indica al mozo que la cuenta la paga él.

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