Por Hernán Andrés Kruse.-
En su edición del 4 de marzo, Infobae publicó una columna escrita recientemente en su blog personal por un reconocido economista. Considera que la devaluación del peso podría erosionar el apoyo popular al gobierno libertario y desestabilizar lo que considera son avances alcanzados en materia económica. De ahí lo relevante que es para Milei y su equipo económico evitar a como dé lugar una devaluación “desestabilizante”. Más adelante, el reconocido economista detalla una serie de medidas que a su criterio el gobierno libertario debería implementar para aumentar el nivel de reservas netas sin verse obligado a recurrir a un salto cambiario en el mercado oficial (devaluación). Entre tales medidas se destacan las siguientes: 1) “eliminar el dólar blue y garantizar que el 100% de los ingresos por exportaciones sean vendidos al Banco Central”; 2) incrementar los incentivos fiscales para las exportaciones, como la reducción de retenciones a productos agropecuarios y de economías regionales”; 3) aumentar los reembolsos de impuestos internos a las exportaciones de manufacturas; y 4) establecer que los pagos de servicios turísticos y las importaciones de bienes de consumo no esenciales se realicen a través del mercado CCL, sin utilizar divisas del Banco Central”.
Se trata, qué duda cabe, de un diagnóstico serio, efectuado, como lo expresé precedentemente, por un economista de prestigio, tanto nacional como internacional. El problema es que dicho economista carece de toda autoridad moral para criticar al gobierno libertario, por más certero que sea su análisis. En efecto, cabe formular la siguiente pregunta: ¿qué autoridad puede tener este reconocido economista para aconsejar al gobierno de Milei si fue el principal responsable de la estatización de la deuda privada (1982), la convertibilidad (década del noventa) y el corralito (diciembre de 2001)? Hago referencia a Domingo Felipe Cavallo, cuya desvergüenza carece de límites.
A continuación paso a transcribir una parte de un ensayo de Saúl Keifman titulado “Auge y derrumbe de la convertibilidad argentina: lecciones para Ecuador” (Revista de Ciencias Sociales, núm. 19, mayo, 2004, pp. 25-34 Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Quito, Ecuador), referida a la salida de la convertibilidad, es decir a las nefastas consecuencias del modelo económico impuesto por Cavallo y bendecido por Carlos Menem. El economista que provocó semejante hecatombe hoy tiene el tupé de aconsejar a Milei, quien, en su momento, es bueno recordarlo, lo consideró un economista excepcional.
LA SALIDA DE LA CONVERTIBILIDAD
“A principios de enero de 2002, el presidente interino Duhalde oficializó el fin de la convertibilidad devaluando la moneda y eliminando el requisito de respaldo en reservas internacionales para la base monetaria. Sin embargo, la crisis política y económica heredada, el abandono de la comunidad financiera internacional, sumados a la falta de preparación de una salida ordenada de la convertibilidad, llevaron a un proceso de ajuste caótico que tuvo un costo social enorme. Inicialmente, se desdobló el mercado cambiario. El gobierno fijó en $1,40 la cotización del dólar oficial y creó un mercado de flotación libre. Paralelamente, se congelaron en pesos las tarifas de los servicios públicos privatizados que estaban fijadas en dólares. El problema más serio era qué hacer con los contratos financieros formulados en dólares, es decir, la mayoría de los préstamos y depósitos del sistema. El gobierno decidió pesificar los depósitos y préstamos en dólares a la cotización de $1,40, ajustarlos ulteriormente por el índice de costo de vida, y fijarles una tasa de interés baja. Los préstamos hipotecarios, de consumo personal o de PYMES, de montos menores otorgados por los bancos, se pesificaron a $1 y se ajustaron según un índice de salarios nominales. Las restricciones al retiro se generalizaron a todos los depósitos, se prohibió la transferencia de depósitos entre bancos y cuentas, (presumiblemente por presión de los bancos que se encontraban en situación más frágil) y se anunció un cronograma de devolución de depósitos que llegaba hasta 3 años y medio.
Los ahorristas rechazaron estas restricciones conocidas como “corralón” y la pesificación de sus depósitos a $1,40 mientras el dólar libre se cotizaba a $2. Por otro lado, un grupo de grandes empresarios presionó con éxito al gobierno para lograr la pesificación de sus deudas a $1. La resultante pesificación asimétrica de préstamos y depósitos tuvo un gran costo fiscal y un impacto político muy negativo, porque fue percibida como injusta y transmitió la imagen de un gobierno débil. En esta situación muchos ahorristas presentaron recursos de amparo para hacer efectivo sus depósitos o para recuperar los dólares originalmente depositados. En numerosos casos sus reclamos fueron reconocidos por la Justicia. Esto complicó el manejo de la política monetaria que debió incrementar fuertemente los redescuentos a los bancos que habían devuelto depósitos por orden judicial. Entretanto, los depósitos del sistema seguían cayendo por los resquicios del “corralito” y el “corralón”, mientras que las reservas internacionales del Banco Central disminuían por la persistencia de la fuga de capitales (…).
La fuerte suba del dólar se realimentó por dos factores: la renuencia de los exportadores a liquidar divisas, y la actitud del FMI y los países desarrollados que dejaron a la Argentina librada a su propia suerte. Mientras el gobierno mostraba la disposición a tomar cualquier medida con tal de alcanzar un acuerdo con el FMI, el organismo multilateral agregaba progresivamente nuevas condiciones previas a la discusión del acuerdo. Por ejemplo, a pedido de los bancos extranjeros el Fondo demandó la derogación de la ley de subversión económica y la modificación de la ley de quiebras; estos cambios fueron finalmente aprobados por el Congreso. Mayores consecuencias tuvo la exigencia del Fondo de unificar y liberar totalmente el mercado cambiario en el peor momento de la crisis, sin otorgar a cambio respaldo alguno cuando el gobierno no contaba aún con instrumentos de manejo de la política monetaria debido a la situación del sistema financiero. El resultado de cumplir con la exigencia del Fondo fue provocar una escalada del dólar que llegó a $3,85 en marzo de 2002. Así Argentina se hundía en su peor depresión mientras el secretario del Tesoro de Estados Unidos y la principal economista del Fondo deploraban la falta de un programa sostenible, lo cual obviamente no era independiente del apoyo que retaceaban.
La disparada del dólar, la persistencia de la crisis económico-financiera y la falta de apoyo del Fondo, precipitaron la caída del ministro de economía Remes Lenicov. Su sucesor, Lavagna, adoptó medidas que aliviaron la presión sobre el mercado de cambios, forzando la liquidación de divisas de los exportadores e imponiendo algunas restricciones a la compra de dólares. También logró normalizar la situación financiera levantando el “corralito” (diciembre de 2002) y el “corralón” (marzo de 2003). En el delicado caso de los depósitos en dólares, los ahorristas pudieron disponer del valor pesificado a $1,40 e indexado por el IPC, mientras que la diferencia entre este valor y la cotización de mercado del dólar se canjeó por bonos del gobierno a 10 años. Por su parte, los depósitos del sistema financiero se empezaron a recuperar desde mediados de 2002 (…).
Lavagna manejó la negociación con el FMI con un estilo diferente. Cuando en noviembre de 2002, en medio de una impasse en las tratativas con el Fondo, vencieron 805 millones dólares adeudados al Banco Mundial, el gobierno argentino sólo desembolsó los 79 millones correspondientes a intereses. El mensaje fue claro: Argentina estaba dispuesta a extender la moratoria a los organismos multilaterales de crédito si no llegaba a un acuerdo con el organismo. La decisión argentina no afectó a las variables financieras locales. El Fondo cambió de postura y en enero de 2003 se firmó un acuerdo “puente” hasta el próximo gobierno que permitió reprogramar hasta agosto de 2003 vencimientos de capital del FMI, el Banco Mundial y el BID por un total de 11 mil millones de dólares. El acuerdo no incluía dinero fresco, y contenía metas inconsistentes típicas: generar un superávit primario muy importante, de 2,5% del PIB, en una economía que sólo crecería en 2003 entre 2 y 3% desde el pozo de la depresión, combinado con una política monetaria contractiva y previsiones de inflación de 22%. Para sorpresa de los funcionarios del Fondo, el PIB creció 8%, la inflación fue de 3,7%, se alcanzó la meta fiscal, y la base monetaria creció más del 50% (…).
Sin embargo, a pesar del reordenamiento de la situación macroeconómica y la rápida reactivación de la economía, debe destacarse que la situación social sigue siendo muy grave. Esto se debe a dos razones: la profundidad de la caída de la producción y el empleo causada por la depresión, y la dramática caída de los salarios reales, que es la contracara de la hiperdevaluación que resultó de la salida caótica de la convertibilidad. El PIB per cápita de 2002 retrocedió al nivel de 1991, el año de inicio de la convertibilidad, pero con tasas de desempleo del triple, y salarios reales muy inferiores. En consecuencia, no es de extrañar que la incidencia de la pobreza y la indigencia se haya multiplicado por factores de 2 y 5, respectivamente, en relación a 1991. A fin de paliar esta situación, el gobierno lanzó en 2002 el Plan de Jefes y Jefas de Hogar que consiste en un subsidio para jefes de hogar desocupados con hijos, con contrapartida de tiempo parcial en trabajo o capacitación. A pesar de su carácter extendido, su impacto en términos de disminución de la pobreza y la indigencia ha sido muy limitado, probablemente por su reducido monto (50 dólares mensuales). La terrible herencia de la convertibilidad y su trágico final, plantea desafíos formidables en términos de crecimiento y equidad al nuevo gobierno de Néstor Kirchner”.
14/03/2025 a las 7:54 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Cruje la unidad de La Libertad
Avanza en medio de una ofensiva
opositora que amenaza la
estabilidad del Gobierno
Facundo Chaves
Infobae
13/3/025
Las escenas que se vivieron ayer parecieron copiar a las de fines del 2017: una protesta violenta en las calles contra un gobierno no peronista y, en simultáneo, una sesión alborotada por diputados kirchneristas exaltados. Sin embargo, en esa coreografía repetida hubo diferencias que cambiaron el panorama y mostraron una singularidad entre bizarra y peligrosa: barras de fútbol como punta de lanza de la manifestación; dos diputados a las trompadas y otras diputadas a los gritos y tirándose agua. Lo peor es que estos cuatro eran de La Libertad Avanza, un oficialismo atravesado por internas.
La cuestión de las barras de fútbol que fueron usados por la política para embestir contra el Gobierno fue muy comentada y sorprendió, pero no tanto como la perplejidad que produjeron los dos episodios que se vivieron entre legisladores que, se suponía, participaban de un mismo proyecto político y sostenían al mismo presidente: Javier Milei.
Lo que quedó expuesto no es solo que hay internas tan intensas bajo los pies del “triángulo de hierro”, sino que hay una peligrosa falta de conducción en medio del desafío a la Casa Rosada que lanzó en las últimas semanas el peronismo. En esto no hay secretos. En uno de sus últimos posteos, Cristina Kirchner le avisó a Milei que, para ella, al presidente se le dio “vuelta el reloj de arena”.
Lo grave es que Oscar Zago, Lisandro Almirón, Marcela Pagano y Lilia Lemoine -los protagonistas principales de los escándalos- dejaron a la vista que la unidad de La Libertad Avanza, el partido de Gobierno, está lejos de gozar de buena de salud.
Las discusiones entre Zago y Almirón y entre Pagano y Lemoine vienen desde el inicio del gobierno y eclosionaron en medio de una sesión que palpitaba los sonidos de las bombas de estruendo, los gases y pedradas de aquellos que llegaron con el argumento de defender a los jubilados. Como pasó a fines de 2017, cuando el kirchnerismo y sus aliados de izquierda, protagonizaron una batalla campal para frenar una reforma jubilatoria que no solucionó ningún problema y creó nuevos.
El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y el titular de la bancada oficialista, el cordobés Gabriel Bornoroni, no estuvieron ajenos a lo que se vivió en la Cámara. Jugó al fleje dando por levantada una sesión, mientras Zago y Almirón se pegaban en un costado y la rosarina Rocío Bonacci y Marcela Pagano cruzaban recriminaciones y se tiraban agua. En algo coincidían: se decían funcionales al kirchnerismo por no levantarse de sus bancas o por sentarse.
Lo de Zago es conocido: acumula decepciones y rencores después de ser desplazado el año pasado de la presidencia del bloque de La Libertad Avanza para, en su lugar, entronizar a Bornoroni. Y le sumó, ahora, un voto para que investiguen al presidente Milei por el caso de la cripto $Libra. Una vendetta inoportuna, cuando volaban en las calles las esquirlas del desafío kirchnerista.
Lo de Pagano y Lemoine tiene también su historia. Todo en La Libertad Avanza tiene una antigüedad de meses, pero en tiempos libertarios es una de las peleas de fondo. Ambas diputadas se detestan desde la campaña, pero todo se agravó cuando a la ex periodista la nombraron y a los minutos la “desnombraron” como presidenta de la Comisión de Juicio Político de Diputados.
Lemoine, además, le recrimina a Pagano los vínculos con Rusia. Cuando le criticaba pertenecer al Grupo Parlamentario de Amistad (GPA) con la Federación de Rusia, Vladimir Putin era acusado por los países de Occidente por la invasión a Ucrania.
Más allá de los argumentos, las rencillas o el pasado, las discusiones y las escenas que se vivieron en la Cámara de Diputados coincidieron con un momento de extrema gravedad para el gobierno de Javier Milei, debido a la decisión del peronismo de avanzar contra el oficialismo en todos los ámbitos.
“Hay movimientos políticos orientados a desestabilizar al Gobierno”, admitió el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en Infobae en Vivo. La ministra Patricia Bullrich, que tuvo que lidiar con la protesta, afirmó: “Muchas de las personas que vinieron a esta marcha, barras, agrupaciones de izquierda y miembros de agrupaciones kirchneristas se nuclea políticamente para voltear al gobierno. Vinieron preparados para matar».
En medio de ese escenario descrito con vehemencia por el Gobierno, en la Cámara de Diputados el oficialismo se mostró desunido y preso de internas descarnadas que pueden ser llevadas incluso hasta poner en riesgo mucho más que una ley. Es que entre los objetivos que tenía el kirchnerismo figuraba al tope el arrancarle al presidente Milei las facultades delegadas.
No es un fenómeno que solo se da en Diputados. En el Senado está el caso de Francisco Paoltroni, que fue en la lista de La Libertad Avanza, ingresó por la minoría, empezó a diferenciarse de la Casa Rosada hasta que terminó expulsado de la bancada oficialista. Eran apenas siete senadores libertarios y ahora quedaron seis, en una Cámara donde el kirchnerismo tiene 34 bancas y está tejiendo recuperar la mayoría para bloquear la acción legislativa del oficialismo.
Son todos episodios que no pueden comprenderse si no se los inscribe en un año electoral donde hay dos liderazgos que se juegan su superviviencia: el de Cristina Kirchner, por el peronismo, y el de Mauricio Macri por el PRO.
Anoche, el diputado provincial Agustín Romo desafiaba a los opositores: “Nos van a tener que matar a todos para sacarnos del gobierno. Que carajo se pensaron? Les ganamos a todos nosotros eh. A todos los partidos les ganamos. Y la gente nos votó. Y vamos a honrar el voto del pueblo argentino con nuestras vidas si es necesario. Chorros de mierda”.
Es el dedo que apunta a la Luna. Con los últimos incidentes que se dieron en el Congreso entre los propios integrantes de La Libertad Avanza, el oficialismo puede mirar la Luna o dejar la vista en el dedo.
14/03/2025 a las 7:57 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
Patricia Bullrich, una barrabrava contra los jubilados
Marcelo Mache
Prensa Obrera
13/3/025
El ensañamiento de Patricia Bullrich contra los jubilados viene de larga data. Bajo el gobierno de Fernando De la Rúa fue quien impulsó el recorte del 13% en las jubilaciones, como ministra de Trabajo. Ahora se empeña en destinar ingentes recursos para despliegues policiales y grandes operativos represivos, y apalear a jubilados todos los miércoles frente al Congreso de la Nación, destacándose el Estado policial montado este miércoles 12 contra jubilados he hinchas, con un tendal de detenidos y heridos y un herido de gravedad.
La polémica ministra de Seguridad del gobierno “libertario” tiene un antecedente de ensañamientos y obstinación contra los jubilados, desde que bajo el gobierno de La Alianza promovió la reforma previsional que terminó con un ajuste del 13% de la jubilaciones.
Nuevamente en el gobierno, pero desde la cartera de Seguridad, la misma Bullrich vuelve a la carga contra los jubilados y adultos mayores, repartiendo palos y gases en cada manifestación y reclamo contra el ajuste previsional del gobierno nacional.
Aunque esta orientación no es novedosa: Bullrich ya se había destacado en la represión brutal contra miles de trabajadores y jubilados en las jornadas del 14 y 18 de diciembre del 2017, cuando en el marco del gobierno de Mauricio Macri y su reforma previsional de ajuste reprimió a mansalva a los manifestantes en las inmediaciones del Congreso de la Nación, con cacería por las calles, detenciones arbitrarias y persecución judicial.
El ensañamiento es tal que la ministra está redactando toda una biblioteca de resoluciones y declaraciones públicas con el fin de amedrentar no solo a las y los jubilados, sino a todo el que se solidarice con su lucha, amenazando con aplicar el derecho de admisión a los hinchas que concurran solidariamente a la manifestación de los jubilados. Algo que quedó de manifiesto en la brutal represión contra hinchas y jubilados.
El trasfondo de esta conducta reiterada contra los jubilados es el cumplimiento de las exigencias del FMI para el desembolso de nuevos fondos y la profundización del endeudamiento a costa de un mayor ajuste sobre los trabajadores y jubilados.
En 2021 se trataba de respaldar el Megacanje y el Blindaje de La Alianza; en 2017 de asegurar un nuevo endeudamiento con el FMI, de los cuales gran parte de esos recursos se fugarían de la mano del actual ministro de Economía, Luis Caputo; y en la actualidad volvemos a la misma historia de las negociaciones con el Fondo. Una historia de servilidad y cobardía.
La ministra que acusa a los manifestantes de terroristas y a los hinchas de barrabravas proyecta en el resto de la población su verdadera naturaleza: en efecto, la esencia de los barrabravas es la de la intimidación verbal y física para la consecución de un objetivo que, en la mayoría de los casos, es contrario al del intereses de las mayorías populares y trabajadores que acude a alentar a sus equipos de fútbol.
Patricia Bullrich oficia en los hechos como la barrabrava del gobierno y el FMI para amedrentar y aleccionar a jubilados y trabajadores, y hacer pasar así el ajuste sobre las jubilaciones y el programa antiobrero del FMI. Sus intereses, como los de las barras, son ajenos a los de las mayorías trabajadoras, y sus métodos son idénticos.
La movilización popular pondrá en su lugar a estos bravucones de cuarta y arribistas de cada gobierno ajustador. Las y los jubilados han abierto una brecha que preocupa a la ministra y su gobierno. Cada acto represivo del gobierno no hará más que reforzar la lucha de los trabajadores para terminar con esta política antiobrera. Fuera Bullrich y Milei.
14/03/2025 a las 8:03 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El gobierno de Milei reprimió a jubilados, hinchas y a todo el que se movía
Laura Vales
Página/12
13 de marzo de 2025
Nunca una marcha de jubilados había generado la expectativa de ésta. Que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, estaba decidida a reprimirla se notó desde temprano, cuando a las tres y media de la tarde –una hora y media antes del comienzo oficial de la protesta–, ordenó a la Policía Federal avanzar sobre los manifestantes que se iban reuniendo frente al Congreso. Hinchas y jubilados, empujados por la infantería, que los hizo subir a la vereda, forcejearon. Un pibe de camiseta quedó cara a cara con un cabeza de tortuga; le prometió:
-Hoy vamos a hacer historia.
-¡Vayan a Bahia Blanca a ayudar, caraduras! – puteó también una mujer ante la provocación innecesaria.
El día ya estaba decidido. Una hora más tarde, con la plaza a medio llenar –a medias, porque tampoco habían llegado todavía todos los convocados–, la represión arrancó de la misma manera: sin ninguna justificación. Como un violento e inequívoco gesto de disciplinamiento.
A los gases y al avance de los camiones hidrantes le siguieron choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Durante más de dos horas, desde el Congreso a la 9 de Julio, hubo manifestantes que tiraron piedras y armaron en la calle barricadas con volquetes de la basura. Incluso atacaron un patrullero que los policías dejaron oportunamente abiertos y le prendieron fuego al vehículo, en ese tipo de episodio que nunca queda claro si se debe a la mano de infiltrados o no. También hubo otros coches incendiados. Desde un hidrante, la policía de la Ciudad persiguió a manifestantes al grito de “corran, zurdos!”; según quedó registrado en un video -cuya veracidad también hay que poner entre paréntesis en tiempos de inteligencia artificial.
De otras consecuencias no hay dudas. Pablo Grillo, fotógrafo de FM La Tribu, recibió el disparo de un cartucho de gas lacrimógeno a la cabeza y sufrió una fractura de cráneo con perdida de masa encefálica. Lo operaron y está luchando por su vida. A Beatriz Blanco, una jubilada de 87 años, un policía le dió un bestial palazo en la cabeza que la hizo caer desplomada en medio de la calle; la ambulancia se la llevó ensangrentada. El recuento de heridos hasta ahora es de seis manifestantes. Diecisiete policías, según informó el ministerio de Seguridad, necesitaron atención médica; uno de ellos estaría en situación crítica, con una herida en el cuello.
Las detenciones fueron masivas: según Bullrich fueron cerca de 150 las personas privadas de su libertad (entre ellos estuvo el titular de ATE Capital, Daniel Catalano). Al cierre de esta nota, la represión había frenado, pero la manifestación del Congreso continuaba, convertida en un cacerolazo en los barrios porteños y ciudades del interior (ver aparte).
LOS RECLAMOS
Fue una marcha masiva, porque la convocatoria de los hinchas de fútbol a acompañar a los jubilados –para impedir que siguieran siendo gaseados cada miércoles– sumó a gremios –las dos CTA y gremios de la CGT–, a movimientos sociales, a partidos opositores, tanto de izquierda como al peronismo.
¿QUÉ SE RECLAMÓ EN LA CONCENTRACIÓN?
* Un aumento en las jubilaciones (hoy la mínima es de 279 mil pesos más un bono de 70 mil).
* Recuperar los medicamentos gratis, ya que el gobierno de Milei restringió la canasta del PAMI y el precio de los remedios se triplicó.
* Que se reabra la moratoria previsional, dada de baja por La Libertad Avanza, porque 9 de cada 10 mujeres y 8 de cada 10 varones cercanos a la edad de retirarse no podrán jubilarse sin ella.
La protesta enlazó la identidad popular del fútbol con un reclamo de índole claramente político. En la plaza, Walter, vestido con la camiseta de River, 55 años, explicó por qué se había movilizado: «Cuando mi papá se jubiló lo ví feliz. Ahí me di cuenta de la importancia de tener ese ingreso, de saber que por lo menos vas contar con lo básico para vivir, para poder comer”, dijo.
Maxi, de 30 años, xeneize, también habló de sus abuelos y su papá, jubilados. “Cobran la mínima, no les alcanza para nada y me parece muy injusta la situación”. Todavía no habían empezado los gases. “Si este gobierno no los escucha hoy, no los escucha nunca más”, opinó.
Rodrigo, de 22, llevaba la camiseta de Independiente. Contó que estudia profesorado de historia y trabaja en una metalúrgica. “Mis abuelos vinieron de Santiago del Estero con diez años, y a los doce empezaron a trabajar. No está bien que hoy no tengan una jubilación digna”.
EL BALANCE DEL GOBIERNO
Bullrich defendió su operativo antiprotestas. Puede pensarse que sus consecuencias fueron demasiado graves: podemos recordar también que estos operativos tienen el objetivo de mantener abierto el tránsito. ¿Cuál es sentido de hacerlos?
La ministra se adelantó a cualquier crítica de este tipo y salió asegurar que con el operativo había evitado un mal mayor: dijo que los manifestantes («energúmenos”) fueron “preparados para matar” y que querían “tomar el Congreso”. Como prueba, aseguró que les secuestraron armas de fuego, armas blancas y “papeles donde tenían anotado” su presunto plan. Sin embargo, los propios manifestantes registraron con sus teléfonos que la policía plantó un arma de fuego en la plaza (ver aparte.
“Esta gente venía a por todo, a tomar el Congreso. En general, las marchas como esta comenzaban con 40 o 50 jubilados, después se sumó la izquierda y ahora se sumaron todos estos grupos… Es una mezcla de narcopolítica con otras personas”, dijo Bullrich
La ministra desplegó en la plaza a cinco fuerzas: Policía Federal, Gendarmería, Prefectura, Policía de la Ciudad y Servicio Penitenciario. “Nosotros no nos distrajimos ni un minuto del operativo. Estaban todas las fuerzas federales para ayudarnos en las detenciones, incluida la Policía de la Ciudad y el Servicio Penitenciario. Teníamos una cantidad de efectivos muy importante, pero trajeron un gran nivel de barrabravas, lúmpenes, de cualquier cosa. Seguramente muchos de ellos tenían antecedentes penales”, añadió.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, sumó elementos a ese relato y escribió: «La izquierda argentina, un cúmulo de violencia, criminalidad, deshonestidad e infantilismo intelectual». Más tarde, publicó fotos de piedras en la entrada de la Casa de Gobierno con un texto que consignaba: «Atentaron contra la Casa Rosada utilizando las piedras que recordaban a los fallecidos por la pandemia».
El presidente Milei mostró en X una foto de una pintada en una pared cerca de la Plaza de Mayo que decía: «Hay que matar al Presidente», y escribió: «Los demoKráticos…». El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, destacó que con el gobierno libertario “los conflictos que hubo fueron ordenados y la calle fue recuperada”.
METER MIEDO
¿Qué se puede esperar para los días que vienen? Todo indica que una fase de más autoritarismo y mayor violencia contra quien se oponga al gobierno de Milei o intente expresar un reclamo sin resignarse a lo testimonial. El mensaje de la jornada es ese: tengan miedo. Protestar puede costar más que unas horas de detención o una corrida.
La respuesta represiva, inaugurada por Bullrich en diciembre de 2023, diez días después de la asunción de Javier Milei en la Casa Rosada, se venía centrado en desorganizar a los sectores populares más pobres, como los movimientos sociales, y a las protestas de cariz más político, como las manifestaciones contra la Ley Bases, siempre con cierto cuidado de a quién darle con el garrote. Cuanto más pobre y marrón, mejor. Se amplió a los jóvenes con la Ley Bases; llegó a los jubilados y parece que va a lograr naturalizar pegarle a los viejos.
La marcha de ayer empezó a poner en el radar, además, a otros sectores, tras estigmatizarlos como barrabravas. Por más que la ministra asegure que los manifestantes fueron «lúmpenes, energúmenos o mafiosos», lo que se vio en la plaza fue otra cosa: gente laburante, con su camiseta pero con argumentos, no barrabravas movidos por el gusto de romper–. También avanzó con dar palos pese a que la movilización había juntado un buen número. Si se busca anotar una cal y otra de arena, puede señalarse otro dato a mirar: la presencia de varones no militantes ni muy politizados que se sintieron convocados a la protesta, algo que no era, hasta ahora, para nada frecuente.
14/03/2025 a las 8:10 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
El informe Marra y la confesión de la crisis
Leandro Renou
Página/12
12 de marzo de 2025
El DNU con el que el Gobierno intenta validar -sin pasar por el Parlamento- un nuevo endeudamiento con el Fondo Monetario (FMI), no logró el día de su publicación un efecto positivo en los mercados, que arrancaron con bonos y acciones arriba del 5 por ciento y terminaron con mejoras módicas y el Riesgo País trepando a cerca de 730 puntos básicos.
Más allá de que fuentes del organismo confiaron a Página/12 que se sigue trabajando y que se arribará a un acuerdo, en el tiempo que pasa hasta que eso ocurra el Presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo vienen soltando lastre casi a diario para apurar los plazos.
En las últimas horas ocurrieron dos hechos en esa línea, que son parte de la crónica de libertarios desesperados por dólares del organismo: el primero, Caputo terminó dinamitando la teoría de una macro estable y una economía sólida al admitir, en el texto del DNU, que la crisis actual amerita un acuerdo «inmediato» por «la gravedad de la situación». El segundo y más fuerte, que un informe de la consultora del ex libertario Ramiro Marra filtró datos muy detallados del acuerdo, muchos de los cuales el Gobierno decidió ocultar y que no están entre las líneas de las 10 páginas del decreto que entró por el Senado horas atrás. Entre estos detalles, asegura que no habrá dinero para intervenir sobre la brecha cambiaria y hasta les pone fechas a los desembolsos.
¿INFORMACIÓN PRIVILEGIADA?
Expulsado de la Libertad Avanza por sus internas con la secretaria de la Presidencia, Karina Milei, el ex legislador porteño Ramiro Marra sigue con un pie puesto en su consultora, Bullmarket. En un reporte reciente enviado a clientes al que accedió este diario, la firma de Marra detalla en demasía puntos del acuerdo hasta ahora desconocidos. Sobre todo, afirma que no se podrá usar el dinero del FMI para calmar el dólar, tal el anhelo oficial.
Titulado «Acuerdo con el FMI: Detalles», Bullmarket asegura que los «Plazos de gracia y desembolsos» serán de 4 años y medio sin pagos al FMI. «Argentina no pagará hasta octubre del 2029», destacan. Y agregan que «la renovación de vencimientos será hasta 2029 por 13 mil millones de capital. (Con) Extensión del plazo de devolución hasta el 2025».
Lo más jugoso aparece en el capítulo «Uso de los fondos del FMI». Allí, el reporte afirma que «no se incrementa la deuda pública neta, se reestructura la existente. (Y los) Dólares serán usados para cancelar deudas con el BCRA y el FMI». Y destacan que habrá «Recompra de Letras del Tesoro». «Se usará parte del dinero para recomprar las intransferibles en el BCRA», precisan y suman que «La Primera recompra» será «el 1de junio del 2025, por 10 mil millones de dólares nominales. En 2029 vuelven vencimientos grandes, unos 12 mil millones por año entre 2031 y 2033».
Estas últimas líneas, donde se dice que la deuda no es deuda nueva sino que es para pagar la herencia, encajan con una movida oficial y mediática de las últimas horas. En sus redes, Caputo celebró la portada de un matutino que, casualmente, tenía la misma forma argumental del acuerdo con el FMI que se había bajado desde las usinas de la Casa Rosada a funcionarios de primera y segunda línea y al ejercito de trolls digitales.
Pero esto no es todo lo que agrega Bullmarket. Asegura que se viene «un alivio en el Calendario de Pagos: se diferirán pagos previstos por 13.100 millones de dólares de capital entre 2025 y 2028». Asimismo, «el alivio financiero total, contando intereses, podría ser de 20.600 millones de dólares». «No se eliminan pagos solo se postergan a años posteriores», detallan.
La conclusión del trabajo es que «el acuerdo da alivio inmediato al Tesoro al postergar pagos y permite reforzar reservas del BCRA con recompras de deuda. Y afirma, sin dudas, que «los dólares no podrán usarse para intervenir en el mercado cambiario, asegurando que su único destino sea la cancelación de compromisos previos».
LA SED DE DÓLARES DINAMITÓ EL RELATO
Los plazos normales en la comunicación de un acuerdo con el FMI parten de una información ofrecida por el Staff en sus redes y de manera formal, y luego la posición, calcada, del Gobierno que cierra el pacto. Por eso, lo del DNU no sólo es un tema de institucionalidad violada, sino también una agitación forzada de un pacto que saldrá en semanas, pero no ahora.
Por todo esto, el Gobierno se vio forzado a hacer un DNU en el que tira por la borda el discurso de una economía sana y admite que el crédito del FMI es un salvavidas. Se precisó en estas líneas del decreto: «Que la gravedad de la situación descripta y la necesidad de: solucionar de manera inmediata la situación en la que se encuentra el activo de la autoridad monetaria del país y cancelar deuda con el FMI a los efectos de garantizar el órden público económico configuran circunstancias excepcionales que justifican el dictado de la presente medida», cita el texto.
Y agrega que «la exigencia imperiosa del dictado del presente decreto se desprende de la naturaleza de las medidas económicas involucradas, que requieren de su adopción inmediata para evitar el impacto que de otro modo podrían traer consigo en el escenario económico presente».