Por Carlos Tórtora.-

No es un secreto que el gobierno está ingresando en una zona de crisis que hasta puede ser terminal. El declive progresivo y permanente de Javier Milei en las encuestas prácticamente lo está obligando a hacer algo para tratar de evitar que muchos votantes independientes terminen optando por el voto castigo. Sin mucho para inventar -en realidad nada-, el presidente optó por reactivar a fondo su polarización con Cristina Kirchner. El objetivo de esto es, sin duda, meter miedo al retorno de aquella en la amplia franja de clase media donde predomina el peronismo. Axel Kicillof como adversario principal de Milei no asusta demasiado y hasta puede parecer que haría un buen gobierno. Pero ella desata todos los odios posibles, así como el recuerdo de su corrupción y autoritarismo, a los cuales Milei por otra parte va camino de igualar. La prohibición de la administración Trump a la expresidenta para ingresar a los EEUU -gestionada por la Casa Rosada- mostró un punto alto en esto de plantear Cristina o Milei.

Ella acepta gustosa que el gobierno la tenga nuevamente como su gran contendiente y lo chicanea a Milei cada vez que puede. La movilización del 24 de marzo fue una clara muestra de hacia dónde van las cosas. La movilización fue en buena medida copada por el cristinismo y Máximo Kirchner tuvo un rol central, mientras que el gobierno reiteró su postura condenatoria del terrorismo.

Sembrando miedo

De algún modo, la creciente complicación del escenario electoral favorece el show montado por Milei y Cristina. Aparece como altamente probable el triunfo de Leandro Santoro en la elección legislativa porteña del 18 de mayo. Se trata de un dirigente que no es claramente cristinista pero que está apoyado por el aparato kirchnerista. La amenaza de un PJ victorioso avanzando hacia la Jefatura de Gobierno en el 2027 sería un excelente argumento para que La Libertad Avanza retenga todo el voto antiperonista. De este modo, el PRO se vería obligado a aliarse con LLA para frenar el retorno a la Casa Rosada de Cristina.

A ella y Milei claramente no los une el amor sino el espanto.

Share