Por Carlos Tórtora.-

El escándalo del enriquecimiento ilícito de Martín Insaurralde va camino de convertirse en el destape de la corrupción del juego en el sistema de poder bonaerense. En efecto, la lupa puesta sobre los negocios del exjefe de gabinete bonaerense amenaza con arrojar sobre la mesa un entramado de corrupción que se remonta a los tiempos de Eduardo Duhalde gobernador.

Tal vez la pregunta más importante es si este asunto puede hoy influir en las tendencias del voto para la primera vuelta. Algunos consultores que aparecieron en los medios aclararon que es difícil que un tema de corrupción tenga influencia decisiva en los votantes. Y menos entre el electorado peronista, acostumbrado a digerir este tipo de escándalo. Esto es cierto pero el tema es más complejo. Veamos la hipótesis de lo que podría pasar si en el debate del domingo que viene Massa es atacado -con el caso Insaurralde- por los otros 4 candidatos a presidente. ¿Podría esta situación llevarlo a la defensiva y convertirlo en el gran perdedor del debate?

En el campamento de Javier Milei se teje una interpretación especial del tema. Allí se dice que el caso Insaurralde estaría impidiendo el crecimiento electoral de Massa entre los sectores no peronistas y que esto, de continuar, podría a su vez estirar la diferencia con La Libertad Avanza, que superaría los 40 puntos y tendría más de 10 de diferencia con Unión por la Patria, ganando entonces sin necesidad de ir a un ballotage. En esta ola triunfalista incluyen los mileístas que hasta se prevería un adelanto de la entrega del poder para antes del 10 de diciembre.

La respuesta a todo esto es la interpretación que ya dimos de los consultores que no le asignan tanto peso al caso Insaurralde.

Kicillof blindado

Aunque en forma confusa por ahora, las versiones más serias hacen aparecer a grupos como Codere entre los interesados en golpear a Insaurralde. Lo que nadie explica es si además- como todo lo indica- se buscó esmerilar electoralmente al oficialismo en el preciso momento en el que Massa estaba logrando mantenerse a flote.

Teniendo en cuenta que su eje discursivo es contra la casta, no hay duda de que Milei sería el gran ganador del episodio de Insaurralde, ya que Patricia Bullrich, aturdida por su baja performance en el debate, no parece estar capitalizando nada. Por su parte, Axel Kicillof trató de tomar la mayor distancia posible de Insaurralde contando con el mérito de que su gobierno ostenta un nivel bajo en materia de corrupción. Este perfil hace que hasta sus rivales Néstor Grindetti y Carolina Píparo eviten mencionarlo a él cuando hablan del caso Insaurralde.

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