Por Carlos Tórtora.-

Patricia Bullrich ya está inmersa en una batalla muy especial con Javier Milei. Las jugadas de ambos en la semana que pasó lo dicen todo. Ella quiere bajarle el precio como economista a su rival poniendo a Carlos Melconian como su vocero económico. Y Milei apunta a fisurar el PRO dejando en claro que está negociando con Mauricio Macri un futuro esquema de poder. Pero, como ya señalan la mayor parte de los análisis, la posición más débil es la de ella, porque si se endurece para captar a los votantes libertarios le será muy difícil incorporar a los seguidores de Horacio Rodríguez Larreta y si se suaviza, perdería a los halcones.

También hay que apuntar que, al mostrarse amigo de Macri, Milei estaría pagando un costo, porque éste tiene un elevado nivel de impopularidad entre la juventud de La Libertad Avanza.

En síntesis, la pulseada entre los dos candidatos de derecha parece ser mucho más difícil de sobrellevar para la candidata de JxC. En esta coalición no sólo está el problema de Macri y su juego personalista, sino el malestar reinante en la UCR y la Coalición Cívica, donde hablan un lenguaje distinto al de la candidata. Y se nota también que ella y Larreta no llegaron todavía a un acuerdo real. Larreta pretendería que sus equipos tengan una participación muy importante en caso de ganar el gobierno, pero Bullrich se resistiría a semejante pacto. El caso es que el jefe de gobierno tiene la caja capaz de solucionarle el grave problema de financiamiento de la campaña que tiene Bullrich. Sitiada por todos lados, ella parece ir apostando a ser la opción liberal «posible» contra la alternativa supuestamente inviable de La Libertad Avanza. Esta estrategia chocaría con dos cuestiones: el electorado que sigue a Milei lo hace justamente por su condición de disruptivo y, segundo, en los mecanismos de selección del voto hace rato que predominan los factores emocionales por sobre los racionales. Y Milei representa la voluntad de cambio casi a cualquier precio.

Los dos modelos

Es así que un primer análisis muestra que JxC tiene pocas chances de crecer y muchas de quedarse estancado. Una segunda vuelta entre dos fuerzas de derecha sería, por otra parte, una curiosidad estadística, ya que hay muy pocos casos en la historia.

Ahora cabe preguntarnos si puede darse en primera vuelta una polarización entre Milei y Sergio Massa.

En el resultado de las PASO fue determinante el vuelco a favor de los libertarios en provincias peronistas como La Rioja, Catamarca, San Juan, Chubut, Tucumán, Salta y Santa Cruz. Fue notable la apatía electoral de estos gobiernos provinciales que ahora, presionados por Massa, deberán pensar seriamente en el horizonte de ajuste que les espera con Milei y en la conveniencia de volcar todo el peso de los aparatos provinciales para que Unión por la Patria recupere el terreno perdido. Una reflexión parecida les cabe a los intendentes del conurbano, que en las primarias en muchos casos cortaron boleta a favor de Milei.

Esta opción de hierro para las cúpulas peronistas tiene que ver con la cuestión central. Massa aparece como el defensor de un modelo basado en el rol central del Estado y Milei encarna el contramodelo, o sea, un Estado mínimo y el rol central para los mercados. Este corte es el que alienta la polarización entre Massa y Milei. Así como miles de beneficiarios del CONICET salieron a la calle a rechazar la idea de su cierre, la enorme masa de empleados públicos nacionales, provinciales y municipales debería ser voto cautivo de UxP. Lo mismo ocurriría con la mayor parte de los trabajadores sindicalizados, temerosos de perder sus obras sociales por la reforma que impulsa Milei. A estos sectores se les suman los 3 puntos obtenidos por Myriam Bregman, ya que la izquierda defiende decididamente la continuidad del modelo estatista.

Y no hay que olvidar el voto radical. Es obvio que la UCR volvió a achicarse al quedar dentro del 11% de Horacio Rodríguez Larreta. Parece claro que los votantes de Martín Lousteau o de Gerardo Morales emigrarían hacia Massa si perciben que éste puede polarizar con Milei.

Condición fundamental para que esta polarización se dé es que la situación económica no se desborde y que no haya una nueva corrida cambiaria. Otro dato temible son los saqueos, que ayer aparecieron en Mendoza y Neuquén. En definitiva, que si consigue que no se le descontrole la economía, Massa tiene chances de polarizar la elección.

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