Por Carlos Tórtora.-

La agenda pública sigue anclada en torno al Criptogate y los crujidos de la economía por la probable devaluación. Sin embargo, el calendario electoral avanza inexorablemente y las elecciones del 18 de mayo en Capital están pasando a ser el gran test de la política nacional. Esta nacionalización de una simple elección de diputados locales pasa fundamentalmente por el hecho de que varias de las figuras de la política nacional se anotarían como candidatos. Por ejemplo, Leandro Santoro, Manuel Adorni, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta.

Sobre estos casos empiezan a tejerse hipótesis que los asemejan. Así es que Adorni, si se convierte en candidato a diputado porteño, lo haría en forma testimonial. Es decir que sólo pediría licencia como vocero presidencial mientras dure la campaña electoral para volver a su cargo luego de las elecciones, asumiendo entonces sí banca la segunda de la lista, la que deberá ser mujer. A Adorni ni se le ocurriría cambiar su poderoso cargo en la Casa Rosada por una humilde banca en la ciudad, una entre 60.

Similar situación podría darse con Vidal, que debería dejar su banca en la Cámara de Diputados para trasladarse al parlamento porteño. Ella también podría terminar siendo candidata testimonial.

Un tercer caso posible, sobre el cual no hay ninguna información, sería el de Santoro y su banca en el Congreso Nacional.

Potencial escándalo

De verificarse con el tiempo estás hipótesis, podría llegar a plantearse la posibilidad de que se produzca un fraude encubierto. Es decir, crear en el electorado la expectativa de la elección de un candidato para luego cambiarlo por otro.

Tanto La Libertad Avanza como el PRO corren el riesgo de salir segundos o terceros en los comicios, así que no se privarían de ningún recurso con tal de ganar.

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