Por Claudio Valdez.-

Es el “tierno reclamo” de una parcialidad política que sigue pidiendo que “la alcen”, luego de haber apoyado con reiteración y por años al “Kirchner Cristinismo”. Hay quienes esperan que el reciente cambio de nombre de ese frente electoral (Unión por la patria) pueda continuar sosteniendo lo que por décadas se evidenció como estafa, malevaje, despropósito, ignorancia y cómplice despilfarro público. De esa forma se pretende protección para beneficiarios de prebendas, planes sociales, ayudas y acomodados en empleos públicos, impidiendo que resulten perjudicados por “cambios impredecibles”. Es creencia de los dirigentes promotores del actualizado “gatopardismo” que entonces se logrará mantener la fidelidad de esos votantes afectos al “UPA” (quizás abreviatura de la demagógica “Unión por la patria”).

Suponen que demasiados esperan ser beneficiosamente “aupados” (levantados) por su gobierno si resultan ganadores; entre ellos los candidatos presidenciables perdedores, los gobernadores confirmados y los continuadores, los temerosos intendentes, los agricultores, los ganaderos, los productores regionales, los industriales, los exportadores, los importadores, los banqueros, los contratistas del Estado, los petroleros, los empresarios viales, los productores automotrices, los sindicatos y los miserables subsidiados hasta hoy. ¡Demasiada gente con necesidades urgentes y con serias amenazas por su seguridad personal y comunitaria!

Perciben que el pueblo votante, aunque poco crédulo, es capaz de un nuevo esfuerzo. ¡Es cierto!; pero también es cierto que será esfuerzo mayúsculo, generador de privaciones y algún adicional sacrificio. Las “quiebras” y “bancarrotas” siempre pueden compensarse con “créditos” y costosos prestamos que habitualmente son poco accesibles, pero saben que para la situación de “los Estados” los banqueros entienden que “los países” no quiebran. En todo caso es responsabilidad de los políticos preservar “el territorio, la población y la voluntad de independencia” siempre muy afectadas al tratar de solucionar las consecuencias de malversaciones, desfalcos, abusos, derroches, deudas extralimitadas, refinanciaciones e impagos estatales.

Se presiente como culposo el empecinamiento de los dirigentes de esa parcialidad política, que gobernó La Argentina con continuidad por casi dieciséis años con un intermedio de otro signo político por cuatro años, que al retomar el gobierno nacional durante los últimos cuatro años insistan en querer ignorar y negar públicamente la perversión política, económica y cultural que imperó durante su extendido ejercicio del disparate: ¿todo se arruinó en el corto desempeño del gobierno opositor?

Ahora, para “desdibujar” los fracasos recientes, la novel alianza pretende identificarse como un “frente” diferente: “Unión por la patria”, incitando el apoyo de su “cautivo electorado acostumbrado”. Finalizando el “cuentito de las banderas de la liberación” todos quieren “upa”, hasta los “chicos malos” que siguen mimados con los “dulces de Cristina” (actual Vicepresidenta de la Nación).

Moraleja: Los tiempos cambian y “hay que caminar”, único modo de tonificar los músculos y preparar el cuerpo para comenzar desde “el seno de la nada, después de haberlo destruido todo”. No es fácil; pero con salud, voluntad y paz siempre es posible.

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