Por Carlos Tortora.-

El debate presidencial mostró claramente cómo se posicionan los candidatos de cara a la primera vuelta. Patricia Bullrich, más necesitada de votos que sus dos rivales, fue la que más levantó el tono en sus intervenciones, con un resultado escaso. La candidata se destacó por ser la más enfática, disparando por igual contra Massa y Milei. Cabe ahora especular si mantendrá está línea para el segundo debate o girará hacia un discurso más racional. Massa, por su parte, ensayó con éxito un blindaje dialéctico para no quedar como responsable de todos los desastres del gobierno y le salió bastante bien, aunque se notó lo insustancial de la mayor parte de sus propuestas. Ahora, para el segundo debate, el candidato oficialista debería tener en cuenta que los ataques en su contra se van a profundizar y que tal vez no le alcance con mostrar una esgrima verbal aceitada.

Milei conforme

Milei mostró en el debate una actitud segura pero no demasiado agresiva, administrando sus intervenciones sin apostar a fondo. Esta moderación parecería indicar que el candidato libertario se sabe en una posición ganadora y prefiere mantener las cosas como están. En otras palabras, que apuesta más bien a ganar en primera vuelta pero sin forzar la realidad para intentar un triunfo que lo libere del ballotage. En otras palabras, se vio a un Milei conforme con la situación. Y todo indica que para el segundo debate tendrá la misma actitud complaciente, sin intentar ningún golpe magistral. En síntesis, el cuadro de situación no parece tener variables. Massa y Milei administran sus recursos mostrándose cautos en su despliegue, en tanto que Bullrich busca casi con desesperación una jugada magistral que la haga pasar al frente.

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