Por Carlos Tortora.-

El debate presidencial de ayer tuvo dos capítulos claramente diferenciados. En la primera parte, Javier Milei no atinó a cortar la ola de preguntas de Sergio Massa y hasta se olvidó de explotar las múltiples vulnerabilidades del oficialismo. Lento de reflejos, el candidato libertario dejó correr los minutos y hasta perdió agresividad en su propio tema, la economía. Massa perdió todo respeto a las reglas del debate y se dedicó a preguntar «por sí o por no».

En la segunda etapa, Milei volvió a sus mejores tiempos de orador de barricada y salió a explotar las fallas del kirchnerismo, aunque extrañamente no hizo alusión a Cristina Kirchner. Massa se puso entonces a la defensiva y trató de escapar hacia las propuestas para el futuro. Una vez más, se remarcaron las diferencias de los primeros debates. Massa luce su mayor oficio de funcionario mientras que Milei acredita más solvencia económica.

Preparativos bélicos

Pero este domingo tuvo una novedad que puede ser más importante que el debate mismo. Con diferencia de pocas horas, la Junta Electoral Nacional y la Junta Electoral de Buenos Aires abrieron el paraguas antes de que llueva. Los dos máximos organismos judiciales puntualizaron que, sobre todo en Buenos Aires, la Libertad Avanza entregó para las mesas de votación aproximadamente un cuarto de las 350 boletas que pueden entregarse por cada mesa. Teniendo en cuenta que los libertarios tendrán arriba del 40% de los votos, esto quiere decir que faltarían alrededor de 100 boletas por mesa. En muchos casos, señaló la justicia electoral, hasta tuvieron que usarse las bolsas de boletas de contingencia para cubrir las mesas.

Así las cosas, la justicia electoral dejó en claro que el gigantesco faltante de boletas deberá ser cubierto por las boletas que lleven los fiscales partidarios. Estos deberán reponer ni bien empiecen a faltar. Pero deberán tener cuidado, porque en el búnker de Milei tienen previsto que el kirchnerismo realizará un multimillonario robo de boletas para impedirle a los opositores votar.

En síntesis, lo que la justicia parece estar advirtiendo es que se desataría una guerra en torno a realizar o impedir el vaciamiento de boletas libertarias. La dirigencia del PRO, más curtida en estas lides que los hombres de Milei, estaría advirtiendo que la elección puede tener una conflictividad sin precedentes.

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