Por Guillermo Cherashny.-

Hace tiempo que veníamos diciendo que Milei era un candidato competitivo y que podía superar el 25% pero de ahí a teñir el país de violeta fue una verdadera sorpresa porque nadie esperaba esa performance luego de no presentarse en las elecciones provinciales, salvo en 4 o 5. Pero, si bien se produjo una ola violeta, está claro que el peronismo le cuidó la boleta para perjudicar a Juntos, aun en provincias radicales como Mendoza y Jujuy también arrasó, lo que demuestra que, aunque sectores de Juntos por el Cambio le rompían o escondían su boleta, fue una ola imparable y es fácil suponer que en la primera vuelta va a aumentar su caudal, porque la gente vota a ganador.

Si le dan a elegir, el candidato liberal prefiere competir en el ballotage contra Massa, porque piensa que el gobierno llegará muy deteriorado al 22 de octubre y le será fácil vencerlo y con el apoyo de los votos de Mauricio Macri, aunque piensa que los votantes radicales y de Carrió no lo votarán, pero espera que se abstengan por lo menos.

Asimismo, Massa también quiere polarizar con el libertario, porque quiere hacer una campaña como el socialismo en España, al decir: «no votes por mí, votá por vos», es decir, defiende tus derechos, y planteando que votar a Milei es ir hacia lo desconocido. Aunque el presente sea muy malo, pero por lo menos el gobierno ve una chance ahí con una campaña negativa complementada en unos días por otra positiva que dé algún tipo de esperanza a la población, aunque no se sabe cómo será ese mensaje esperanzador.

Bullrich la tiene más difícil, porque tiene que sumar el 11% que votó a Larreta y disputar el voto «halcón» con el candidato ganador de las PASO, donde tiene todas las de perder, porque la gente vota el original y no las copias.

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