Por Mariano Aldao.-

¿Se puede ser más obvio?

¿Cómo se puede aspirar al triunfo con actitudes casi infantiles?

A tan sólo unos pocos días de las elecciones presidenciales, que según las encuestas los dan perdedores, el ministro-candidato decide repartir “platita” en todas las direcciones (imprimiendo billetes a lo loco), como si se tratara de un acto de magia.

¿Cómo se puede ser tan burdo?

¿No se da cuenta de que ya no se engaña más a la gente abandonándola a su suerte durante todo el mandato y sonriéndole en los últimos tres meses, regalándoles chupetines y caramelos de todos los colores aunque ninguna de esas regalías tenga el color de la esperanza?

No se dan cuenta de que no basta con inaugurar una canilla en Chaco, porque eso no cuenta ya; la gente necesita agua, comida, salud, educación y seguridad.

Han sido demasiados los años que el peronismo-kirchnerismo hizo uso y abuso del poder y de la caja mientras Argentina retrocedía. La gente dejó de comer vidrio y “la mala política está asustada”, está viendo el final de su interminable ciclo.

¿Estará por despuntar el sol?

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