Por Luis Alejandro Rizzi.-

Sergio Massa sabe que su precandidatura es “candidatura”. Su preocupación es octubre, el lapso entre las PASO y la primera vuelta.

Por allí transitan sus tribulaciones y sobre todo cómo resolver la falta de divisas.

En una última instancia y sin “defoltear”, hecho que desecharía de plano Sergio Massa, habría una alternativa que se estaría analizando y comprendería una suerte parcial de desdoblamiento cambiario.

Veamos.

Se crearían dos mercados: uno comercial regulado o administrado por el Banco Central y otro “financiero libre”, por donde transitarían el resto de los dólares al precio de mercado; esto no sería lo novedoso.

En el “comercial” se liquidarían las divisas necesarias para pagar importaciones y algunos servicios que se consideren esenciales, liquidar exportaciones, pero con una particularidad: tanto importadores como exportadores podrían comprar las divisas en el mercado financiero, o liquidar las divisas pagando retenciones que serían un 20 a un 30 menor a la diferencia de cambio existente entre los dos mercados, la llamada “brecha”. Los importadores, a su vez, podrían percibir un reintegro. De hecho, se eliminaría el cepo, sin decir palabra alguna.

Un ejemplo: si la brecha fuera de un 70%, la retención sería de ese 70% menos el porcentaje que se fije. Se estima que el reintegro sería algo menor. No habría reintegro alguno para el turismo importado o emisivo y para todo lo que se considere suntuario.

Obviamente, lo que se pretendería es que ingresen divisas mayoritariamente por el “libre”; las retenciones tendrían un triple propósito, el primero, paradójico, promover el ingreso de divisas en ese mercado, crear una fuente de ingresos al fisco incluso para financiar los reintegros y contener los precios “de la mesa de los argentinos”.

El reintegro tendría la finalidad contraria, abaratar el costo y defender el precio de la canasta de los argentinos.

Retenciones y reintegros tendrían la misma finalidad: amortiguar el impacto en el índice de precios, como transición parecería razonable.

Quedarían algunas dudas relacionadas con la vigencia de un plazo mínimo de estadía para los llamados capitales especulativos (golondrinas), algunas alternativas para los supuestos que se consiga financiación para el pago de importaciones y la fijación o no de plazos de ingreso para las divisas correspondientes a exportaciones, sin perjuicio del pago de la retención vigente en el momento del despacho..

Siempre debe quedar un margen para el “enano regulador”.

Con esta, por ahora “idea”, se aceptaría la sugerencia del FMI y se lograría no sólo incrementar los ingresos del fisco sino de algún modo contener los precios y así comenzar un proceso de sinceramiento de precios relativos.

Algunos “oficialistas” suponen que esto sería dejar una suculenta herencia al próximo gobierno, pero Massa cree que, con una decisión de este tipo, podría ganar, ya que atrás de ello habría un plan y de paso comenzaría a abrir su propio camino.

Se estaría mirando mucho el Plan Austral readaptado. Massa no quiere ser sólo “candidato”; quiere ganar, algo que preocupa no sólo a Cristina…

Además, se necesitará inversión para explotar otros minerales. Los intereses políticos podrían bifurcarse antes de lo pensado…

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