Por Luis Américo Illuminati.-

La numerología es un conjunto de creencias que pretenden establecer una relación oculta entre los números, los seres vivos y las fuerzas físicas o espirituales. Es una práctica adivinatoria a través de los números. Su estudio fue popular entre los primeros matemáticos, entre ellos Pitágoras, pero hoy día ya no se la considera una disciplina matemática. La comunidad científica hace tiempo que relegó la numerología a la categoría de pseudociencia o superstición.

El problema no reside en estar a favor o en contra de esta supuesta ciencia o arte sino en que en esta actividad se cuelan más sujetos inescrupulosos que ejercen el «charlatanismo» que gente con verdaderos poderes como Benjamín Solari Parravicini, llamado el «Nostradamus argentino», cuyas visiones las tradujo en «psicografías» que fueron profecías cumplidas. De un tiempo a esta parte pululan hoy más que nunca -agravado por la falta de oportunidades laborales- falsos profetas, ilusionistas y manosantas (que recuerdan al personaje que interpretaba Alberto Olmedo) que se aprovechan de la sed de poder de individuos trepadores que, suplantando la capacidad, el esfuerzo y la fe en sí mismo, se abandonan al mal hábito de consultar brujos, astrólogos, tarotistas y toda la gama de adivinos y supuestos videntes. O sea, charlatanes engañando a charlatanes, lo cual parece una redundancia.

Pitty y Batakis parecen los nombres de dos payasos o mimos de circo. Lo sucedido en el Banco Nación se inscribe en el libro de lo insólito en materia institucional. En lugar de contratar un experto en materia monetaria, sus autoridades resolvieron contratar una numeróloga y pagarle sus servicios con fondos del Estado. Lo que se ignora es si fue por «amiguismo» o angustiante curiosidad de saber cómo terminará el desastre económico del gobierno de Alberto, Polichinela espantapájaros y títere de Cretina y si la numeróloga podría brindar algún tipo de solución.

Tras la revelación de Jorge Lanata en su programa del domingo PPT y la denuncia que hizo la diputada Graciela Ocaña, la Justicia ordenó el allanamiento del Banco Nación por las contrataciones de familiares y de la numeróloga Pitty por pedido del fiscal Guillermo Marijuán luego de la difusión de polémicas contrataciones ordenadas por personal jerárquico del organismo que dirige Silvina Batakis. Por esta irregularidad y otras, la presidenta del BNA fue imputada por el fiscal. Las designaciones se realizaron sin el consentimiento del directorio de la entidad que ella preside.

Los hechos que motivaron la denuncia son la designación del ex marido de Batakis y los servicios que facturó la numeróloga Pitty (Verónica Laura Asad) por pedido de la gerente general, María del Carmen Barros, quien además realizó la contratación de su marido, su hijo y un amigo, todo eso sumado a la onerosa cifra mensual que percibe, cercana a los 9 millones de pesos.

La información de Lanata daba cuenta de irregularidades en la contratación de Héctor Javier Silva, ex marido de Batakis, como gerente de Sistemas del Banco Nación, omitiendo informar el vínculo entre ambos. Un documento, además, da cuenta de la contratación de la numeróloga Pitty, una supuesta «vidente» que realiza vaticinios a través de la interpretación de los números y fecha de nacimiento de las personas. La remuneración: $ 1.800.000.

El contacto con la Pitty lo hizo María Barros, gerente general del Banco, quien solicitó sus servicios en forma personal. Sin embargo, luego de ese primer vínculo, la numeróloga siguió brindando sus servicios a la gerente general e incluso para otros funcionarios del BNA, a cambio de una remuneración que se pagó con fondos de la entidad.

Asimismo, la denuncia la señala a Barros como la responsable del nombramiento de su amigo Maximiliano Piantanida en el cargo de Gerente Departamental del BNA, la autorización para que perciba diversos plus y premios que le permitirían cobrar un sueldo mensual que ascendería a la suma aproximada de $9.000.000 y permitir que su pareja Juan Manuel Romero perciba a modo de remuneración la suma mensual de $700.000, además del nombramiento de Juan Pablo Pedemonte, hijo de María del Carmen Barros, al frente de una gerencia en la Casa Matriz del BNA, según consta en la denuncia. Cabe destacar que Silvina Batakis fue designada presidenta del BNA luego de un breve paso (no más de un mes) por el Ministerio de Economía, tras la renuncia de Martín Guzmán, en julio de 2022. De ministra de Economía a presidenta del BNA y de este cargo quizá su próximo destino sea la cárcel. ¡Ay Batakis!, igual que todos los demás integrantes del equipo de Alberto, un «equipo de científicos». Ginés González García y cía., siempre listos para descubrir la fórmula mágica de la felicidad en frasquitos homeopáticos.

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