Por Luis Américo Illuminati.-

Dice Sigmund Freud: «Quien teme fracasar, ya fracasó antes de intentarlo y el que piensa en ganar, ya lleva un paso adelante». En el caso de la Argentina, ni lo uno ni lo otro. El simplismo, el facilismo y la pereza mental contribuyen a que el populismo argento lleve a la masa peronchiana a tropezar siempre con la misma piedra y la empujen igual que Sísifo, con la diferencia que cuando la piedra vuelve de regreso juega al bowling con los planes delirantes del populismo enervante. Entonces, «todos y todas», la masa en estampida, y también, de carambola, los que no votaron la piedra, como los bolos* caen a un pantano escatológico (por no usar otra palabra), donde todo el país flota y nada en ese líquido espeso, con un broche puesto en la nariz. En tales condiciones entregaron el país a Milei Cristina y Alberto el 10 de diciembre del año pasado. Durante 20 años el gallinero argento cacareó y nada más, no impidió que Cretina y sus guasones destruyeran la Argentina. Ahora que la Patria está quebrada, rematada, violada e inconsciente, los habitantes del gallinero, totalmente desplumados, quieren que Milei ya mismo les devuelva el plumaje y la cabeza que perdieron apostando todo al cristinismo. Ahora, hay que tener paciencia; no puede Milei, en 45 días que lleva de gobierno, poner de pie a la Argentina de la noche a la mañana. No es el mago Mandrake. Merece la misma oportunidad y tiempo de espera que tuvo el neoperonismo o kirchnerismo. Nuestra Patria renacerá cuando los corderos se vuelvan leones. Y esto será posible cuando los argentinos comprendan que hay un nuevo paradigma de hacer política. Los políticos no deben enriquecerse a costa del pueblo, se les acabó el curro. Tienen que devolver todo lo que robaron. No hay «coronita» para nadie. El que las hizo, las paga: ayer, hoy y mañana. Es el lema de la justicia irreversible, la balanza exacta que no pacta con ninguna iniquidad. La Oficina Anticorrupción y la Unidad de Investigaciones Financieras deben volver a funcionar; lo contrario sería sellar la impunidad. Tiene razón el Dr. Enrique Avogadro -sería un excelente ministro de justicia- cuando expresa en este mismo portal: «…la “extraña” conducta del Ministro de Justicia, quien mantuvo la prohibición dispuesta por Cristina Fernández a la Oficina Anticorrupción y la Unidad de Investigaciones Financieras de actuar como querellante en las causas que eran su natural ámbito de acción. Mis objeciones tienen que ver con lo irrazonable de esa actitud cuando, está más que probado, ambos organismos tanto han contribuido a obtener las escasas condenas de ladrones kirchneristas, apoyando y brindando información clave a los fiscales; o sea, este proceder de Mariano Cúneo Libarona coadyuva claramente a la búsqueda de una socialmente inaceptable impunidad» (Sólo preguntas, Informador Público, 28/01/2024).

* Bolos como sinónimo de una forma de ser, una idiosincrasia nativa, del que se cree muy vivo y es un tonto de remate, pero que en las guerras de nuestra Independencia con diferente acepción -opuesta- se les llamaba a los gauchos valientes que llevaban boleadoras, hechas con «bolas de piedra». Incluso actualmente algunos han fijado para este tipo estulto tan común -del que hablaba Tato Bores- su día el 27 de junio.

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