Por Jorge Castro.-

Ataque a Berni: primer brote anárquico de envergadura de los últimos 4 años, que es una profundización de la crisis de legitimidad que afecta a la Argentina.

Tres afirmaciones:

a) El sistema político argentino que es por necesidad hiperpresidencialista, porque a la debilidad de sus instituciones políticas -ante todo el Congreso y la Justicia- se le suma el hecho de enfrentar una sociedad intensamente politizada y dotada de una extraordinaria capacidad de movilización, con una tendencia única a la acción directa, por afuera de las instituciones.

Por eso, el escaso poder político que tiene este sistema, tiende a concentrarse en la figura y la institución presidencial, que entonces adquiere un carácter hiperpresidencialista o hegemónico para intentar conducir -con suerte variada- una de las sociedades más politizadas y movilizadas del mundo.

b) La segunda de estas características de la sociedad argentina es que son el producto de su historia, constituida por una serie sucesivas de revoluciones sociales y políticas, la primera de las cuales fue una extraordinaria ola de inmigración europea que se desplego en un inmenso espacio vacío.

La Argentina como Nación, en suma, se constituyó sobre la base de 4 inmigrantes europeos por cada argentino originario.

Esta ola de inmigración europea recibió en la Argentina todos los derechos sociales y económicos, incluyendo el acceso a la propiedad de la tierra, pero sus integrantes no se nacionalizaron, no adquirieron la ciudadanía argentina, y por lo tanto no participaron de la construcción de la Nación Argentina como una realidad cívica.

De ahí que es Estado Nacional creado en 1880 por un movimiento encabezado por el General Julio Argentino Roca creó un Estado centralizado eficaz y orientados al futuro, pero carente de una ciudadanía argentina.

c) Este Estado nacional surgido en 1880 se fundó por eso en una crisis de legitimidad originaria; y los grandes intentos de reparación de esta carencia que se realizaron sobre todo a través del yrigoyenismo, terminaron agotados en 1930.

A partir de 1952 esta crisis de legitimidad se fue exacerbando y culminó con una guerra civil en 1955 que desarrolló entre junio y septiembre de ese año, -en donde 2 sectores de las Fuerzas Armadas y en el fondo 2 países- se enfrentaron en Buenos Aires, Córdoba, Bahía Blanca y Rosario. Esta etapa de profunda fractura y enfrentamiento culminó con los fusilamientos del 9 de junio de 1956, los primeros por causas políticas desde las guerras civiles.

Esta ilegitimidad extrema fue profundizada por 17 años de proscripción de la fuerza política mayoritaria; y de pronto, en la década del 70, radicalizada por la emergencia de la Revolución Cubana y la agudización de la guerra fría, el conflicto interno adquirió un carácter paroxístico y se convirtió en una guerra doméstica que duró más de 10 años, en las que se enfrentaron la guerrilla más poderosa y organizada de América Latina, y u Ejercito que se impuso con la utilización sistemática de la estrategia de “desaparición” de los adversarios que fue eficaz militarmente, pero que dejó una herida abierta imposible de cerrar por una o dos generaciones, o quizás más.

Por eso, -conclusión- la Argentina es un país siempre al borde de la anarquía, que se manifiesta plenamente cuando el poder presidencial, que es la clave de bóveda del frágil sistema. Se debilita o desaparece, como ha ocurrido en forma extrema, paradigmática con la desaparición de la autoridad presidencial del presidente Alberto Fernández en los últimos 4 años.

La nueva política exterior brasileña

Hay un hecho fundamental respecto a Brasil, que afecta de manera directa a la Argentina, y es que con el presidente Lula a la cabeza se ha lanzado a desarrollar una política exterior de orden mundial tendiente a terminar con la Guerra de Ucrania a través de negociaciones diplomáticas de carácter político.

Es la primera vez que esto ocurre en la política exterior brasileña desde que Brasil, con la conducción de Getulio Vargas y Oswaldo Aranha, participó de la 2da. Guerra Mundial junto con EE.UU y lanzó a la Fuerza Expedicionaria Brasileña (FEB) a la campaña de Italia contra el 3er. Reich, encuadrada en el V Ejército norteamericano al mando del Gral. Clark.

La nueva política exterior brasileña liderada por el presidente Lula ha realizado hasta ahora 2 movimientos fundamentales:

  • El 11 de abril viaja a China el presidente Lula para acordar con Xi Jinping los términos de una mediación conjunta China / Brasil para poner término a la Guerra de Ucrania.
  • Al mismo tiempo, Celso Amorin, ex Ministro de Relaciones Exteriores y de Defensa y principal asesor de política exterior de Lula, viajó la semana pasada a Moscú y Paris para acordar con Vladimir Putin y Emmanuel Macron los términos y condiciones de una negociación de paz en el conflicto ucraniano.
  • Hay que agregar que el 18 de abril vendrá a Brasil el canciller ruso Sergei Lavrov a continuar las conversaciones iniciadas en Moscú por Celso Amorin.

Por último, aunque para nosotros es lo primero hay que discernir el papel de la Argentina en este nuevo cuadro mundial.

Para eso, hay que actuar sobre la base de 2 premisas:

  • Brasil es el país prioritario para la inserción de la Argentina en el mundo, y la Argentina es el país absolutamente central para Brasil en América del Sur.
  • Dicho de otra manera, ahora la Argentina, a través de Brasil, es parte indisoluble de una política mundial, lo que compromete al actual gobierno, al próximo, y a los siguientes.

La actual situación política argentina

5.1- En octubre habrá elecciones y se va a elegir un nuevo presidente, lo que se realizara sin la participación de los 2 términos principales de la Grieta, que son Macri y CFK.

  • Este proceso electoral va a transcurrir, así como el próximo gobierno, cuando se mantiene en pie y se ha profundizado el conflicto fundamental de la política argentina, que es la ruptura producida entre la sociedad civil y el sistema político en su conjunto, lo que abarca tanto al gobierno como a la oposición.
  • Esto ha desatado un proceso de reformulación de la totalidad del sistema político, en búsqueda de los iguales con los iguales, sin distinción de partidos, ideologías y trayectorias personales.
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