Por Raúl Mario Ermoli Galluppi.-

Creo que «la herencia» que dejan Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa al nuevo gobierno resulta de haber contenido artificialmente los precios, como si los hubieran metido en una «olla a presión», que al destaparla estalla, (como la nafta, por ejemplo). Pero, ¿hasta cuándo se pueden achatar los precios y emitir dinero sin control, sin bajar el excesivo gasto público? ¿Hasta cuándo se puede gastar más de lo que se recauda?

Pero aun así, la herencia es mucho más compleja, porque no es sólo de naturaleza económica, sino que comprende, además, una triste secuela de marginalidad, pobreza e indigencia, una generalizada corrupción, a nivel de no pocos funcionarios públicos en diferentes organismos nacionales o provinciales…

Aun así, lo que más nos preocupa, en el “día a día”, es el actual estado de inseguridad que padecemos, a causa de una delincuencia criminal que nunca dejó de aumentar, y que amenaza seriamente nuestras vidas, muy especialmente durante el último gobierno que acaba de terminar, gobierno irresoluto que no implementó ningún plan creíble y efectivo para prevenirla y combatirla.

Con lo cual, nos debería quedar a todos muy en claro que la herencia que recibe el Pte. J. Milei, es muy compleja, herencia que, como vimos, excede largamente los efectos de la economía desquiciada que tanto nos preocupa, porque se manifiesta en el marco de un proceso de franca decadencia, moral, social, cultural y económica, que ya lleva varias décadas sin signos de superación.

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