Por Luis Américo Illuminati.-

La parte y el todo. ¿Milei o Massa? Dice Ortega y Gasset: “Quien quiera ver un ladrillo necesita ver sus poros y, por tanto, acercarlo a los ojos, pero quien quiera ver una catedral no la puede ver a la distancia de un ladrillo”. Esto es lo que se llama mirar en perspectiva. Así es como debe ser la visión de la Argentina, idéntica a la visión del bosque desde una montaña. El bosque es la suma de todos los árboles. La catedral o el bosque es el todo, es la verdadera dimensión y contorno de una idea, de la unidad del todo. Un árbol o un ladrillo es lo parcial del individualismo. En cambio, la totalidad brinda el sentido de la idea de grandeza. El kirchnerismo nunca tuvo una visión general del bien común y la justicia equitativa sino una visión pequeña, mezquina y sectaria. Massa es la continuidad del mismo desorden de cosas. La propaganda de Massa es una trampa de palos para liebres y el discurso de Milei es la visión en una Catedral en perspectiva.

Para aquellos que meten miedo a los votantes para que no elijan a Javier Milei y voten a Massa, les decimos que entre Massa y Milei existe una notable diferencia: uno es parte de la ruina de la Argentina e integrante de la mafia K y el otro aún no hizo nada y todavía no ha victimizado a nadie. “Elemental, Watson”, diría Sherlock Holmes. Una cosa es la prueba de los hechos consumados (Massa) y otra cosa muy distinta es lo discursivo que aún no es praxis (Milei). Uno forma parte del árbol podrido, es rama caída de éste, en cambio el otro es un arbolito que lucha y se eleva en la oscura maraña del bosque en busca del aire y la luz necesaria para desarrollarse y ocupar el lugar que le corresponde.

El debate del domingo entre Massa y Milei deja la siguiente evidencia o conclusión. Si partimos de la base de que Massa es un «político de raza» y Milei un debutante, un aspirante sin experiencia, fuerza es decirlo que la política en la Argentina no es dominio de la «raza de los hombres justos», verbigracia: Solón, Pericles, Demóstenes, Cicerón, Marco Aurelio, Catón el Censor, Cincinato, Trajano, Abraham Lincoln, Gandhi, Nicolás Avellaneda, Domingo Faustino Sarmiento, Arturo Umberto Illia, Nelson Mandela, Angela Merkel y tantos otros estadistas que engrandecieron a sus países. Por el contrario, el «político argento» pertenece a la «raza porcina» que todo lo que toca lo enfanga.

Dar el voto a Massa y a todo individuo perteneciente de la cría kirchnerista, asociación ilícita seudoperonista que hace 20 años se ha enquistado en el Estado, es lo mismo que «arrojar perlas a los cerdos», como dice un pasaje del evangelio: «No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las entierren con sus patas en el fango, y volviéndose contra vosotros os despedacen (Mateo 7,6).

Milei es como un «orejano» (animal sin la marca de la yerra), tal como la canción de Jorge Cafrune (*), un simple ciudadano que dice lo que piensa, no es un «zorro» administrando el gallinero como Massa. Milei no pertenece a ninguna bandería política, a las agrupaciones periclitadas terminales como el radicalismo, el socialismo y el peronismo. Milei es un crítico -agrade o no agrade- del establishment o casta política putrefacta. Milei quiere un cambio radical, un cambio profundo. Milei propone nuevas reglas de juego que sustituyan el estado putrefacto que hace 20 años rige en la Argentina, el estado de chiquero, tal como hemos dicho en nuestra nota anterior «La masa swiftera y la runfla de la máscara». La clara evidencia que ha dejado el debate del domingo es que Massa es flor de chicanero, un ave negra, un experto y experimentado rábula, un «profesional» del engaño y de la trampa, es decir, un «político de raza argenta». Si Massa llega a imponerse el 19 de noviembre, la Gran Madre K habrá ganado una vez más, se habrá salido con la suya y burlado la justicia como es la torcida vocación que la guía cual Circe convirtiendo en cerdos a los compañeros de Ulises o la Gorgona petrificando con su mirada a quien se le oponga. Como dijimos en una anterior nota «Duc in altum», dejemos la playa y naveguemos mar adentro.

* El Orejano

https://youtu.be/kBbPea1MPNQ?si=iUS7RSm782Z2qbYa

«Yo sé que en el pago me tienen idea. Porque a los que mandan no les cabresteo. Porque despreciando las huellas ajenas. Sé abrirme camino pa’ ir donde quiero. Porque no me han visto lamer la coyunda Y saben de sobra que soy duro de boca. Y no me asujeta ni un freno mulero. Cuando tengo que cantar verdades, lo hago derecho viejo y sin ambages. Yo no corro con el caballo del comisario que es un bandido. Sepan bien que a mí no me llenan con cuatro mentiras. Las macanas que vienen del pueblo. A elogiar divisas ya desmerecidas. Y hacernos promesas que nunca cumplieron. Por eso en el pago me tienen idea. Porque entre los ceibos estorba un quebracho. Porque todito’ ellos le han puesto la marca. Y tienen envidia de verme orejano. Y a mí que me importa, soy chúcaro y libre. No sigo a caudillo, ni leyes ni atraco. Y voy por los rumbos que no son trillaos. Y a nadie preciso pa’ hacerme baqueano».

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