Por Sergio Antonio Graziano.-

La infraestructura de rutas del país está en ruinas.

Mientras se construye una red de autopistas por peaje, hay que tapar los pozos. Hay que bachear masivamente en todo el país.

Una parte del trabajo de bacheado puede hacerse con presos que trabajen.

Cobrarían un sueldo que se depositaría en una caja de ahorro de cada preso.

Podría privatizarse la administración y gestión de esta modalidad de trabajo con presos creando cuatro seccionales en diferentes regiones del país.

El trabajo de bacheo es mayoritariamente manual y se utilizan vehículos y carretillas.

De esa manera, cada motochorro y otros criminales capturados trabajarían para pagar su manutención.

Por supuesto, Milei debería expulsar del país a todo criminal extranjero y revocar la ciudadanía de delincuentes extranjeros a quien se le otorgó y deportarlo inmediatamente.

Otro trabajo para los presos sería forestar con salicáceas amplias áreas que tienen riego o podrían tenerlo con la construcción de canales con bocatomas sobre ríos y embalses artificiales como El Chocón, que iba a regar millones de hectáreas y nada se hizo.

Hay que recuperar amplias áreas de precordillera que han sido erosionadas por décadas de sobrepastoreo por cabras.

Hay que hacerlo.

Tenemos la Ley Nacional de Conservación de Suelos.

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/40000-44999/40021/norma.htm

Úsela, Milei.

Y use los presos para trabajos de obra pública, especialmente en lo ambiental.

Es tiempo de revolución en el país.

Productiva y moral.

¡Ahora, Milei!

¡La única solución!

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