Por Claudio Valdez.-

El Estado es percibido por las presidencias “pro tempore” de esta alianza estratégica como “capitalismo de estado” o “comunismo”, igual a cualquiera de los que existieron y algunos de los que subsisten en la actualidad. Sus seguidores, para encubrirlo, le llaman “progresismo”, pero envileciendo la posibilidad cierta de progreso que nuestros antepasados supieron labrar.

Estos mandatarios son proclives a entender el “progresismo que se les ocurrió avalar” del siguiente modo: “el Estado es mío y lo tuyo mitad mío”. Continuando el disparate, que con perversión quieren sea interpretado como “representativo republicano federal”, además de “democrático”, han empeñado todos sus esfuerzos y el de sus esbirros en desapoderar, al mejor estilo colectivista, a los particulares: consumidores, empresarios, propietarios, trabajadores y considerable parte de la juventud que engañada es “educada” (adoctrinada) en pautas contraculturales que facilitan su sometimiento. Cientos de miles de jóvenes son sustraídos de las actividades productivas y condicionados por subsidios, becas y “ayudas” para manipulación electoral sin otra expectativa que futura infelicidad.

Los beneficiarios del despojo son una rejunta de agrupados por causa de la propia miseria moral y material: dirigentes, empresarios y sindicalistas aduladores, funcionarios, emprendedores insolventes y carenciados de variado tipo; todos disciplinados por prebendas. El resto de la población que no logra ese tipo de “alivio económico” sufre, paga y aguanta. La producción no progresa y las necesidades insatisfechas son crecientes debido a la equivocada ideología y continuada estafa a la ciudadanía.

En tanto, los gobernantes y sus séquitos han logrado atesorar bienes y hasta “fugarlos” al exterior de sus propios países. Conformaron así renovadas oligarquías “zurdas” (estilo “nomenklatura soviética aggiornada”) quedando el resto de la población dependiendo de Estados avasalladores que limitan, cuando no impiden, el ejercicio de la ciudadanía con “derechos garantizados” como es debido.

Siempre es ilustrativo recordar aquel eslogan comunista que señala: “La libertad solo sirve para morirse de hambre”. ¡Claro!… el sometimiento garantiza algún vale o bono subsidiado. La Argentina actual, integrando este tipo de “peligrosas alianzas internacionales” con pretensiones de progresismo, es renovado testimonio de la colosal estafa institucional que los poderes del Estado Nacional no han podido superar.

Es el pervertido despropósito de políticos profesionales locales, entre los cuales algunos se precian de haber sido convencionales reformadores constituyentes. Si sus guías para el “nuevo orden mundial” fueron los difuntos Fidel Castro y Hugo Chávez, además de Nicolás Maduro y Evo Morales, sin dejar de observarse que el fallecido Néstor Kirchner y Cristina fueron “fundadores de Unasur” y empeñosos promotores de conflictividad exterior e interior en la nación, no es difícil para los ciudadanos sensatos intuir que los problemas argentinos demandan urgente solución desde hace ya muchos años. Ahora el conflicto también se presenta entre “peligrosos bloques regionales”.

Share