Por Máximo Luppino.-

Gran parte de la responsabilidad administrativa del gobierno nacional descansa sobre los hombros del ministro de economía Sergio Massa. Hecho que tiende a incrementarse desde que Sergio fue ungido como candidato a presidente por Unión por la Patria. La fórmula de síntesis de UP Massa-Rossi encierra la fuerza de un peronismo unido que asume la tremenda responsabilidad de continuar gobernando la Nación ante la amenaza de una oposición que desea quitar derechos, achicar el Estado y reducir a nuestra gran Nación a una paupérrima condición de republiqueta.

La oposición pasa por un prolongado tiempo de desorientación política. El resultado electoral de las elecciones provinciales de Córdoba y Formosa sepultó muchos de los sueños electorales de Juntos por el Cambio. Luis Juez, una vez más, perdió la gobernación, ahora en manos del peronista Martín Llaryora. ¿Qué decir de la poderosa Formosa donde Gildo Insfrán se impuso por más del 70% de los sufragios? Una verdadera paliza del justicialismo formoseño. Gildo Insfrán asume su octavo mandato, un gobernador ejemplo para sus pares mandatarios, una aplanadora para con las fuerzas de Cambiemos.

Tanto en Formosa como en Córdoba los seguidores de Javier Milei fueron relegados a un tercer o cuarto lugar. Obteniendo en Córdoba un magro 3%, Milei hasta la fecha se exhibe como un fenómeno mediático más que como una fuerza electoral importante.

Debemos tener en cuenta que el peronismo de Martín Llaryora posee una fina sintonía con Sergio Massa. No descartemos un acercamiento entre estos dos dirigentes que poseen muchos puntos de coincidencia.

Sergio Massa obtuvo su respaldo público de Cristina. En esta ocasión, la vicepresidenta de la Nación relató cómo se gestó la fórmula de síntesis en UP. “Para ganar hay que apostar” sentenció Cristina, frase amasada a propósito para Sergio.

Observamos cómo la transición de poder político ya está aconteciendo. Lentamente las miradas se enfocan más en el ministerio de economía que en Balcarce 50.

Mientras Patricia y Horacio se propinan una cascada de descalificaciones mutuas, Massa cosecha simpatías en ese gran tercio poblacional independiente, que es el que dará la victoria a una de las fuerzas hoy en puja electoral.

Sergio Massa habla, gesticula y planea como primer mandatario. Existen situaciones que tienen que ver con el destino y su determinación más que con intelectuales explicaciones. Sergio amenaza con trabajar para triunfar 25 horas diarias, mostrando la humildad del ganador.

Más allá de algunos berrinches un tanto adolescentes, el peronismo se encuentra en estado de unidad y combativo para imponerse en las elecciones generales 2023. Recordemos que: “La victoria ama a los preparados”. Massa está preparado para gobernar. De hecho, ya está gobernando.

Agustín Rossi aporta equilibrio, aplomo y mesura dando profunda consistencia a una fórmula muy competitiva. Un hombre que sabe jugar en equipo. Dueño de doctrina y mística peronista, incansable luchador de la causa del general.

No olvidemos al pequeño gran gigante de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que volvió a prender el mítico Clio para recorrer todos los rincones bonaerenses.

Pensaron “borrar” al peronismo de la escena política de Argentina. Mientras ellos divagaban, el movimiento del General se plantó en el centro del ring, con su historia y centenares de logros, con sus legiones de combatientes de mil combates.

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