Por Luis Américo Illuminati.-

El flamante presidente de la Nación Javier Milei fue agredido por un fanático kirchnerista mientras se trasladaba del Congreso a Casa Rosada a bordo de un vehículo descapotable. La botella arrojada pasó cerca de él e hirió a un subcomisario que integraba la custodia presidencial. La Policía de la Ciudad identificó al hombre que le arrojó una botella al presidente Javier Milei mientras se trasladaba del Congreso hacia la Casa Rosada. El ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, identificó hoy a al agresor. «Toda la evidencia ya está en manos de la Justicia para que determine los pasos a seguir. Es con orden», manifestó el funcionario en su perfil de Twitter (X). En las últimas horas, vídeos de diferentes ángulos mostraron el ataque y facilitaron la identificación del irascible individuo.

El agresor Gastón Ariel Mercanzini, un hombre de 51 años que fue el sujeto que le arrojó una botella al presidente Milei, fue funcionario público en la provincia de Entre Ríos: se desempeñaba como director de Cultura en Concepción del Uruguay, tiene un prontuario que revela la típica psicopatía K, enfermedad mental de CFK y sus zombis militantes, todos sociópatas. Mercanzini le hace honor al apellido y al fanatismo perokirchnerista: «mercancía» (Doña Blanca). Desde el «fuck you» de Cretina al botellazo de Mercanzini, al cual corresponde imputarle Lesiones y su detención para su examen mental y su internación si correspondiere. Ayer tiró un botellazo, mañana pone una bomba.

Las luces sobre las sombras

Al final del minucioso y contundente discurso que brindó Milei en las escalinatas del Congreso de la Nación, mencionó la celebración de Jánuca, la fiesta de las luces, conmemoración de la epopeya de los Macabeos, relatada en el Antiguo Testamento: Macabeos 3:19, haciendo el presidente Milei al extraer del relato bíblico -feliz comparación, la moraleja de que «la victoria en la batalla no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo».

Página 12, el libelo zurdoide de Horacio Verbitsky, en su edición del domingo, dice en su titular, con inquina indisimulable: «Los Macabeos y las fuerzas del Cielo. El presidente los mencionó en su asunción e hizo referencia a la festividad judía de Jánuca. Quiénes fueron los Macabeos y de dónde sale la frase de la militancia del ultraderechista».

A esta «editorial» y a su autor (no sabemos cómo se llama), le contestamos lo siguiente. La doctrina y la atrabiliaria propaganda del zurdaje argento -ex montoneros, acólitos y corifeos nihilistas destituyentes, émulos de Caín- no son otra cosa que la denigrante satisfacción que nace de la soberbia, el error y la mala entraña del infeliz, del rebelde sin causa, del insignificante enano que usa zancos para medirse con el gigante para asestarle una puñalada por la espalda. La alevosía, la traición y la insidia han sido siempre sus herramientas, su pertinaz metodología.

Los Macabeos constituyeron un movimiento judío de liberación, que luchó y consiguió la independencia de Antíoco IV Epífanes, rey de la helénica dinastía seléucida, sucedido por su hijo Antíoco V. Los Macabeos fundaron la dinastía real asmonea, proclamando la independencia judía en la Tierra de Israel durante un siglo, desde el 164 al 63 a. C. «Que las fuerzas del cielo nos acompañen en este desafío, en una batalla, la victoria no depende del número de soldados, sino del poder que viene del cielo”, dijo Milei en su primer discurso como nuevo presidente de la Argentina. La frase es una cita bíblica perteneciente al Libro de los Macabeos. “No es casualidad que esta inauguración presidencial ocurra durante la fiesta de Janucá, la fiesta de la luz, ya que la misma celebra la verdadera esencia de la libertad. La guerra de los Macabeos es el símbolo del triunfo de los débiles por sobre los poderosos, de los pocos por sobre los muchos, de la luz por sobre la oscuridad, y sobre todas las cosas, de la verdad por sobre la mentira”, concluyó el flamante presidente de la Nación, título que a los fracasados y corruptos kirchneristas les cae como patada en el trasero. No se hacen a la idea que terminó la era del vacío, de la impunidad y la impostura.

La luz, el aceite y la purificación del templo

Los Macabeos se rebelaron con éxito contra el rey seléucida Antíoco IV Epífanes. Según el Talmud, el templo fue purificado y las mechas de la menorá ardieron milagrosamente durante ocho días a pesar de que sólo había aceite suficiente para la iluminación de un solo día. Cuando es coronado como rey de Siria Antíoco IV Epífanes (175 y 164 a. C.), éste decide helenizar al pueblo de Israel, prohibiéndole así a los judíos seguir sus tradiciones y costumbres. Un grupo de judíos conocido como los Macabeos (su líder era Judas Macabeo) se rebelaron contra los soldados griegos, negándose a realizar actos que iban en contra de su religión. Fue una lucha difícil, y eran minoría contra el ejército griego; sin embargo, su valentía y fe los condujo al milagro de Janucá: «ganar pocos contra muchos». Al terminar la guerra, según el Talmud, los Macabeos regresan a Jerusalén y encuentran el Templo profanado, con el séptimo brazo apagado y aceite para encenderla un solo día. Tardaron ocho días en conseguir más aceite; y sin embargo, con el poco aceite que tenían se mantuvo encendido el candelabro (menorá) durante ese tiempo.

La festividad de Janucá consiste en que durante ocho noches se enciendan velas en una menorá, un candelabro con espacios para nueve velas. En cada noche sucesiva, se añade una vela más y se enciende. Janucá es la fiesta de la luz, de las luminarias. El aceite de oliva que alimenta las luces del candelabro es una alegoría. El aceite representa la pureza, la luz que enciende la espiritualidad del mundo; hay una auténtica mística del olivo y del aceite, el pueblo de Israel que sobrevivido a todas las persecuciones que ha sufrido a lo largo de la historia. Y es una metáfora la capacidad del pueblo judío de luchar y salir a flote. El equivalente cristiano de las luces en la tradición católica es la fiesta de La Candelaria que se celebra todos los 2 de febrero, es una advocación mariana de la religión católica que tiene su origen en Tenerife (España). Es ésta una fiesta muy antigua, tanto en Oriente como en Occidente. El objeto de la fiesta de la de la Purificación propiamente dicha es recordar la presentación del Niño Jesús en el Templo, por la Sma. Virgen y San José y la ofrenda de dos palomas que hicieron en el templo. Hasta el siglo X a la misa del día le precedía una procesión, en la que el pueblo llevaba antorchas o cirios encendidos.

Conclusiones

Quiera Dios que el mundo actual recapacite ante tantas muestras de antisemitismo que evocan de manera escalofriante a los tiempos previos a la II Guerra Mundial. Hoy día, a todos los hombres de buena voluntad les preocupan los sórdidos acontecimientos que se están desarrollando en Medio Oriente -apocalípticos- que parecen anunciar un posible fin del mundo por causa de una guerra nuclear. Janucá y la Candelaria son un bálsamo, un lenitivo para meditar, reflexionar, rezar y recobrar fuerzas que nos permitan seguir adelante bajo la protección del único Dios, autor de la vida y de todo lo visible e invisible que nos rodea.

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