Por Luis Américo Illuminati.-

Ante semejante escándalo, cuyos oscuros entretelones son de vieja data y que por fin salieron a la luz, el kirchnerismo suspendió la reunión del juicio a la Corte Suprema. Un personaje clave de La Cámpora involucrado; políticos opositores, periodistas, jueces y empresarios entre las víctimas, allanamientos, 1.196 carpetas, 17 celulares secuestrados. Los espías: el ex policía (inorgánico) Ariel Zanchetta, Fabián «Conu» Rodríguez, ex miembro del gobierno bonaerense de Axel Kicillof y hoy Sub-Director General de Servicio al Contribuyente de la AFIP y el diputado ultrakirchnerista Rodolfo Tailhade, principal impulsor del juicio a la Corte. Los tres responden a la Gran Madre K, jefa de los espías. La denuncia la hizo el fiscal Gerardo Pollicita y la investigación está a cargo del Juzgado de Marcelo Martínez de Giorgi. Durante décadas, medio país espiado, una lista infame que va desde Tinelli hasta el fallecido Fiscal Alberto Nisman. Una tarea propia de delincuentes. Los carpetazos, mecanismo diabólico para torcer voluntades.

Mientras tanto, el hombre de las mil caras, el candidato K, agente secreto de Cretina, Sergio Massa camina con traje de amianto entre las llamas en tren de conseguir votos. En un capítulo bochornoso del último tramo de la campaña kirchnerista, el agente secreto K Sergio Massa vino a la Provincia de Córdoba a pedir «disculpas», en un mensaje patético, una actitud que exhibe en toda su extensión su ilimitada ambición y su perfil farisaico, más bajo no podía haber caído. Massa olvida que Córdoba tiene buena memoria y por más que quiera honrar a un gobernador difunto (José Manuel de la Sota), nadie le cree nada. Como dijo nuestro comprovinciano Pablo Rossi: «Usar a los muertos en un discurso es un insulto».

En una entrevista exclusiva que le brindó a Cadena 3, el diálogo entre Massa y la periodista local Agustina Vivanco tomó repercusión en los medios de comunicación de todo el país. Cuando la periodista le preguntó qué calificación le pondría a la gestión de Alberto Fernández, el imperturbable candidato K evitó responder directamente. «¿Qué calificación le pondría usted al gobierno de Alberto Fernández?» le preguntó la conductora de Siempre Juntos. «No soy yo quien debe calificar, sino el ciudadano», respondió Massa. «Pero Massa, no nos responde nada», dijo Vivanco; el candidato de Unión por la Patria le dijo: «No le respondí como a usted le gustaría, usted tiene sus opiniones y yo puedo tener una opinión distinta», sostuvo Massa. A lo cual la conductora le replicó: «Pero hay un montón de cosas que usted dice y se va por las ramas. Si usted nos está pidiendo el voto a los cordobeses, esperamos definiciones», añadió finalmente la conductora de Cadena 3. En ese momento Agustina Vivanco nos representó a todos los cordobeses indignados que no comulgan con la corrupción y la mentira.

El fraude es el único camino que le que queda a Massa. Su triste papel es igual de bajo y denigrado que el que hizo Alberto durante estos cuatro años. Un envilecimiento como nunca se ha visto en la Argentina. Detrás de todo escándalo, a no dudarlo, siempre está la «abogada exitosa», la vicepresidente condenada, que hace rato que debería estar presa o recluida penalmente como «medida de seguridad» en un sanatorio. Si pese a todo, Massa se impone a Milei en el ballotage, no quiero imaginarme el negrísimo futuro que nos espera.

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