Por Guillermo Cherashny.-

Nunca antes en la historia argentina democrática Clarín y La Nación y sus medios televisivos habían formalizado una alianza con un sector de la justicia integrado por tres integrantes de la Corte y tribunales inferiores con el fin de favorecer a Patricia Bullrich, la candidata de Juntos por el Cambio, para que ingrese al ballotage cuando hasta ahora está tercera cómoda en las encuestas.

A La Libertad Avanza le temen por la dolarización y sus ideas revolucionarias de la economía, que contradicen al capitalismo prebendario de los citados medios de comunicación y a la mayoría del tribunal superior y a la tendencia populista como a Rosatti y Maqueda, que en su momento fallaron contra medidas que instrumentó Mauricio Macri.

El otro supremo aliado de ellos, Carlos Rosenkrantz, un radical liberal, vota junto a los otros dos ministros pero Rosatti, en un reportaje de un diario español, declaró que la dolarización es inconstitucional, cuando esa prohibición no figura en la carta magna.

En cuanto a Sergio Massa, el candidato de UP, no es tan indigerible para ese bloque de poder pero, como está aliado al cristinismo, para ellos resulta intolerable y, por tanto, Patricia Bullrich, si entra al ballotage, es muy competitiva y podría ganar. Pero el problema es que hoy por hoy está tercera y lejos de los dos primeros y de alguna forma con fórceps hay que hacerla entrar segunda. Pero el problema es que «la piba» no entusiasma a la mayoría del electorado y de ahí que los integrantes del poder constituido estén ansiosos y cometan errores.

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