Por Claudio Valdez.-

El bloque regional de BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) atribuyéndose ideología inclusiva y autocalificándose como “progresismo” (en verdad social colectivismo destinado a remozar al fracasado comunismo) opera en el planeta con vocación expansiva. Habiéndose superado la implosión de la URSS y la consecuente unipolaridad de EEUU, los empeños hegemónicos de China y otras vocaciones emergentes del mundo oriental marcan así su presencia diplomática, comercial, cultural y militar.

Hispanoamérica y África les resultan predilectos espacios geopolíticos. Venezuela como dictadura chavista de Maduro es ejemplo de una nación americana expropiada, cuyo pueblo agoniza entre el hambre, la miseria y el estrangulamiento de libertades, siendo los dirigentes “rojo rojitos”, al decir de su comandante muerto Hugo Chávez, los únicos beneficiarios de ese colectivismo caribeño. Son ellos “los profesionales de la confiscación” (comunistas) y quieren integrar la organización internacional BRICS.

Desde Buenos Aires, nuestro presidente Alberto también expresó ese deseo: “Ser parte de los BRICS nos fortalece” y profesando de estadista, señaló: “La política exterior no tiene ideologías, tiene intereses”. Omitió adrede que, también en el mundo actual predominan ideologías que persiguen “intereses geopolíticos”. Son los causantes de las guerras en curso de Ucrania y Oriente Medio, además de Taiwan y otras potenciales “guerras frías”.

En La Argentina debería prestarse inteligente atención a este tipo de peligrosos bloques regionales, razón demás cuando la situación social interna se presenta inestable. Es de sobra sabido que “cuando entre hermanos se pelean los devoran los de afuera”. En Venezuela así lo hicieron con continuidad los estadounidenses, los comunistas cubanos y ahora los chinos. ¡Y quieren más BRICS!

Ahora se pretende “BRICS ampliados”, debiéndose advertir que no es casual que “la guerra es violencia institucionalizada”.

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