Por Alfredo Nobre Leite.-

Señor director:

Suenan aires de controles de precios y la prohibición de exportaciones de la carne vacuna, reiterando los errores del pasado, en virtud de «un análisis macroeconómico sobre el efecto del aumento de precio internacional de los alimentos -del 30% en dólares desde septiembre de 2020, en promedio- a lo que a nivel local se sumaron maniobras especulativas y de evasión fiscal sobre los precios en el mercado interno en los últimos meses; y que se impulsará el abastecimiento de carne vacuna a precios accesibles», según el Gobierno (ver «La Prensa», 24-4-2021, página 7).

Lo que los cerebros de esa brillante idea de control de precios, que fracasa desde los asirios y el emperador Diocleciano, es que a iguales errores las mismas consecuencias, recordando que durante la presidencia de Néstor Kirchner, se les ocurrió la brillante idea de abastecer la mesa de los argentinos, y por ello se perdieron mercados a manos de la competencia y 12 millones de cabezas de ganado.

Considero prudente consignar que antes de interferir en los mercados, consideren que se requiere incentivar las exportaciones, en la actual situación de magna crisis económica -es vox populi-, y por la parálisis económica, y contar con las divisas para el pago de importación de insumos y materiales para el campo y la industria, como también que la Argentina incumplió con su cuota Hilton, es decir, la carne de primera calidad a Europa, por el prurito de alimentar a la mesa de los argentinos.

En esta seria cuestión de las exportaciones de nuestros productos de primera calidad al mundo, los errores que están por cometerse, tendrán los mismos efectos, es decir, que perderemos los mercados, que serán asaz difícil de recuperar.

Estamos a tiempo de evitar sus efectos deletéreos, y de iguales errores las mismas consecuencias; únicamente los necios piensan lo contrario.

Con cordiales saludos.

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