Por Hernán Martínez.-

Apareció el Presidente sólo para demandar a Milei y a Marra. Se ve que la vergüenza de un desgobierno lo movilizó y, como cuando salió con el altavoz a dirigir el tráfico cuando velaron el cuerpo de Maradona, sale a decir hoy: ¡¡acá estoy yo!!, ¿dónde?, ¡¡acá!!, ¿sí?, muéstreme, ¿en el sillón de Rivadavia ejerciendo sus funciones de presidente votado por la ciudadanía? ¿en la residencia Presidencial?, dónde, porque todos queremos saber dónde está y si al acto de entrega del mando irá en bermudas o vestido a fin de los destinos que tiene programados, con el uniforme chino, o con el turbante iraní.

Este fallido acto de demandar, promovido por algún personaje de tercera, no hace más que ponerlo en evidencia. Si analizamos, su objetivo es ¡demandar a quienes atenten contra la Nación! Ahí entonces tendríamos que repensar quiénes realmente atentaron contra la Nación, ¿los que refugian su capital en moneda fuerte?, ¿los que tratan de preservar el ingreso mensual del 1 al 5 para que lleguen del 15 al 20?, ¿los que desquiciaron la economía nombrando un abogado (?) como Ministro de Economía?, ¿los que despilfarran hoy miles de millones de pesos en Aysa?, ¿los que emiten?, ¿los que poblaron de ñoquis al Estado y por ellos pagaremos más?, ¿el desmanejo de la inseguridad que invade nuestros barrios, nuestras casas, nuestras escuelas? Dígame, Sr. Presidente, ¿a quién demandamos primero? Yo lo acompaño, pero eso sí, en orden de aparición, primero los que tienen causas y condenas pendientes como su mentora, segundo los irresponsables del desquicio, y después no sé si tendremos alguno que se salve para poder demandar al resto, porque esté seguro de que todos pensamos en que todos Uds. son a los que realmente deberíamos demandar por atentar contra la Patria, porque sabrá Ud. que no sólo hay que declamar para atentar, solamente con hacer lo que no se debe, y Ud. y su séquito lo sabe bien. Avísenos en qué turno entro la demanda, así los 46 millones de argentinos hacemos cola para ingresar nuestras demandas hacia Ud. y su caterva.

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