Por Juan José de Guzmán.-

Los otros días llegó a mi WhatsApp una noticia breve, recuadrada, donde se afirmaba que en Dinamarca aquellas personas que reciben alguna ayuda del gobierno no están habilitadas para votar.

Lo primero que hice fue chequear la veracidad de la misma y, como tantas veces ocurre, comprobé que se trataba de una fake news, o tal vez, de una expresión de deseo de quien la generó. Aunque en realidad, para ser más precisos, deberíamos decir que la prohibición existió hasta la reforma de 1961, en que se habilitó a todos a votar.

Pero la misma me hizo pensar que, al margen de que sea falsa (o parcialmente falsa), la idea es muy buena y merecería ser ingresada como proyecto en alguna Comisión del Congreso para ser discutida, hacerle las modificaciones necesarias e intentar llevarla al recinto para que se debata.

Es obvio que aquel que recibe ayuda del Estado, ante el temor a una derrota electoral de aquellos que comandan ese estado benefactor (perdiendo con ello, muy probablemente el subsidio) vote en consecuencia.

Este, como muchos otros (digamos la implantación del Servicio Social obligatorio para los “nini”, por caso) son temas trascendentes, que la oposición ya tendría que estar pensando cómo implementarlos y comunicárselo a la ciudadanía, de llegar al poder, más que en discutir ahora, si Milei sí o Milei no.

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