Máximo poniéndole el pecho a las balas de goma.

Por Ovidio Winter.-

Rodeado de guardaespaldas y laderos (como de costumbre) se lo vio aparecer en la Plaza de los dos Congresos al “Hijo de Cuca” intentando evitar alguna muerte, según sus propias palabras.

Tan desinformado, como de costumbre, intentó ante el periodismo traer al presente figuras de la dictadura como Videla y Martínez de Hoz, con una explicación que se parecía más a un desagravio que a una cita histórica (trataba de explicar que “el poder político manda a matar al policía y después lo entrega” (es lo que hicieron con Videla, que murió en la cárcel y Martínez de Hoz que murió en su campo, remató…?).

Podría haberlo resumido con aludir a Chocobar (el policía condenado por matar a quien había robado y acuchillado a un turista en Retiro) y se ahorraba esa reflexión tan confusa como todo lo que dice cuando quiere decir algo (salvo que se trate de chicanas, con las cuales está más familiarizado). Claro que, de haberlo hecho, hubiera quedado expuesta su madre, que también fue “poder político” (y estuvo en el poder 20 años).

Al volver al Congreso (custodiado, como hacía un rato), sintiéndose un poquito héroe, no titubeó en mostrar su asombro porque no se hubiera llamado a un cuarto intermedio.

Por suerte, lo que no pudo su actitud heroica lo logró el cansancio y a las 0.30, por votación de mayoría, se pasó al cuarto intermedio.

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