Por Oscar Edgardo García.-

Los desaciertos que el gobierno viene cometiendo permiten presumir que su accionar está alejado del reconocimiento de la realidad y la vocera presidencial confirmó tal hipótesis en su última conferencia de prensa al afirmar que hay una «sensación de estabilización» en la economía.

El inmediato anuncio del índice de inflación del mes de julio pulverizó instantáneamente cualquier «sensación» y puso en evidencia un nuevo hecho que testifica la carencia de criterio y sentido común para distinguir la realidad de la percepción ilusoria.

La impronta de la vocera permite suponer que en su mente está presente la letra de una famosa canción del célebre cantante Sandro que dice: «Tengo un mundo de sensaciones, un mundo de vibraciones, que te puedo regalar, tengo dulzura para brindarte, caricias para entregarte, si tu me quieres amar….»

Lamentablemente no es este precisamente el reflejo de las cosas que está viviendo la sociedad.

El primer mandatario debería abandonar su sesgo cognitivo de correlación ilusoria y ser el primero en tomar conciencia de que el pueblo no vive de sensaciones, ni de promesas incumplidas, ni de discursos retóricos que no aportan soluciones a los verdaderos problemas, sino de realidades que están principalmente plasmadas en la fuerte pérdida del poder adquisitivo del salario, el elevado nivel de pobreza y el alto grado de criminalidad, entre otras cuestiones no menos importantes que afectan aún más a su ya dañada calidad de vida.

Señor Presidente: el pueblo está hastiado. Es hora de enfrentar las realidades. Basta de gobernar sensaciones.

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