Por Luis Américo Illuminati.-

Si un antropólogo y un politólogo quisieran presentar una tesis sobre una mujer dominante, mentirosa, teatrera y amoral esa es Cretina Kirchner quien llegó a hacerse temer por los hombres de su entorno, llegó a donde está gracias al pingüino tan perverso como ella, con quien tenían un pacto de poder y de asociación ilícita para convertir a la Argentina en un fundo propio en base a alianzas con los gobiernos extranjeros más siniestros: la Cuba de Fidel y la Venezuela de Chávez, Irán, Rusia y China. Al morir el Pingüino le dejó el campo libre a Cretina, viuda negra, una déspota cuyo gobierno es una banda de impúdicos ladrones y ella es la cabeza que dirige el despojo material y espiritual, la división, discordia y alienación colectiva de la sociedad argentina.

De su fraseología antijurídica los maestros de la escuela de derecho penal italiana: Carrara, Ferri y Beccaría si volvieran a la vida le dirían a Cristina que ella es el prototipo descripto por Césare Lombroso en «L’uomo delinquente» (1876) quien de conocerla agregaría al título de su libro «e la donna», además de incluirla en su «Investigación del cretinismo en Lombardia» (1859).

El ganso botarga

Nunca hubo un refrán tan justo como el que reza: «Hablar por boca de ganso», que significa expresarse sin ideas propias, repitiendo lo que otro u otros han dicho o al dictado de intereses ocultos, decir o repetir cosas, chismes, habladurías, cosas inexactas como anillo al dedo para Alberto Fernández, el títere por excelencia, un botarga, que fue el más feroz crítico de la mala gestión de Cretina cuando ésta era presidenta hasta que lo tentó para que fuera su compañero de fórmula. Una fórmula para el desastre, una fórmula química altamente peligrosa.

Y después del «juramento» comenzó la vergonzosa sumisión de Alberto a las órdenes imperativas de ella, diciéndole lo que tenía que hacer y decir en público, las cosas más disparatadas en contra del derecho público y la Constitución de la República.

Y que ahora salga a decir que su socia, jefa, ama, patrona o cómplice es «inocente» es hablar como un ganso. ¿Quién le va a creer a Polichinela? En el baño cuando nadie lo ve se debe estar cagando de risa como el perro Patán…

Postdeclaración (improcedente) de la imputada condenada

El tribunal tendría que disponer «de oficio» una pericia psiquiátrica urgente sobre la imputada ahora condenada. Desde su oficina está delirando. El mismo video que lanzó al conocer la sentencia es una prueba irrefutable que debe ser internada. No está en sus cabales. No mide sus palabras. Jamás se ha visto en la historia de los tribunales tantas incoherencias juntas. Su mensaje fue un revoltijo de torpezas y despropósitos.

Semejante mensaje que no es descargo ni apelación, constituye delito (peculado reiterado) por haber utilizado el despacho y el canal oficial para defenderse por vías extralegales. Cretina en guerra contra ella misma. Le convendría callarse la boca y preparar un plan de escape y fuga, recurso típico de los facinerosos.

Al acusar a los jueces que se reunieron en Lago Escondido, está enterrando a su propio gobierno por haber realizado espionaje, el mismo delito que le quieren cargar a Macri por haber espiado a los familiares de las víctimas del submarino ARA San Juan. El fin no justifica los medios. Desde ayer está en peligro la intimidad de todos los argentinos. Los servicios «K» imitan a la Gestapo, la CIA y la KGB juntas.

«Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va armar»

Tenían razón los sátrapas y sátiros de La Cámpora cuando dijeron eso. El «quilombo» que Cretina le acaba de armar a su propio gobierno para salvar su pellejo es una cosa de locos. Todo vale. Con el deplorable espionaje de Bariloche el kirchnerismo ha violado gravemente el derecho de intimidad de las personas, ámbito de reserva protegido por la CN y las leyes. Se mandó en cana ella misma y a su títere Albertico. El kirchnerismo cree que el derecho es «el cuento de la buena pipa» y la justicia un pañal descartable.

Inclusive la parvada de Zombilandia

Una sola pregunta me quedó para hacerles a los que se empeñan en defender el grotesco, vulgar y mal sonante lenguaje inclusivo. ¿A partir de hoy corresponderá llamarla a la vice delincuente o delincuenta, condenada o condenade?

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