Por Luis Américo Illuminati.-
Si, como dice Ortega y Gasset, el defecto más grave del hombre es la ingratitud, y si a ello se le suma el amor al vicio, el odio al trabajo y la inclinación al delito, entonces colectivamente es una desgracia nacional. Si el general San Martín pudiera mandarnos un mensaje desde la tumba nos diría que más satisfecho y feliz se sentiría si imitáramos sus acciones y no solamente rendirle honores. Que ni las calles ni mil monumentos en su nombre sirven cuando un país se hunde. El fin no justifica los medios. Ningún fin es bueno si los medios utilizados son malos. «No es un buen hombre -decía Aristóteles- quien no imita ni se goza en las acciones honestas». Como dice la filosofía moral: «operari sequitur esse» (el obrar sigue al ser).
Para Heidegger, ni siquiera después de la muerte el difunto puede librarse de la «asistencia» que le brindan los vivos. El duelo es un tributo, una deuda, una obligación de los vivos con los muertos. Al respecto Heidegger habla de una asistencia inauténtica y de otra auténtica a los vivos. La primera es para quitarle al otro su «preocupación» y la segunda es una autoayuda, categorías que no rigen para los muertos.
A diferencia del pensamiento de Heidegger expuesto en Ser y tiempo, quien esto escribe cree que «rendir honores» a los muertos célebres en la Argentina, en los casos de grandes hombres como San Martin y Belgrano la rememoración es una forma de momificar o cosificar al muerto, como si fuera una estatua muda. De esta forma, el difunto no es un interpelante sino una «sombra irreal que se borra» (Byung-Chul Han, Las caras de la muerte).
Tras la muerte de su esposa Remedios en 1823, en Buenos Aires, el general San Martín dejó su finca en Mendoza, recogió a su hija y abandonó para siempre la Argentina. No pudo ingresar a Francia, como lo deseaba, y residió unos meses en Inglaterra, antes de radicarse en Bruselas. En 1830, ante la convulsión social en Bélgica, el general se trasladó a París. Cuatro años después, con ayuda de su amigo español, el marqués Alejandro Aguado, adquirió una casa en Grand-Bourg, cuya réplica, en dimensiones algo menores, pero en escala, se encuentra en Palermo Chico y es sede del Instituto Nacional Sanmartiniano.
En 1848, las revueltas que culminarían en la Segunda República lo hicieron alejarse y radicarse en Boulogne-sur-Mer, sobre el Canal de la Mancha, desde donde podría eventualmente pasar a Inglaterra de ser necesario. Alquiló los altos de la casa situada en la Grand Rue 105, recién construida, propiedad del abogado Adolphe Gérard, director de la biblioteca pública de la ciudad, quien ocupaba la planta baja.
El máximo héroe de la Argentina, no tenía dinero para comprar una casa y tuvo que alquilar el último piso, ya que la familia que le alquilaba vivía en el 1ro. y el 2do. y ambas familias compartían el 3er. piso que se destinaba a comedor y «living». El alquiler se pagaba con una renta vitalicia que le daba el gobierno del Perú.
En el año 2010 la Justicia francesa confirmó un fallo que prohíbe rematar la casa en la que vivió el General José de San Martín en Boulogne Sur Mer, que pertenece al Estado argentino y funciona como museo. La empresa norteamericana Sempra Energy Internacional intentó por la vía judicial el embargo y remate de la propiedad, pero la Procuración del Tesoro se opuso y obtuvo un fallo que reivindicó la calidad de «patrimonio histórico argentino» de la propiedad, en la que el Padre de la Patria vivió sus últimos años.
Conclusiones
“El defecto más grave del hombre es la ingratitud. Fundo esta calificación superlativa en que, siendo la sustancia del hombre su historia, todo comportamiento antihistórico adquiere en él un carácter de suicidio. El ingrato olvida que la mayor parte de lo que tiene no es obra suya, sino que le vino regalada de otros, los cuales se esforzaron en crearlo u obtenerlo. Ahora bien, al olvidarlo desconoce radicalmente la verdadera condición de eso que tiene. Cree que es don espontáneo de la naturaleza, indestructible. Eso le hace errar a fondo en el manejo de esas ventajas con que se encuentra e irlas perdiendo más o menos. Hoy presenciamos este fenómeno en grande escala. El hombre actual no se hace eficazmente cargo de que casi todo lo que hoy poseemos para afrontar con alguna holgura la existencia lo debemos al pasado y que, por lo tanto, necesitamos andar con mucha atención, delicadeza y perspicacia en nuestro trato con él -sobre todo, que es preciso tenerlo muy en cuenta porque, en rigor, está presente en lo que nos legó-. Olvidar el pasado, volverle la espalda, produce el efecto a que hoy asistimos: la rebarbarización del hombre.” (José Ortega y Gasset, Ideas y creencias, 1940).
15/06/2023 a las 12:11 PM
«Cuando la patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla», dijo el padre de la patria, y así lo entendieron sus contemporáneos. Pero esa máxima para los gobiernos de ahora ha sido reemplazada por la consigna la patria hay que subastarla, alquilarla convertirla en una colonia al servicio de la potencia mundial que borre definitivamente de nuestras cabezas serviles todo vestigio de dignidad y orgullo.
15/06/2023 a las 9:30 PM
«Cuantas menos esperanzas tenemos, más orgullosos nos sentimos, hasta el punto que orgullo y desesperación se desarrollan a la vez.
16/06/2023 a las 1:28 AM
Bueno, alguna semejanza tiene Alberto con el ¨Padre de la Patria», también vivía en un piso de Pto Madero que le «prestaba» su amigo (ya que seguramente no tenía $$$ para alquilarla con su sueldo de profesor de Derecho), ven como todo tiene que ver con todo jaja. San Martin y Perón un solo corazón
16/06/2023 a las 5:09 PM
«No les tengo miedo a los de afuera que nos quieren comprar, sino a los de adentro que nos quieren vender»
«El 28 de junio de 1966, en una fría mañana de invierno se produjo el golpe militar en medio de la indiferencia de la ciudadanía. El General de División Julio Rodolfo Alsogaray, Jefe de la Casa Militar Brigadier Rodolfo Pío Otero, el coronel Luis Perlinger y un grupo de oficiales se presentaron en el despacho presidencial para solicitarle a Illia el retiro de la Casa de Gobierno, asegurándole en todo momento su integridad física. Éste se negó rotundamente y luego de una fuerte discusión donde manifestó «El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas soy yo» los militares tuvieron que abandonar el despacho. Ante la fuerte negativa los efectivos policiales ingresaron con pistolas lanzagases, mientras que las tropas rodearon por completo laCasa Rosada. Perlinger volvió a solicitar al presidente que se retire, caso contrario no podía garantizar la seguridad de las personas que lo acompañaban. Ante esta situación Illia optó por dejar el lugar. Rodeado por sus colaboradores bajó por la escalera hasta la planta baja, cruzó por la entrada y se dirigió a la calle, y como no disponía de vehículo porque lo vendió durante su presidencia abandonó el lugar en un taxi que lo llevó a la casa de su hermano en Martínez. Al día siguiente asumió Onganía, autodenominando al golpe «Revolución Argentina».» https://abrebrecha-thisisit.blogspot.com/2012/06/no-les-tengo-miedo-los-de-afuera-que.html
Como siempre hay Historias dentro de la historia voy a rescatar algunos hechos que sucedieron antes durante y después de su derrocamiento.
ANTES:
«La Ley Oñativia (por Arturo Oñativia, el ministro de Salud que la impulsó) fueron 2 leyes sancionadas en 1964 durante la gestión (1963-1966) del presidente radical Arturo Umberto Illia, para mejorar el acceso de la población a los medicamentos y garantizar su idoneidad.
Desde 1957 no había ningún control sobre la elaboración de medicamentos y desde 1959 legislación alguna.
Los proyectos de ley fueron hechos por 2 comisiones; una de médicos, bioquímicos, y especialistas en farmacología; y otra de contadores y economistas. La primera examinó 20.000 medicamentos y muchos de ellos carecían de las sustancias que decían contener o no las tenían en las proporciones declaradas en sus prospectos. La segunda encontró un doble juego de libros de contabilidad que les facilitaba exagerar los costos para maximizar sus ganancias.
“Tienen seis meses para presentarnos una declaración jurada en donde interpreten y afirmen cuál es la calidad de su medicamento y la composición de su costo de producción. Con esa documentación hablamos, mientras tanto los precios siguen congelados” les dijo Illia.
Los medicamentos no son una mercadería común, su falta pone en riesgo la vida humana. A partir de la Ley Oñativia se los definió como «bienes de interés social», de modo que en caso de emergencia sanitaria el derecho al lucro no primara sobre el derecho a la vida.
Pero en el Senado, la oposición radical quitó a estos el carácter de interés social y la fijación uniforme de sus precios. Aun así, la ley permitió la eliminación de más de 10.000 pseudo medicamentos que no tenían razón médico. Y puso fin al aumento de precios en desmedro de la salud de los pacientes.
La cancelación de las concesiones petroleras y las leyes de medicamentos se presume que fueron las causas subyacentes por las que las FFAA destituyeran a Illia.»
Fuente: David Busso – Editor jefe en El Punto Medio, especialista en periodismo de investigación, con experiencia en gráfica, radio y portales digitales.
Periodista y Lic. en Comunicación Social por el Colegio Universitario de Periodismo (CUP) y la Universidad Católica de Santiago del Estero (UCSE)
DURANTE
«El Granadero que defendió al Presidente Illia»
Extracto del libro Secretos Presidenciales.
El Granadero Rodrigáñes Ricchieri , como tantos otros, es el vivo ejemplo del cumplimiento del deber , del culto al honor y lealtad ; propios de los Soldados de San Martín.
Illia le pidió su arma al edecán militar, pero éste se la negó y le dijo: «Señor, mi primer deber es interponerme entre el presidente de la Nación y la muerte.
«……..Llega el fatídico lunes 27 de junio de 1966. Poco antes de las 20, los comunicados militares inundaron las radios y los canales. En la mañana de ese lunes comenzó el golpe a Illia. El general Mario Fonseca le informó al jefe de la Policía Federal que estaba relevado de su cargo. Los militares se apoderaron de los medios de comunicación. El próximo objetivo era la Casa Rosada. El ministro de Defensa, general Castro Sánchez, le informó al presidente de la Nación que no contaba con fuerzas leales. Y las tropas del Ejército avanzaron para ocupar la Casa de Gobierno.
El día del golpe, el jefe de guardia en la Casa Rosada era el teniente granadero Aliberto Rodrigáñez Ricchieri, un hombre de baja estatura. Tenía entonces 24 años, era soltero y su pasión era la música clásica, que oía frecuentemente en el Teatro Colón. Su tatarabuelo paterno había integrado el Ejército de los Andes y murió en acción, siendo su caballo el único que regresó vivo de los miles que salieron desde Mendoza y cruzaron la cordillera; por la rama materna, estaba emparentado con el teniente general Pablo Ricchieri, nacido en San Lorenzo, que fue ministro de Guerra de Julio Argentino Roca, artífice de la organización del Ejército y el hombre que hizo recrear el Regimiento de Granaderos, en mayo de 1903.
Cuando Rodrigáñez Ricchieri advirtió que había tropas del Ejército que se le venían encima. Tenía apenas treinta granaderos armados con sable corvo, fusiles y dos ametralladoras, pero no vaciló. Hizo colocar las ametralladoras en posición y ordenó cerrar las puertas de la Casa de Gobierno. También le avisó al jefe de la tropa que avanzaba que abriría el fuego si no se detenía. Los sitiadores se miraron entre sí. Uno dijo: «¡Ese teniente de Granaderos está loco! ¡Treinta hombres contra todo el Ejército!»
El general Alsogaray telefoneó al coronel Marcelo de Elía, el jefe de Granaderos, que era amigo suyo y había compartido con él cuatro años de prisión en el penal de Rawson por decisión de Perón. El coronel le dijo al general que tenía razón, que el teniente estaba loco, pero que también estaba cumpliendo con su deber, con la tradición del regimiento, y que iba a defender al presidente de la Nación hasta el último cartucho y luego con los sables. Aún más: le aclaró que aunque la resistencia fuera inútil, no sólo no iba a ordenarle al teniente que se rindiera, sino que también él mismo, el propio coronel, marcharía en auxilio del teniente apenas sonara el primer disparo. Alsogaray se quedó mudo. Sabía que ordenar el ataque sería una masacre de granaderos y civiles que resultaría contraproducente. Entonces ordenó suspender las operaciones.
Dentro de la Casa Rosada, en tanto, el brigadier Pío Otero, jefe de la Casa Militar de la Presidencia de la Nación, intentó convencer al doctor Illia de que renunciara. Le señaló que igual sería tomada la sede gubernamental, pero con treinta muertos. El presidente radical sólo aceptó que se fuera el personal administrativo. Otero habló con el general Alsogaray. Le pidió que por nada se contestara con fuego a un balazo que saliera de la Casa Rosada, que él intentaría convencer a otros personajes radicales de que hicieran razonar a Illia. Cuando Otero volvió, Ricardo Balbín y Carlos Perette ya no estaban. Alrededor del Presidente, jóvenes radicales habían llenado su despacho. De pronto, Illia fue hacia el dormitorio presidencial. Todos coincidieron en un pensamiento: «¡Como Alem, se va a pegar un tiro!» Con emoción, comenzaron a cantar el Himno. Illia le pidió su arma al edecán militar, pero éste se la negó y le dijo: «Señor, mi primer deber es interponerme entre el presidente de la Nación y la muerte.
El general Alsogaray, descendiente de un héroe de la Vuelta de Obligado, sintió que el Ejército se estaba hundiendo en el ridículo. Y le dijo al brigadier Otero que iría personalmente a pedirle la renuncia a Illia. Otero le hizo notar que eso era peligroso, que muchos jóvenes radicales estaban armados. Alsogaray replicó que era un riesgo que debía afrontar. Antes de entrar al despacho presidencial, le ordenó la rendición al teniente Rodrigáñez Ricchieri. Este respondió: «Lo siento, mi general. Mi obligación es defender al presidente de la Nación.» Alsogaray entró en el despacho presidencial y le exigió la renuncia al Presidente. Illia no le contestó y el general se retiró. Tras mucho hablar, el brigadier Otero logró al fin convencer al Presidente de que relevara a los granaderos de la suicida misión de defenderlo. Illia aceptó. Otero se apresuró a comunicarle la decisión a Rodrigáñez Ricchieri.
Luego, informó al general Alsogaray que no habría resistencia militar.
A la madrugada del 28 de junio de 1966, el coronel Luis César Perlinger -que en la década siguiente asesoraría a guerrilleros y sufriría prisión por ello- fue elegido para dirigir la evacuación de la Casa Rosada. Integrantes de la Guardia de Infantería recibieron la orden de desalojar, pero sin tocar al Presidente, que no había renunciado. Esos policías rodearon a los jóvenes radicales que habían hecho un cerco alrededor de Illia, y los fueron llevando hacia la salida.
Illia despreció el coche presidencial y también rechazó un auto oficial. A cambio, detuvo un taxi que pasaba. Tanto su conductor como todos los que miraban la escena se quedaron estupefactos. El presidente constitucional recién derrocado subió al taxi y desapareció entre las sombras de esa triste madrugada.
Años después, muchos de los argentinos que no defendieron a Illia en aquel crucial momento tiraron flores y lloraron ante el paso de su cortejo. En 1988, Rodrigáñez Richieri pidió el retiro siendo coronel del Ejército y un eximio ejecutante de violín.
DESPUÉS
El tiempo pasó, y como suele pasar, las cosas se ven con otro matiz. Esto es lo que ocurrió con el coronel Perlinger, quien diez años después de haber comandado el desalojo de Illia, escribió una “presentación” manifestando: “El Dr. Illia serenamente avanzó hacia mí y me repitió varias veces: ‘Sus hijos se lo van a reprochar’. ¡Tenía tanta razón! Hace tiempo que yo me lo reprocho». (FUENTE NFOBAE)
MUCHOS AÑOS DESPUÉS
Extracto de la novela histórica “Salteadores Nocturnos”, del periodista y escritor Agustín Barletti.
» –En 1963 asumió la presidencia de la Nación con una vasta experiencia política: senador provincial por el departamento de Cruz del Eje (1936-1940), vicegobernador de Córdoba (1940-1943), diputado nacional (1948-1952) y gobernador electo de Córdoba (1962).
“Unos mil días duró la gestión de quien alguna vez recibió el mote de tortuga. A pesar del corto período, los resultados económicos fueron sorprendentes. El aumento del PBI fue del 10,3% en 1964, del 9,1% en 1965, y del 4,7% en los primeros seis meses de 1966. La industria creció 18,9% en 1964 y 13,8% en 1965; el sector agropecuario lo hizo al 7% y al 5,9%.
“El gasto público disminuyó en relación al PBI, y el déficit del presupuesto se redujo de $4.054,1 millones en 1963, a $2.778,9 millones en 1965. Al mismo tiempo, la partida destinada a educación alcanzó el 24% del presupuesto nacional, la más alta de la historia, y un Plan Nacional de Alfabetización alcanzó a 350 mil alumnos de 18 a 85 años.
“En 1964, ante la dificultad para colocar en los mercados internacionales una cosecha excepcional de trigo, Illia decidió vender varios millones de toneladas a China Popular, aún gobernada por Mao Tse Tung. La Argentina, se convertía en el primer país de occidente en comercializar con China, un mercado que hoy es codiciado por el mundo entero. Recién seis años más tarde, el presidente norteamericano Richard Nixon viajaba a China con el mismo fin”.
–También fue importante el avance logrado en la cuestión Malvinas.
–Sí. Durante su presidencia se logró el mayor triunfo diplomático sobre Malvinas. La resolución 2065 de la ONU, aprobada el 16 de diciembre de 1965, instaba a los gobiernos de la Argentina y del Reino Unido a negociar sin demoras la soberanía de las islas.
“Por primera vez en muchos años se redujo la deuda externa, de US$ 3.390 a US$ 2.650 millones. Luego, habría de crecer sin interrupción hasta la fecha. Además, bajo su mandato se sancionó la Ley del Salario Mínimo Vital y Móvil. En 1965, la tasa de desempleo se ubicó en el 4,4% y la participación del sector asalariado en el PBI pasó del 36% en 1963, al 41% a junio de 1966”.
–Lo que todos destacan es su honestidad.
–Illia quedó primero en el listado de las personas más honestas confeccionado en 2015 por Giacobbe & Asociados para la Revista Noticias en base a la opinión de dos mil encuestados. Le siguieron René Favaloro, Manuel Belgrano, el Papa Francisco y la Madre Teresa de Calcuta.
“En 2016, la Encuesta del Bicentenario llevada a cabo por el diario El Cronista con cuatro mil participantes, colocó nuevamente a Illia como el gobernante más honesto con el 70%, seguido por Raúl Alfonsín (13%) y Arturo Frondizi (5%)”.
–Gobernó sin un día de estado de sitio, ni denuncia alguna de corrupción…
–Y al día siguiente del golpe de Estado convocó al escribano mayor de Gobierno para hacer una manifestación pública de sus bienes. Al asumir la presidencia contaba con una propiedad en Cruz del Eje adquirida con el aporte de cuatro mil vecinos, que contribuyeron con un peso moneda nacional cada uno, útiles de consultorio, un automóvil y un depósito bancario de $300.000. A su derrocamiento, el 28 de junio de 1966, seguía teniendo la casa, pero había perdido el automóvil y el saldo de banco.
“La tarde de su destitución, los asaltantes del poder encontraron $240 millones en efectivo en la caja fuerte del despacho presidencial. Era la totalidad de los fondos reservados que Arturo Illia pudo haber usado sin rendir cuenta a nadie. El coronel Horacio Ballester, a cargo del operativo, solo atinó a decir: “Para qué lo habremos sacado a este tipo.
“En síntesis, un verdadero ejemplo para estos tiempos”.
EL FINAL DE ILLIA
Renunció a su jubilación como presidente, y terminó sus días en enero de 1983, antes de las elecciones que iniciaron un nuevo y definitivo período democrático, trabajando en una panadería.
16/06/2023 a las 6:31 PM
Todo comentario sería redundante.
En «, trabajando en una panadería», está la síntesis de este hombre de bien.
16/06/2023 a las 6:50 PM
Efectivamente.
Otro caso fue el de Elpidio González que terminó vendiendo anilinas Colibrí en la vereda.
Y bueno, lo del granadero es el mejor ejemplo de lo que significa cumplir con el deber.
Pienso que vale la pena recordar todos estos hechos y pensar que sí existió un país mejor.
Todos los gobiernos tuvieron aciertos y errores, en realidad más errores que aciertos y probablemente todavía existan reales personas llamadas gente que podrían gobernar el país decentemente pero los ejemplos de Illia y González dificilmente puedan ser superados y te lo dice un tipo que jamás votó al Radicalismo ni al Peronismo.
16/06/2023 a las 7:39 PM
SU PROVERBIAL HONRADEZ Y EL DESINTERÉS POR TODO LO MATERIAL
CONVIRTIERON AL PRESIDENTE ILLÍA, TRAS SU MUERTE, EN UN OBVIO
EJEMPLO DE PATRIOTISMO QUE LO INTEGRAN A LA GALERÍA DE LOS
ASEPTIZADOS PRÓCERES QUE CUENTA NUESTRA HISTORIA, CON EL
IMPOLUTO BELGRANO EN PRIMERA FILA, QUE MURIÓ EN EL CATRE DE
UNA PENSIÓN, Y DEL VISIONARIO RIVADAVIA MUERTO SÓLO Y
OLVIDADO EN UN HOTELUCHO QUE ALQUILABA EN ESPAÑA (POR
SUPUESTO, NADA COMPARABLE A LA MANSIÓN DE «PUERTA DE HIERRO»
DONDE VIVIÓ PERÓN, QUE CONSTABA DE UNA HECTÁREA EN EL CENTRO
DE MADRID); (Y NADA COMPARABLE A LA HOTELERÍA DEL CALAFATE
DONDE SE ASENTARON LOS RUFIANES QUE EVITO NOMBRARLOS PARA
NO TENER QUE ESCUPIR).
NO OBSTANTE, DIRÍA EL RECORDADO GENO DÍAZ : «TODO HAY QUE
DECIRLO, SI HASTA DE CRISTO SE DIJERON COSAS». RECORDEMOS EL
CUANTIOSO DAÑO QUE LOS ARRASTRADOS «RADICALES» DE ILLÍA LE
INFIRIERON AL ESTADO NACIONAL CUANDO ANULARON LOS
CONTRATOS PETROLEROS GESTADOS POR FRONDIZI, DONDE HUBO
QUE INDEMNIZAR CON MILLONES DE DÓLARES QUE HASTA HOY NOS
SIGUEN DOLIENDO, A LAS PETROLERAS EXTRANJERAS, Y TODO POR EL
MERO HECHO DE QUE LOS «RADICALES» DE ILLÍA, ENFRENTADOS A LOS
DE FRONDIZI, SE ASUMÍAN COMO LOS GRANDES «GUITARRISTAS
LLORONES» QUE ENARBOLABAN LA PELOTUDEZ DEL «PATRIMONIO
NACIONAL ENAJENADO AL IMPERIALISMO» , Y «EL VIVAMOS CON LO
NUESTRO» Y TANTAS OTRAS GANSADAS PROPIAS DE QUIENES
RAZONAN CON EL ORTO.
16/06/2023 a las 8:07 PM
Algo que vale la pena leer sobre Elpidio González es esto:
El político argentino que terminó sus días en la pobreza: no quiso tener sueldo y rechazó una jubilación «de privilegio»
La curiosa vida de Elpidio González, el hombre que fue vicepresidente, ministro de Guerra y jefe de policía y murió sin dinero porque consideraba que estaba mal cobrar por un cargo para el que el pueblo lo había elegido
Adrián Pignatelli.
https://www.infobae.com/sociedad/2019/09/19/el-politico-argentino-que-termino-sus-dias-en-la-pobreza-no-quiso-tener-sueldo-y-rechazo-una-jubilacion-de-privilegio/
Lo que sería interesante es hacérselo leer ante las cámaras al ganso mayor rodeado de toda la runfla.
Me queda la duda de si aplaudirían como monos amaestrados o se rascarían la calota con una expresión idiota en sus rostros.
17/06/2023 a las 9:34 AM
Cuando Arturo Illia anuló por decreto los contratos petroleros
https://www.infobae.com/sociedad/2019/11/23/cuando-arturo-illia-anulo-por-decreto-los-contratos-petroleros/
16/06/2023 a las 8:00 PM
Y como Perón no terminó viviendo en un altillo en vez de en una mansión en Madrid tiene varias explicaciones. Lo que pasa es que Perón supo picotear por todos lados.
Hay un artículo muy interesante del Tata Yofre que publicó Infobae el año pasado.
Fijate
Los archivos de Perón que revelan cómo recibió 475 mil dólares para llevar a Frondizi a la presidencia
https://www.infobae.com/sociedad/2022/06/22/los-archivos-de-peron-que-revelan-como-recibio-475-mil-dolares-para-llevar-a-frondizi-a-la-presidencia/
16/06/2023 a las 10:38 PM
Todos estos héroes tuvieron suerte. Mal o bien pudieron alquilar.
Si hubiese estado nuestra actual Ley de Alquileres.
Seguramente hubiesen muerto en la calle…
Y eso que en algunos casos. para mitigar la gravedad del problema…Están dando préstamos. Para poder pagar el anticipo del alquiler.
Algunos ya están vendiendo el televisor, para poder pagar la cuota del cable.
16/06/2023 a las 10:44 PM
Estimado Argento quiero decirte que acabo de leer tu último comentario en el artículo de la titiritera y quiero comentarte algo.
En una de mis repuestas a otro comentarista mencioné el caso de un amigo que un buen día miró el almanaque y se asustó a punto tal que pocos días después se murió, probablemente a raíz de ese susto.
Lo que no dije es que ese amigo era también un familiar. Aunque parezca medio tirado de los pelos se da -ocasionalmente- que un familiar (no elegimos a la familia) con el transcurso del tiempo se transforma en un amigo, en un consejero, en alguien a quien acudimos cuando nos cuesta demasiado entender algo.
Ese amigo era un militar retirado con el grado de General de Brigada y tuvo una vida fecunda, alejada de la podredumbre.
Aún de entrecasa siempre lucía impecable, vestido con su uniforme que ya no era de su talla porque su cuerpo estaba consumido por los años.
Lo importante es que durante esa última charla me dijo que yo era algo así como el soretero de Venecia.
Realmente, en un principio, no me gustó que me dijera eso pero por una cuestión de respeto y cariño traté de disimular mi estado a ánimo y como para no contradecirlo le dije que sí pero que nunca me había imaginado pescando soretes con una caña de pescar.
Con una voz firme me dijo: seguí pescando pero comprate un mediomundo.
Pasaron los años y a medida que continuaba acumulando el resultado de mi pesca me di cuenta que todos los excrementos pescados tenían que ser exhibidos, no como un trofeo sino como un complemento de nuestra historia contemporánea.
A veces no es cuestión de saber, leer y digerir lo leído y aprendido golpeándose la cabeza contra la pared sino de usar el sentido común
Si tiene alguna utilidad o no no lo se pero percibo que cuando hacemos «patito» en un lago alguien nos está mirando y esas ondas que produce la piedra rebotando y planeando en la superficie del agua hasta que definitivamente se pierde en las profundidades algo deja, aunque no sea más que la contemplación pasiva del observador que tal vez espera una nueva piedra para poder agarrarla antes que se hunda.
16/06/2023 a las 10:46 PM
Hay , hubo de todo. Desde un Luis Zamora, socialista y pobre con dignidad. Hasta militares con mansiones.
Y politícos, no solo los Peronistas hicieron pingues negocios.
Parece ocioso enumerar quienes luego de su paso por la función pública. Salieron mejor parados economicamente, que como entraron.
Por lo que me parece es mas sencillo, por exclusión. Decir quienes salieron pobres, luego de sus gestión de gobierno….
17/06/2023 a las 12:20 AM
Viuda de Porky:
Por supuesto que hay y hubo de todo, pero no se puede medir a todos con la misma vara
Hay y hubo políticos corruptos y hay y hubo militares corruptos
Se cuenta, para ridiculizar a los militares, que un general argentino en uno de sus tantos viajes EEUU fue invitado por otro de su mismo rango a ver un puente recientemente construido.
El militar norteamericano le dijo al argentino: ¿Ve usted ese puente? a lo que el argentino le respondió «Sí lo veo, es hermoso»
Con una sonrisa picarona el norteamericano , tocándose el bolsillo, le dijo el 10 % está acá, toque toque ¿entiende como es la cosa?
Pasaron los años y el general norteamericano vino de visita a nuestro país y fue recibido por el mismo general que antes había visitado su país.
Después del agasajo, de comer asado con cuero y de tomarse varias botellas de un vino cuya marca no viene al caso- tambaleándose ambos- el argentino le susurró a su par: Tengo algo que quiero que vea, a lo que el huésped contestó entre eructos ¿de que se trata?
Ya va a ver le contestó el nuestro.
Después de un viaje de varias horas por caminos tortuosos llegaron a un páramo a orillas de un río, se bajaron el auto y el «argento» le dijo al visitante: «Vea esta maravilla»
El norteamericano con una expresión indescriptible dijo:»sí es un río hermoso»
Sí contestó el argento pero además del río ¿no ve usted el magnífico puente que hemos construido?
No, realmente no veo nada salvo el agua dijo el otro estupefacto.
Ni lerdo ni perezoso el argento mientras le retorcía los mofletes con una mano le dijo tocándose el bolsillo con la otra 100% acá ¿Entiende..o le explico?
Este grotesco «familiar» por describirlo de algún modo podría haber sido un argumento sólido para una película de Ettore Scola pero es casi un cuento infantil si lo comparamos con otros hechos recientes.
Lo que pasa es que «la cosa» después de 40 años se perfeccionó a punto tal que ya a nadie le asombra ni le espanta que se hayan afanado hasta la comida de nuestros choznos.
Es algo asumido como un mal inevitable, lo que permite aseverar -sin temor al equívoco- que como sociedad no somos normales sino un engendro casi imposible de analizar por el mismísimo Lombroso.
Tal vez Dante sería el indicado para describir lo que se oculta más allá del averno, pero como Dante ya no puede hablar ni escribir es cuestión de esperar hasta que aparezca un nuevo Dante que pueda interpretar esta realidad que ni siquiera en sus peores pesadillas el dramaturgo pudo imaginar.
17/06/2023 a las 7:08 PM
Estimado Luis estuve pensando en tu segunda intervención en esta tu columna que iniciás rememorando la frase de San Martín que dice “Cuando la patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla” y no se por qué – o tal vez sí- me vino a la memoria un 20 de junio, cuando siendo un chico hice la promesa de lealtad a la Bandera.
La lealtad es algo intangible y es también sinónimo de nobleza, honradez y honestidad.
Lo opuesto a la lealtad es ni más ni menos que la traición y la traición se da únicamente en el ser humano.
Nunca he visto ni vivido un gesto de deslealtad o traición de un perro un gato o un caballo hacia el humano que le ha dado protección y afecto.
Eso incluso de ve en animales que no son domésticos como por ejemplo el lobo y el mejor ejemplo lo encontramos en el alemán Werner Freund «el hombre lobo».
Claro está que como los animales no hablan sino a través de sus gestos sus miradas y sus actitudes a veces no es trabajo sencillo entenderlos aunque si nos esmeramos podemos descubrir que la tarea no es tan complicada como parece.
El humano en cambio tiene la capacidad de elaborar pensamientos y trasmitirlos a través de la palabra y todo queda en sus dichos no en sus acciones.
Si nos detenemos a pensar en las palabras de San Martín, en las de Belgrano y en la tantos otros hombres de bien como por ejemplo Favaloro y luego pensamos que utilidad le dimos a esas palabras, que comprendimos de esas lecciones orales y escritas, nos damos cuenta -algunos y no todos- que no fuimos leales, que las escuchamos o las leímos pero no las llevamos a la práctica.
Es así que juramos defender a la Patria hasta perder la vida pero no la defendimos y por eso estamos agonizando.
Sí existen caso de Soldados que dieron la vida por la Patria y con solo citar dos ejemplos recientes alcanza y sobra: La Guerra contra el terrorismo y la Guerra de Malvinas y no me refiero a las cúpulas de escritorio sino a los que real y efectivamente dieron sus vidas sin chistar, con orgullo.
Ejemplos sobran y uno que no deberíamos olvidar nunca es el combate de Manchalá.
Por eso es que palabras y pensamiento sublimes sobran, acción es lo que falta.
Si realmente entendiéramos de una buena vez que la Patria ya no está en peligro sino herida de muerte deberíamos todos en conjunto hacer todo lo permitido y lo no permitido para defenderla y cumplir el juramento que hicimos de niños que quedó en el olvido.