Por Carlos Tórtora.-

A toda máquina, en el campamento de la Libertad Avanza se está realizando el control de daños de lo ocurrido el 22 O. Un punto central es la debilidad del esquema de fiscalización que, de acuerdo a estimaciones muy aproximativas, le habría hecho perder a Milei varios cientos de miles de votos.

El caso es que el ejército de fiscales prometido por Luis Barrionuevo no se hizo presente y entonces muchas mesas quedaron sin control, especialmente en el Gran Buenos Aires. Conocedores de las internas, peronistas aportan que, en realidad, los gremios nunca fueron buenos fiscalizadores y están acostumbrados a sus elecciones internas, que suelen ser con lista única, o sea, un trámite para quien es oficialista.

La otra falla en el domingo electoral habría pasado por el sistema utilizado de reclutamiento vía web de fiscales, que permitió que se infiltrasen gran cantidad de operadores de Unión por la Patria, que habrían trabajado para dañar a los libertarios.

El saldo es que Milei tendría constancia de más de 5.000 mesas con problemas serios en el recuento de votos.

De la mano de la mala fiscalización van las sospechas de fraude que Milei planteó en una denuncia efectuada horas antes del comicio ante la Fiscalía Electoral a cargo de Ramiro González.

La solución

Con menos de un mes por delante y, además, con serias dificultades financieras, el líder libertario tendría puestas sus expectativas en Patricia Bullrich. Ella cuenta con un aparato nacional de fiscalización que fue lo suficientemente eficiente como para doblegar en las PASO a la enorme estructura de Horacio Rodríguez Larreta, alimentada por la caja del gobierno porteño. Ayer se conversaba a toda velocidad para concretar la incorporación de la masa de fiscales del PRO, que deberían trabajar coordinados con los de Milei.

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