Por Guillermo Cherashny.-

Finalmente se agravó el problema político y jurídico del gobierno nacional con la jefatura del gobierno de la Ciudad sobre las clases presenciales en las escuelas capitalinas con el fallo de juez Esteban Furnari, del Contencioso Administrativo Federal, que anula otro de la Cámara Contenciosa Administrativa de CABA. Pero en realidad el nudo de la cuestión es si el gobierno federal puede decretar una cuarentena parcial en zona del AMBA, es decir CABA y la PBA, que constitucionalmente no existe pero que hasta ahora, desde que se propagó la pandemia, el presidente Fernández acordó con Horacio Rodríguez Larreta una larga cuarentena. Pero ahora, ante la segunda ola, los médicos más serios recomiendan una vuelta a fase 1 por 15 o 30 días; pero la situación económica no lo permite, por tanto AF decidió restringir la circulación de personas después de las 20hs, aunque los negocios, comercios, bares y restaurantes podrán funcionar hasta esa hora. Pero la piedra del escándalo fue la suspensión de las clases presenciales en los colegios, con lo que el jefe de gobierno no estaba de acuerdo por razones médicas y por la presión del ala dura del PRO, encabezada por Mauricio Macri y Patricia Bullrich, quienes están contra toda restricción laboral. Y esa posición es apoyada por una gran parte de la población, que quiere trabajar porque no le alcanza el dinero y no puede parar de nuevo.

Alberto Fernández, cediendo al sindicalismo docente, que no quiere volver a las clases haya a no haya pandemia, logró que el Frente de Todos se sumara al cierre de los colegios. El presidente dice que los infectólogos que lo asesoran le dijeron que hay que cerrar los colegios porque generan mucha circulación de los padres y los chicos y quizás tenga razón, pero el problema es otro. En realidad, el gobierno de Alberto Fernández le quitó fondos coparticipables a la Ciudad y están en carrera sobra quién tiene la mejor receta para la pandemia.

En definitiva, comenzó la campaña electoral y el ala dura del PRO, como no puede negar la gravedad de la pandemia, se agarra del cierre de los colegios como al gran bandera opositora y de ahora en más cualquier asunto será motivo de disputa política.

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