Por Carlos Tórtora.-

La polémica en el gobierno en torno a si existen o no presos políticos puso en la práctica al oficialismo en estado de asamblea con un tema crítico. En efecto, si el presidente hiciera cualquier tipo de presión sobre la justicia para que liberara a Julio de Vido, Milagro Sala, Amado Boudou y otros, se desmoronaría la imagen de respeto por la independencia del poder judicial que el albertismo intenta sostener como uno de los pilares de su construcción de poder. Para el cristinismo, en cambio, la independencia del Poder Judicial no es en sí misma un objetivo político sino más bien lo contrario. Siempre estuvo a favor de un alineamiento de la Justicia con el Ejecutivo. La discusión que está latente detrás del debate sobre los presos políticos es justamente ésa, si el gobierno intentará utilizar la reforma judicial en preparación para manipular la Justicia Federal. En el caso de Cristina Kirchner, la discusión sobre los presos políticos se relaciona directamente con la suerte de la decena de causas judiciales en las que está procesada. La doctrina oficial del cristinismo dice que todas las causas contra los funcionarios K son producto, en mayor o menor medida, de maniobras de law fare, y deberían anularse todos los procesos. Paradójicamente, el nivel de consenso alcanzado por Alberto en la clase media podría desplomarse si los supuestos presos políticos fueran liberados y las causas contra CFK se cajonearan a partir de ahora. La construcción de poder del presidente se sustenta en el normal funcionamiento de la división de poderes, un tema en el cual no cree el kirchnerismo.

La cuestión de la quita

Desde Cuba, adonde fue a presentar su libro, la ex presidente arremetió contra la justicia pero también por primera vez desde que asumió la vicepresidencia se definió sobre la renegociación con el FMI. Por un lado, dijo que había que investigar la legitimidad del endeudamiento realizado por el gobierno de Mauricio Macri. Por el otro, se refirió a la negociación de la deuda del siguiente modo: “Yo me pregunto, cuando dicen ‘no, no se puede hacer una quita al capital del FMI porque su estatuto prohíbe hacer quitas’. ¿Pero cómo que el estatuto del FMI prohíbe hacer quitas? También prohíbe que se den préstamos para permitir fugar el dinero. ¿Y por qué vamos a hacer valer una prohibición y la otra no?”, también señaló que durante el macrismo buena parte del préstamos del FMI de USD 44 mil millones de dólares se utilizó para financiar fuga de capitales a un dólar artificialmente barato”.

La declaración de Cristina no parece casual, ya que se produce justo cuando Martín Guzmán parece tener bastante avanzado un entendimiento con el FMI, luego de su reunión de tres horas con la titular del organismo, Kristalina Georgieva, en el Vaticano.

Hasta ahora lo que trascendió es que el FMI aceptaría darle un plazo de gracia a la Argentina para que le devuelva los USD 44 mil millones, pero no una quita.

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