Por Carlos Tórtora.-

Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta juegan una compleja partida de ajedrez en el tablero de JxC. El jefe de gobierno avanzó en las últimas semanas hacia una alianza con el sector preponderante de la UCR, o sea Gerardo Morales y Martín Lousteau. En la misma, este último se quedaría con la candidatura a jefe de gobierno. Pero la reacción en el PRO fue contundente. Muchos dirigentes se acercaron a Patricia Bullrich, indignados por la perspectiva de que Larreta entregara la ciudad para asegurarse la candidatura a presidente. Esta situación lo puso a éste a la defensiva y pasó así a distraer a la opinión pública con candidatos a jefe de gobierno propios y que poco le suman, como Fernán Quirós o Soledad Acuña.

Larreta necesita mostrar el suficiente capital político como para disuadir a Macri de presentarse en las PASO y esto, aparentemente, sólo podría lograrlo a través de la alianza con los radicales. Aparte, debe convencer a los propios de que está dispuesto, si llega el caso, a confrontar en una primaria con el fundador del PRO. Cuenta a su favor con que el grueso de la dirigencia radical rechaza de plano el perfil liberal que Macri expone en su reciente libro para que este creciente abismo entre socialdemócratas y liberales promete fisurar bastante la convivencia en JxC.

Volviendo al juego de Larreta, éste se encuentra hoy prácticamente empantanado y ante una Bullrich agresiva, lo que lo coloca en una situación incómoda, al ser evaluado por la mayor parte de las encuestas como en un virtual empate con ella.

Patear para adelante

Macri, por su parte, tiene más de un problema grave. Sus números no son lo suficientemente altos como para ser el candidato de la unidad de JxC y los radicales le hacen la guerra. Debe entonces apostar al misterio y seguir jugando con los tiempos. En este juego se desgasta poco, mientras especula con el desgaste de Larreta, cuyo nerviosismo aumenta, porque su chance de ser presidente es difícil que se repita.

También especula el expresidente con los pasos de Cristina Kirchner porque, si ella es candidata, él quedaría más habilitado para serlo.

En caso de no presentarse, Macri tiene la salida obvia de apoyar a Bullrich pero, si ésta perdiera las PASO con Larreta, esto sería su ruina política.

Como se ve, la estrategia de patear todo para la definición a último momento tiene sus riesgos.

Tanto Macri como Larreta están frente a una serie de incógnitas, lo que no excluye la posibilidad de un acuerdo final entre ambos.

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