Por Guillermo Cherashny.-

Fuentes bien informadas señalan que el presidente Macri está molesto porque tiene poca participación en este gobierno, cuando intentó cubrir varios ministerios, y apoyó en forma irrestricta del DNU desregulador para avanzar un casillero sobre el ministerio de infraestructura.

En efecto, lanzó en privado acusaciones contra Guillermo Ferraro, el titular del ministerio, con fin de convertirlo en el primer soldado importante en caer y reemplazarlo por Guillermo Dietrich o Javier Iguacel. Pero tiene un grave problema, cual es que Ferraro responde a Eduardo Eurnekian y es muy difícil voltearlo, a no ser que lo sorprendan in fraganti en algo raro, más teniendo en cuenta que el ministro tiene una dilatada experiencia al lado de Antonio Cafiero y tiene «calle». Así que es muy probable que el expresidente se quede con las ganas. Sin embargo, sus seguidores -Santilli, Iguacel, Ritondo, Lombardi- también apoyaron el DNU y no les importa que no pase por el congreso, de forma de agradar a Javier Milei, así pueden sortear la valla de Eurnekian y mojar la medialuna. En tanto, habría una mayoría en ambas cámaras para voltear el DNU; entonces los apoyos irrestrictos como los de Macri y sus espadas mediáticas tienen por finalidad avanzar por los cargos antes que una coincidencia ideológica.

El decreto desregulador es muy profundo y significa un cambio cultural y se emparenta con una similitud con la conducta que siguió Bukele en El Salvador y el presidente tiene un punto a favor y es el gran desprestigio de toda la clase política, lo que le permite que a una mayoría de la opinión pública le importe un rábano si este decreto es constitucional o no; pero desarma muchos kioscos y cajas que el hombre común lo sufre todos los días, por lo cual este round del DNU tiene un final abierto.

Share