Por Máximo Luppino.-

El resultado electoral del 22 de octubre del presente año marcó el triunfo de Sergio Massa y en segundo término salió Javier Milei mientras Patricia Bullrich quedó fuera del balotaje. Resultado llamativo para algunos, esperado por otros, pero en verdad fue la resultante del dinamismo práctico del ministro candidato que implementó medidas de tenor económico que aliviaron el flaco bolsillo de los trabajadores.

Pero no es menor señalar que ante la solvencia responsable y armónica de Sergio se oponían una serie de disparates e incongruencias de un Javier Milei que siembra incertidumbre social por doquier. El temerario de la motosierra propone cortar vínculos comerciales con Brasil, China, acabar con el Mercosur y romper relaciones con el Vaticano cuando gobierna la Santa Sede un Papa argentino de prestigio planetario. Inconcebible el desconcierto que propone el candidato libertario. Todo esto ayudó sobremanera al triunfo de Sergio Massa.

El día miércoles 25 del presente mes, al mediodía, Patricia Bullrich y Luis Petri brindaron una conferencia de prensa en la que de forma inconsulta con su organización política declararon su apoyo a Javier Milei para el balotaje del 19 de noviembre. Esto condujo a un cisma en Juntos por en el Cambio y en la UCR se manifestaron ajenos a la temeraria decisión de Patricia.

Claro está que la ex candidata no actuó sola. La mano “negra” de Mauricio Macri se aprecia ostensiblemente. En síntesis, el “acuerdo” Macri-Milei ya es viejo, ahora simplemente salió a la luz de forma abrupta y un tanto grosera.

Ya Mauricio Macri mucho tiempo atrás había mostrado su preferencia por Javier Milei contra su propio circulo de “confianza”. Macri afectó la candidatura de Larreta. Luego, mutiló el horizonte de Pato Bullrich. Ahora su onda expansiva de destrucción llega a las mismísimas playas de Javier Milei. Con inocultables gestos de malignidad, Macri destruye todo armado político a su rededor. Desea reinar solo en una zona árida de nuevos liderazgos por él mismo destruidos.

Bullrich se exponía drásticamente al implementar anuncios en favor de Milei. Mientras, Macri exhibía en las sombras su nefasta y artera influencia. Claro que Patricia como Petri son adultos responsables de sus acciones, pero esto no quita que queden enredados en las venenosas telarañas que laboriosamente teje el ingeniero del mal.

Javier Milei, con la misma insolente prontitud que posee para insultar y descalificar a todo el mundo cuando se siente triunfador, suplica socorro y ayuda con celeridad e indignamente cuando su suerte parece eclipsarse.

Sin ninguna escala intermedia pasó de tratar a P. Bullrich de “Montonera criminal” a ver virtudes ocultas nunca antes señaladas por el libertario candidato. Igual que “convoca” a la izquierda que tanto defenestró para su propio interés partidario, y así triunfar el 19 de noviembre. La coherencia y la dignidad son pisoteadas por el más ruin interés personal. Un león con orgullo de hiena lastimosa.

¿Cómo recibe la sociedad en su conjunto estos acuerdos de madrugadas sombríos? ¿Qué siente el ciudadano cuando aprecia a dirigentes insultarse demencialmente y 48 horas después abrazarse en reconciliación motivada por cargos públicos?

Sergio Massa continuará con su derrotero de seriedad de estadista y hombre de compromisos equilibrados. Creemos en el valor de los juicios mesurados y las opiniones que son sopesadas bajo la luz del raciocinio.

Milei y Bullrich más cerca del humillante y circense papelón que de la victoria electoral. Mucho esfuerzo requiere retornar de la tierra indignante del propio interés a la zona de la seriedad dirigencial.

El 19 del mes entrante, el sufragante elegirá entre el grotesco circo mediático y la sensatez de la sapiencia.

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