Por Alfredo Nobre Leite.-

Señor director:

Llama poderosamente la atención que la flamante ministra de las Mujeres, Género y Diversidad», Ayelén Mazzini, pretenda justificar su cambio de posición -antes defendía la vida en el seno materno-, y que ahora está «a favor de la interrupción voluntaria del embarazo», quién se manifestaba ser católica, y que ahora graciosamente pretende que se viole el Quinto Mandamiento de «NO MATARÁS», lo cual es un acto cobarde por atentar contra la vida de inocentes en el seno materno que no pueden defenderse, y no considerar que si sus padres pensaran como ella actualmente, no existiría.

Trató de justificar su actitud impropia de todo cristiano y persona de bien, argumentando que: «Siempre he contado la historia de dónde vengo. Fui a una escuela católica, me criaron mis abuelos que hoy tienen 90 años, estaba en una situación muy difícil. Claramente el feminismo cambia vidas y para eso existe» (sic); un argumento falaz y falso que da de bruces con la mentalidad de las personas mayores de edad, y de manifestarse haber sido católica.

Lo que preocupa y es llamativo es que justifique su nueva posición de «matar» a seres inocentes e indefensos en el seno materno, a la luz de que durante el primer debate sobre el aborto, durante el gobierno del ex presidente Mauricio Macri, dijo que: «Yo doy mi visión particular, es una opinión completamente mía. Estoy a favor de la vida, tanto del bebé en desarrollo como de la mujer»; cambiando de opinión y de principios morales, como de camiseta, que deja mucho que desear en toda persona mayor de edad, ser funcionaria pública, y de principios éticos y morales, que ennoblecen a toda persona y ciudadano/a de bien.

¡Pobre Argentina!

Con cordiales saludos.

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