Por Alfredo Nobre Leite.-

Señor director:

Se impulsan nuevas denuncias contra Parques Nacionales por el conflicto en Villa Mascardi, a raíz de las declaraciones del ministro Juan Canbandié. El presidente de la Junta Vecinal y propietario en el lugar de la Cristalina, Diego Frutos, presentó una denuncia penal a raíz de las sumadas denuncias de usurpación de la autodenominada comunidad mapuche Lafken Lafken Wincul Mapuche de tierras nacionales y privadas, y supuestos ataques, saqueos y destrozos por parte de miembros mapuches; ahora se suma una querella penal presentada por Diego Frutos.

El presidente de la Junta Vecinal Villa Mascardi y propietario en el lugar de La Cristalina, a fines de agosto denunció que seguido por un grupo de comunidad que lo obligó a escaparse hacia una zona de altura del bosque y ser posteriormente rescatado por el grupo COER de la policía provincial. Contó que la querella penal fue presentada contra el directorio de Parques Nacionales a raíz de las declaraciones del ministro de Medio Ambiente, Juan Cabandié, en Bariloche, durante la Asamblea de la Red de intendentes de Municipios de Cambio Climático, sobre la posibilidad de un co-manejo de las tierras en las que se asienta la Lof Lafken Winkul en Villa Mascardi. Además, manifestó sentirse desprotegido porque Gendarmería está muy distante, siete kilómetros de Mascardi, y que el Gobierno nacional se desentiende del problema, es decir que el kirchnerismo está avalando la usurpación de propiedades por los pseudos mapuches.

A este respecto recordemos los incidentes en el Lago Mascardi de octubre de 2020, repitiendo los recurrentes incidentes en el Lago Mascardi, repitiendo los acontecimientos de mayo de 2020, por encapuchados que quemaron una casa de policías y atacaron a pedradas a los bomberos que intentaban apagar un incendio, por enésima vez. Hay que remontarse al incidente de octubre de 2017 por individuos mapuches -pueblo originario de Chile- en esa localidad a unos 35 kilómetros de Bariloche, reclamando ser propietarios ancestrales -repitiendo su cantinela- de un sector de un parque rionegrino, pues carecen de todo derecho y legitimidad.

Téngase en cuenta que un hermano del detenido, en esa oportunidad, Facundo Jorge Huala, jefe de la autodenominada Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), y otro joven, fueron liberados el 22 de octubre de 2017, tras pasar varias horas bajo arresto en la localidad rionegrina de El Bolsón por llevar seis bombas molotof en el marco de una protesta en el lugar, llamados Nicolás Daniel Hernández y su amigo Marcos Tomás Najman Piliman, ambos de 24 años, que habían sido detenidos en la sede del Escuadrón 35° de Gendarmería nacional.

El edifico fue vandalizado, como consecuencia o reacción por la muerte del artesano Santiago Maldonado, desaparecido en territorio chubutense en que cuatro individuos del grupo RAM el 21 de julio de 2017 incendiaron una casilla de la estancia de la ‘Compañia de Tierras del Sud Argentino’ del Grupo Beneton, en la localidad de Epuyen, golpeando al guardia y esparciendo panfletos pidiendo la libertad de Facundo Jones Huala, con pedido de captura de la Justicia chilena. Ese grupo de inadaptados rompieron todo el edificio de la Municipalidad y generaron molestias en el tránsito de la zona. Es pertinente que las autoridades nacionales sean conscientes y tomen nota para terminar con la cuestión mapuche, que no son pueblo originario argentino, sino chileno.

Con relación al artesano Maldonado, desaparecido entre los mapuches, es pertinente reiterar que se ahogó en el río Chubut por no saber andar, en las gélidas aguas del río, a 400 kilómetros al oeste del Bolsón, y cuyo hermano seguía recibiendo del Gobierno nacional la suma, en esa oportunidad, de 200 mil pesos mensuales.

Además, ese grupo de mapuches cometieron dos crímenes de lesa Patria al destruir el busto en homenaje a nuestro prócer, el General D. José de San Martín, y quemaron la Enseña Patria (sic).

Los araucanos/mapuches que habrían cruzado el estrecho de Bering y que de Chile, a partir de 1830, haciéndose llamar también huilliches, pehuelches y picunches, etcétera, llegaron a la Argentina siendo ya una nación libre, soberana e independiente. Se asentaron en los territorios de Neuquén, Río Negro y Chubut, habitados por los guenaken o guinecas, a los que llamaron tehuelches -«gente del sur»-, que es un híbrido de pampas y mapuches, quienes en sus guerras invasivas diezmaron y despojaron a aquéllos, hacia el sur, hasta llegar a Tierra del Fuego. Los araucanos/mapuches fueron empujados por el General D. Julio Argentino Roca a su país, Chile. Habían establecido definitivamente en Carhué, con la autorización de Buenos Aires. El 18 de octubre de 1824, el cacique principal, Marinao Caniultlán, se bautizó y tomó el apellido de su padrino, el general D. José Rondeau, y fijó residencia en Chiloé. (*)

Los mapuches con sus malones, desnudando su naturaleza, llegaban hasta Bahía Blanca, tomaban mujeres y niñas que «indianizaban», al tiempo que mataban a todo hombre mayor de 14 años, y arrastraban hasta 200 mil cabezas de ganado bovino a Chile; para destacar el gravísimo error que cometió la Convención Constituyente de Neuquén, en febrero de 2006, bajo la presidencia del ex gobernador Jorge Sobisch, quien bajo la presión del inefable premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y del ideologismo indigenista, cometió la torpeza de reconocer a los mapuches ‘derecho de pueblo originario’, por no ser pueblo originario argentino (cómo quedó dicho), sino chileno. Tampoco, tuvo en cuenta el mapa de Argentina, donde las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut aparecen remarcados como territorio mapuche -por sus ínfulas independistas-, que con el título de «Lo que faltaba», «LA PRENSA», el 13 de octubre de 1988, preguntaba: «¿Qué dice el Gobierno argentino?»; naturalmente nada. Y lo que hizo Sobisch fue echar leña al fuego. Roca, impidiendo que los mapuches tomaran posesión de las provincias aludidas, aseguró a la Patagonia como territorio nacional. (Motivo por el cual, en el cruce de las avenida Roca y San Martín, en la ciudad de Río Gallegos, donde se erige el busto de nuestro Prócer máximo, la primera debe volver a su nombre original – de Julio Argentino Roca-, y no de Néstor Kirchner).

Es imprescindible puntualizar que los descendientes mapuches carecen de derechos más allá de lo que establece la Constitución Nacional, como cualquier hijo de vecino, o como algún otro privilegio o inmunidad inherentes…; no hay en ella fueros personales…, y todos los habitantes son iguales ante la ley.

Es fundamental afirmar que el Gobierno nacional, en la persona de presidente Alberto Fernández, no puede ni debe reconocer a los mapuches ningún derecho a propiedades en el territorio nacional, quienes deben respetar las leyes so pena de ser procesados y condenados por los delitos que han cometido u otros, que se le aplicará el Código Penal con severidad para cesar las atrocidades que están cometiendo, y, asimismo, se ponga freno a las atrocidades que dieron lugar a esta llamada de atención; y que les quepa el sayo, a quienes correspondieren.

Por lo expuesto, son inadmisibles las declaraciones del ministro Juan Cabandié, que dieron lugar a la denuncia del presidente de la Junta Vecinal y propietario en el lugar de la Cristalina, Diego Frutos, que presentó la denuncia penal a raíz de las sumadas denuncias de usurpación de la autodenominada comunidad mapuche Lafken Winkul Mapuche de tierras nacionales y privadas, y supuestos ataques, saqueos y destrozos de parte de sus miembros, sumándose una querella penal presentada por Diego Frutos.

¡Sugiero que el presidente Alberto Fernández y la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, tomen debida nota, que el horno no está para bollos. Más claro, échale agua!

* Lugar en La Pampa, próximo a Salinas Grandes, no confundir con la isla en el Pacífico.

Con cordiales saludos.

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