Por Ovidio Winter.-

Tipo distraído este Albertítere; de todas las cosas que suceden alrededor suyo no se responsabiliza porque siempre está mirando para otro lado cuando ocurren y, obvio, no se da cuenta.

Así fue como en plena pandemia no advirtió que Pfizer quería proveer de sus vacunas a Argentina y en su gobierno se había tomado la decisión de comprar a Rusia las Sputnik a pesar de que éstas tardaron más de la cuenta en llegar a nuestro país y de ser menos efectivas.

Todos recordamos cómo después de haber “jurado por la salud de su hijo” que no sabía que durante el riguroso confinamiento al que había sometido al país, decreto mediante, su esposa Fabiola había organizado fiestitas en la Quinta presidencial. No tuvo más remedio que reconocer y pedir perdón cuando apareció fotografiado en el brindis de una de ellas (prometiéndonos que no se iba a volver a repetir aquel “error de Fabiola” que lo sumió en el dolor y la tristeza más profunda).

Tampoco se dio cuenta de que “la guerra contra la inflación, que él mismo declaró, la estaba perdiendo en todos los frentes.

También puede decirse de él que es un tipo afortunado a quien TODOS quieren ayudar. Así fue que un día, un amigo suyo le propuso irse a vivir a un departamento que tenía en Puerto Madero.

Para estas fiestas, otro amigo (que vive en España) se apiadó de su soledad y lo invitó a cenar en un lujoso hotel donde el cubierto ronda los 1200 dólares, con vino incluido (aunque en las fotos aparece junto a Fabiola, su hijo y una mujer, sin “el amigo”).

Creo que nadie puede dar una respuesta, ni decir qué puerta hay que tocar.

Creo que a pesar de tanta melancolí­a, tanta pena y tanta herida,

Sólo se trata de vivir… (Albertítere en España, guitarra en mano).

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