Por Juan José de Guzmán.-

Creo y los números de la economía que aparecen en el horizonte parecen así atestiguarlo, que nuestro país está frente a una nueva oportunidad ante el mundo, a pesar del tremendo lastre que significan los números de la pobreza y la educación.

A pesar de todo eso, Argentina, si logran ponerse de acuerdo el oficialismo y la oposición en acordar políticas de largo plazo, que deberán respetarse, gane quien gane, va a revertir la desconfianza que hoy impera entre los grandes inversores.

Pero para que eso sea posible es necesario comprender que los motivos y/o razones de la grieta que nos separa e imposibilita el crecimiento deben desaparecer. Y la desaparición de los motivos se producirá si los grandes “cavadores” desaparecen de la escena política.

Mientras Cristina y Macri sigan apareciendo en los titulares de los diarios y noticieros, Argentina no despegará. Hacen falta acuerdos duraderos, eliminar el odio que impera en ambas márgenes.

CFK, en una de sus últimas apariciones públicas les reclamaba a varios ministros apuntados por su dedo, “búsquense otro laburo”. Sus dichos son aplicables, tanto para ella misma, como para el ex Presidente que la sucedió en 2015.

Alberto sería mejor presidente si dejara de sentir que le respiran en la nuca y Cambiemos aportaría muchas de las buenas apariciones que ha mostrado últimamente sin el divismo que se observa en quien lejos de “reconocer, en serio” que fracasó cuando le tocó gobernar, al margen de algunas aristas positivas, que estuvieron más relacionadas con las relaciones exteriores que con otros logros (cuesta encontrar saldos positivos en su gestión).

Qué bueno sería, entonces, que quienes les tributan elogios inmerecidos se dieran cuenta de que con ellos en el medio… nada será posible en esta argentina renaciente.

Y que apelaran a “la grandeza” para hacerles ver el imaginario cartel que les está avisando; “Cristina, Mauricio, Game over”.

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