Por Guillermo Cherashny.-

El expresidente sigue con su fanatismo por el fútbol, como lo demuestran sus recientes críticas a Juan Román Riquelme, el vicepresidente de Boca Juniors, por el manejo del club de la ribera, lo que generó sospechas de que dará pelea en las elecciones del club en el 2023. En realidad viajó a Italia, Estados Unidos y Qatar por un asunto vinculado al futbol pero más ambicioso que Boca Juniors. Y se trata de la compra del Chelsea, el club britanico, último campeón del mundo de clubes, que es propiedad de otro Román -pero ruso- Abramovich. El gobierno inglés lo ha desapoderado del paquete accionario por su relación con Vladimir Putin y lo puso a remate con fecha 18 de marzo. Su precio está en el orden de los 3000 millones de libras y tiene varios oferentes pero no pueden ser estados, ya que todavía los británicos no autorizaron la compra del Newcastle por el reino de Arabia Saudita.

Hay varios magnates americanos dueños de clubes de fútbol americano y de béisbol, como Todd Boehly, dueño de los Dodgers de Los Ángeles. Macri tiene al mismo grupo que maneja el canal La Nación+, integrado por él y argentinos dueños de unicornios que valen miles de millones de dólares y los Blues, como se llama el Chelsea en Inglaterra, es un club muy rentable y el expresidente ya manejó Boca, que es una excelente carta de presentación; además, está avalado por Gianni Infantino, presidente de la FIFA, y ya conversó sobre la compra del Chelsea con Marc Stanley, el nuevo embajador americano en nuestro país, para que el gobierno de Biden lo avale ante Londres. Como se ve, mientras en la Argentina Macri es criticado por su mal gobierno, en el mundo está demostrando que juega en las ligas mayores.

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