Por Carlos Tórtora.-

Que el Fiscal Federal que lleva adelante la principal causa por corrupción, la de los cuadernos, se encuentre en rebeldía ante el juzgado federal de Dolores, es toda de una imagen de la situación de la justicia federal. El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, recurrió al Procurador General Eduardo Casal para que éste, como superior de Stornelli, le ordene presentarse ante el juzgado de aquél luego de ignorar cuatro citaciones sucesivas. La ley de fueros 25320, en su artículo primero, establece lo siguiente: “Cuando, por parte de juez nacional, provincial o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se abra una causa penal en la que se impute la comisión de un delito a un legislador, funcionario o magistrado sujeto a desafuero, remoción o juicio político, el tribunal competente seguirá adelante con el procedimiento judicial hasta su total conclusión. El llamado a indagatoria no se considera medida restrictiva de la libertad pero en el caso de que el legislador, funcionario o magistrado no concurriera a prestarla, el tribunal deberá solicitar su desafuero, remoción o juicio político.”

Es decir que Ramos Padilla debería pedirle a Casal que inicie el procedimiento de remoción de Stornelli.

La situación del fiscal de la causa de los cuadernos parece ser insostenible. Si se presenta finalmente ante Ramos Padilla, éste lo procesaría inmediatamente, posiblemente por su vinculación con hechos de extorsión, abuso de autoridad y espionaje ilegal en el caso D’Alessio. Correría, además, riesgos su continuidad como fiscal. Pero si trata de seguir eludiendo su procesamiento, la Procuración General podría sancionarlo y hasta formarle un tribunal de enjuiciamiento por mal desempeño de sus funciones, que podría, para empezar, suspenderlo en sus funciones.

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