Por Carlos Andrés Ortiz.-

Escasas o nulas referencias en los medios masivos de comunicación, tiene la muy probable incorporación de Argentina al bloque de los BRICS, el cual se constituye por peso propio, y más aún por sus proyecciones a mediano y largo plazo, como un referente insoslayable en el tablero geopolítico mundial.

Presentado como una asociación de naciones emergentes, hoy con solo 5 integrantes (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), posee relevancia más que suficiente como ser un bloque geopolítico con peso propio, y al menos 3 de sus integrantes tienen jerarquía para calificar como potencias destacadas e insoslayables en las ecuaciones del Poder Mundial.

No es un dato menor que Argentina haya solicitado formalmente su incorporación al BRICS, al igual que varias otras naciones.

Según trascendió (pero tuvo escasa repercusión en los medios masivos), Argelia, Argentina, Arabia Saudita, Bangladesh, Baréin, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irán, México, Nigeria y Venezuela, son las naciones que formalizaron sus pedidos de incorporación; listado al que se sumarían otras naciones, con perspectivas ciertas de alcanzar el medio centenar.

Nuestro país ya contaría con la aprobación de varios, sino todos sus cinco actuales integrantes; decisión que de materializarse será muy positiva tanto para el propio bloque (sumando nuestro PBI, capacidades y potencialidades), como para nosotros, al ampliar nuestra impronta de negociación e incluso formalizar respaldos concretos en las diversas áreas del poder en las que se juegan decisiones estratégicas. Cabe señalar que al menos tres de los cinco componentes actuales del bloque (China, Rusia y Brasil), manifestaron claros apoyos a Argentina en el sensible tema de Malvinas; que tres de ellos (China, Rusia e India), mostraron predisposición para reequipar nuestra hoy menguada Fuerza Aérea, con cazas de quinta generación, evidenciando no hacer causa común con las presiones del Reino Unido y el Bloque Atlantista, que hasta hoy nos impide modernizar y ampliar nuestras capacidades defensivas.

Por otra parte, el respaldo económico y financiero de China no es menor, demostrando su decisión de apoyarnos ante las presiones de la brutal deuda externa, que es la insoslayable referencia y concreta realidad negativa que nos dejó el precedente muy negativo gobierno neoliberal en consonancia con el FMI.

Ese apoyo chino evitó que caigamos en default (incumplimiento en los vencimientos de la casi impagable deuda externa), lo cual habría provocado una sucesión de penalidades económicas que habrían agregado ingobernabilidad a una realidad de por sí muy delicada. Claramente, el grupo de los BRICS muestra coincidencias con el Bloque Continentalista, cuyo epicentro está formado por China y Rusia, precisamente asentado en el “Hearthland” (corazón geopolítico del Poder Mundial) definido por Mackinder; el mismo que evidencia ser un problema insoluble para el objetivo del monopolio del Poder Mundial, que parece guiar el accionar del Bloque Atlantista, con la herramienta de su brazo armado, la OTAN. La Organización del Tratado del Atlántico Norte, desde la disolución del Pacto de Varsovia, de hecho, hace tiempo no se limita al operar solo en su área original, actuando pretendidamente a nivel planetario. Pese a que el expresidente neoliberal de Argentina, demostró su palmario desprecio por la Soberanía Nacional, al expresar que “no entiende de problemas de soberanía”, y que varios de sus referentes principales manifestaron la predisposición a entregar plena soberanía al imperio usurpador, “no solo en Malvinas, sino también en La Antártida y Tierra Del Fuego” (Lucas Llach), o “permutar Malvinas por vacunas” (P. Bullrich); debe tenerse muy en cuenta que la Fortaleza Malvinas, como parte activa de la OTAN, no solo desprecia los fundados reclamos de Argentina, sino también es una clara amenaza al Mar Argentino y a todo nuestro territorio continental y antártico. Esa preocupante realidad, ocultada o edulcorada por los medios concentrados, es uno de los ejes centrales de la marcada positividad de concretar nuestra incorporación al bloque geopolítico del hoy BRICS, que con nosotros pasará a ser BRICSA.

Esperemos que así sea y que estemos a la altura de las apremiantes circunstancias.

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